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Conoce al hombre más fanático de la piña

La piña posee un atractivo irresistible para la gente. La fruta tropical era un símbolo de estatus de la élite en el siglo XVII, inclusive fue considerado un accesorio necesario para asistir a los festivales holandeses el verano pasado. Para aprender más acerca de esta obsesión por las piñas, hablé con Prins Ananas, o sea Lex Boon, acerca de su proyecto de investigación sobre la piña, gracias al cual ha terminado por convertirse en comerciante de piñas.

“Esto pasa todo el tiempo”, dice Boon, interrumpiéndose a sí mismo con sus pensamientos. “Mi cabeza está tan llena de datos e historias sobre la piña que salto de un pensamiento a otro”. Hace apenas unos segundos, me estaba contando de su visita a un comerciante en la ciudad holandesa de Veenendaal quien lo inspiró a importar piñas. Pero Boon no quiere la variedad MD2 que se encuentra en todas partes hoy en día; quiere encontrar una variedad rara como la Smooth Cayenne, la cual dice sólo es adquirida por rusos adinerados.

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Retrocedamos. Además de ser un fanático de las piñas, Boon es periodista para el periódico holandés NRC Next, donde escribe de todo desde arte hasta crimen. Hace dos años y medio, miró por la ventana de su casa hacia el mercado Albert Cuyp en Ámsterdam y comenzó a soñar con tener su propio puesto de piñas. Llamaría a su compañía Prins Ananas (Príncipe Piña) y vendería un tipo de piña en particular; una variedad heirloom. Entonces Boon profundizó en la historia de la piña y comenzó a descubrir una plétora de extrañas verdades a medias relacionadas con el fruto. Aprendió sobre el creador de la piña más consumida en Colorado y sobre un castillo en forma de piña en Escocia del siglo XVIII, así como del griego que decidió que la pizza sabría bien con piña.

“De hecho todas mis vacaciones están relacionadas de alguna manera con la piña”, dice Boon. “Podría llamar por teléfono a las personas, pero prefiero ir [a visitarlos]”.

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Lex frente al Castillo de la Piña en Escocia, mismo que puede alquilarse para vacacionar.

En septiembre pasado, el NRC Next comenzó a publicar las historias de Boon y su proyecto. “Al principio pensé que los periódicos publicaban historias más importantes”, dice casi avergonzado. “Este proyecto comenzó solo como algo que hacía en mi tiempo libre. Pero es lindo cuando las cosas convergen”.

Los artículos resultaron ser de interés. Nombra un evento importante y Boon sabe alguna historia relacionada con la piña: la caída del Muro de Berlín, por ejemplo. “En Alemania Oriental, había un hombre que siempre compraba piñas enlatadas en tiendas de la RDA. Cuando el muro cayó, inmediatamente fue a buscar piñas frescas y estaba sorprendido al notar que no había hueco en el centro [de la piña] como la versión enlatada”.

Otro ejemplo: Charlie Hebdo. “NRC quiso omitir mi columna una semana, cuando la edición del sábado estaba repleta de artículos sobre el ataque a Charlie Hebdo. Dijeron, ‘Solo podemos publicarlo si está relacionado con los eventos de París. Primero pensé que nunca lo lograría, pero de pronto recordé una protesta a favor de la libertad de expresión en una universidad inglesa dos años antes relacionada con la piña. Una asociación atea había mostrado una piña, junto con una letrero que decía ‘Mahoma la piña’”. Naturalmente, la Sociedad Islámica en la universidad estaba muy molesta, pero todo el debate le ofreció a Boon material para escribir un artículo oportuno, el cual nombraron “La Piña del Odio“.

La obsesión de Boon por las piñas incluso ofrece oportunidades para cubrir eventos que otros medios se han perdido. “Hace poco me encontré con una historia sobre un conflicto olvidado en Bangladesh. Los periódicos no han escrito nada al respecto desde 1997. Los disturbios en el área acabaron con la quema de una ciudad entera, incluyendo árboles de piña; de manera que terminé escribiendo sobre ese conflicto nuevamente”.

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Montañas de piñas en Tailandia.

Hace dos semanas, el periódico publicó la última historia de piñas. Ahora que la parte teórica del proyecto de Boon está hecha, es momento de dar el siguiente paso: convertirse en importador de piñas. Su intención es importar una extraña variedad de piña —la Sugar Loaf o la Smooth Cayenne de Ghana— y llevarla al mercado local. Es difícil encontrar países que cultiven otro tipo de piña que no sea la MD2. “Las variedades más antiguas son menos dulces, menos parecidas al chicle”, dice Boon. “Escogen la MD2 por su dulzor”.

Boon sigue pensando la manera de hacer que esta nueva aventura sea rentable. “Calculo que si puedo vender cada piña a €5 euros, mi ganancia será de €1.400 euros”, explica. “Con ese dinero puedo ir a Ghana para volver a hacer investigaciones”.

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El estado de la industria de la piña es una gran preocupación para Boon. “Es una industria tan grande”, dice. “[La ONG a favor de la comida sustentable Fairfood] publicó un reporte sobre la industria en Filipinas, pero es muy complicado señalar y culpar a personas u organizaciones en específico. Es un mundo cerrado. Es también por eso que quiero importar [piñas], porque tengo la esperanza de que me de una mejor perspectiva”.

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Desde el puerto con una piña que ha recorrido un largo viaje.

Para completar este proyecto, Boon todavía necesita visitar muchos países anotados en su lista de deseos. “Siempre sueno como nerd cuando digo esto, pero sigue habiendo tantas historias sobre la piña. Quiero ir a Australia, Brasil —la zona entre Paraguay y Brasil— donde surgió la primera piña. Aún no puedo encontrar nada al respecto, pero en verdad me gustaría ver piñas silvestres en la selva, si es que todavía hay”.

Boon también quiere viajar con un portacontenedores desde Costa Rica a Rotterdam para ser testigo del viaje que realizan las piñas. “También la isla de Wallis y Futuna, donde aparentemente se produce la piña más pequeña”, comenta. “Y se supone que en India hay una ciudad con tumbas holandesas, una de ellas dice: ‘Este hombre murió por comer demasiadas piñas’. Mandé a un fotógrafo al lugar, pero no pudo encontrar nada. Necesito ir allá yo mismo”.

Y así es como la piña es la puerta de Boon hacia el resto del mundo.