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Fotos submarinas de los jóvenes del Caribe

La fotógrafa Nadia Huggins pasó un año retratando la belleza fugaz de los adolescentes de su ciudad natal.
Todas las imágenes cortesía de la artista

En un islote rocoso y aislado en el mar del Caribe, los “niños perdidos” de San Vidente y las Granadinas vivían en el anonimato hasta que la artista local Nadia Huggins y su Olympus Tough TQ-3 los encontró nadando hacia ellos. “Crecí en esta playa y pasé gran parte de mi propia adolescencia saltando desde estas rocas, nadando, pescando y haciendo submarinismo, así que empecé a fotografiar a los chicos en parte para tratar de recuperar y volver a experimentar mis propias experiencias a esa edad”, me explica en una entrevista. En el 2013 y 2014, la fotógrafa autodidacta pasó un año documentando la elegancia accidental de un puñado de estos adolescentes anfibios de su lugar natal, los resultados se recogen en su serie de fotos Circa no future.

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Por encima de las salpicaduras saldas, los sujetos que retrata parecen estar en el límite de la madurez, con las mandíbulas perfiladas y las espaldas anchas. Sin embargo, por debajo de la superficie del agua, sus rasgos y figura se suavizan. Entre las aguas azules, los chicos parecen indefensos y con ganas de divertirse, a la merced de la madre naturaleza. “Los chicos trepan por una gran roca, probando su madurez a través de su resistencia y saltos sin miedo, y luego se sumergen en un momento de inocencia”, explica. “Vuelven a emerger tras probarse a ellos mismos”. Desde luego, la selección que Huggins ha hecho para su serie muestra a los niños en su perfil más infantil: con los ojos cerrados y apretados, las palmas abiertas, las rodillas dobladas y el torso encorvado.

La dualidad de sexos en Circa no future tubo un papel importante en la evolución de la serie de Huggins: a los 14 años, la artista perdió el pelo a causa de una alopecia y desde entonces lleva la cabeza completamente rapada, se niega a llevar peluca. Como resultado, explica: “Siempre he vivido una experiencia muy particular siendo una mujer fotógrafa”, dice. “La mayoría de la gente de estas islas es muy conservadora, así que siempre tengo que abrirme camino a través de esos ideales rigurosos que marcan lo que se espera de una mujer y de un hombre”.

“Cuando empecé a acercarme a estos chicos, nadando hasta ellos en el agua, asumían que era un chico porque lo único que veían era mi cabeza acercándose a ellos”, continúa explicando. “No pensaban nada raro sobre mí y se comportaban de forma natural. En el momento en el que se dieron cuenta de que era una mujer, empezaron a ser más conscientes de que estaba allí y a actuar, así que la relación cambió”. Este cambio es patente en las fotos tanto fuera como bajo agua.

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Al notar esos contrastes, Huggins reformuló su objetivo para el proyecto: “Empezó a interesarme mucho la naturalidad que había antes del cambio en nuestra relación", explica. "Si los fotografío en el momento en el que chocan contra el agua tras el salto no hay lugar para la actuación, porque hay una libertad y transformación en ese momento. Creo que eso es lo más cerca que puedo estar a restablecer esa relación y a romper las fronteras del sexo y de cómo interactuamos los unos con los otros. En ese momento de estar en el agua, todos somos los mismos intentando volver a salir del agua en busca de aire".

Puedes ver el resto del trabajo de Nadia Huggins en su página web y encontrarás otros artistas caribeños contemporáneos en la revista ARC, que ha sido cofundada por la artista.

Traducción de Rosa Gregori.

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