Serena Williams ha perdido sus dedos
Foto de Carlo Allegri, Reuters

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un arma de destrucción masiva

Serena Williams ha perdido sus dedos

El saque, que históricamente ha sido la mejor arma de Serena Williams, parece traicionar a la tenista estadounidense. ¿Qué tiene esta acción de Serena que le da tanta ventaja?

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El tenis es un deporte muy mental: casi depende más de las condiciones psicológicas del jugador que de sus capacidades físicas. Más que ser fuerte, alto y rápido, en el tenis necesitas tener la cabeza bien equilibrada entre los hombros y nunca perder el control. Lo peor que te puede pasar es que te surja la pregunta: ¿y si pierdo?

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Intentando analizar por qué Serena Williams no es una tenista perfecta a pesar de su potencial aparentemente infinito, podríamos perdernos en afirmaciones hipotéticas que no llevarían a nada. Sin embargo, hay un detalle muy tangible del que sí querríamos hablar, un arma que según muchos expertos Williams ha perdido en los últimos tiempos: el servicio.

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Hace unos días, el periódico estadounidense The Wall Street Journal dedicó un artículo a los dedos de Serena, a sus manos, y a un servicio que según ellos es de los más difíciles de recibir del circuito porque imposible de intuir. "Yo estaba en plan, ¿en serio?" dijo Williams en una entrevista en Toronto. "Es que nunca me había dado cuenta", confesó hablando de su servicio.

Cuando nos referimos al servicio de Williams no estamos hablando de potencia, de precisión, de la posición de la raqueta o de otros detalles muy específicos. Nos referimos simplemente al conjunto entero… y especialmente al movimiento de los dedos y de la mano al lanzar la pelota para luego golpearla: puede parecer curioso, pero su secreto está precisamente ahí.

El servicio en el tenis ofrece una ventaja increíble sobre el adversario: obviamente, hay que saberlo utilizar o se puede convertir en una debilidad. Sobre el saque de Serena Williams no hay ninguna duda; en palabras de Steffi Graff, el servicio de la estadounidense es "el arma más fuerte que existe en este momento en este deporte".

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Un análisis de la cadena norteamericana ESPN ha mostrado que el punto preciso donde Serena golpea la pelota es prácticamente siempre el mismo, y si varía lo hace muy poco. Analizando sus saques, ESPN ha descubierto que en sus mejores ejemplos de servicios —y en sus peores— el cuerpo le queda prácticamente siempre en la misma posición… y la pelota también: cuando se la tira hacia arriba, la manda prácticamente siempre al mismo lugar. En sus mejores días, la pelota sube hasta una zona de un radio de apenas 15 cm antes de ser golpeada; en sus peores, ese radio puede aumentar hasta los 50 cm.

Esto es muy raro en el tenis profesional, dado que muchas veces el adversario es capaz de intuir el lugar hacia el cual que un tenista sacará por su posición del cuerpo, por cómo se lanza la pelota antes de pegarle y por cómo agarra la raqueta. En cambio, seguir estos procesos en el caso de Williams es prácticamente inútil: la rival puede tirar a la basura todo lo que ha aprendido sobre saques a lo largo de su carrera, porque Serena funciona distinto. En la última temporada, la estadounidense ha marcado más aces que ninguna otra tenista del circuito: hasta 498 en 52 partidos, una apabullante media de 9,57 por encuentro.

Es prácticamente imposible dilucidar hacia adónde piensa mandar la pelota Serena solo viéndola lanzársela: ello le reporta una inmensa ventaja. Foto de Shannon Stapleton, Reuters.

Hay quien saca con fuerza, como Andy Roddick, cuyos servicios eran una bomba a la cual no podías contestar porque iba demasiado rápido y con demasiada fuerza: Roddick, de hecho, fue capaz de encadenar 3 aces seguidos ni más ni menos que contra Rafa Nadal. Luego podríamos hablar también del físico privilegiado de John Isner, que desde sus 2,08 metros de altura puede mandarla adonde quiera aprovechándose de su inmensa envergadura: como pudo comprobar Novak Djokovic, los servicios de Isner se parecen más a un remate que a un saque.

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La diferencia con Serena es que en su caso el saque no se puede intuir. Por ejemplo, todos en el tenis saben que para efectuar un servicio en 'topspin' —es decir, dando a la pelota una rotación hacia adelante— es necesario lanzarse la pelota para luego golpearla un poco más atrás de lo normal; este pequeño detalle permite al adversario intuir adónde se dirigirá la pelota. Para hacer un 'kick', por poner otro ejemplo, es necesario lanzarse la pelota un poco más a la izquierda y hacia atrás respecto a un golpe normal. Sin querer hacernos pesados, también existe el servicio 'slice' típico de Pete Sampras… y bueno, muchos más.

Pues bien, todo esto Serena no lo hace.

Williams golpea siempre en la misma posición y por eso sus pobres adversarios no pueden imaginar de ningún modo lo que va a ocurrir. Serena siempre hace los mismos movimientos, y sin embargo la pelota cada vez termina en un lugar distinto de la pista contraria: ¿WTF?

Lo que hace Serena realmente es evitar darle rotación a la pelota con los dedos como muchos jugadores hacen; en vez de eso, la apoya sobre la palma de la mano y desde allí, con un gesto pequeñísimo e imperceptible, la lanza con un movimiento rotatorio que le permite decidir adónde dirigirla con precisión. Esa pequeña rotación, que requiere una serenidad tremenda, permite que Williams inflija cualquier cambio de dirección a la pelota en cualquier momento sin ofrecer pistas previas de su intención a sus rivales.

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Su entrenador, Patrick Mouratoglou, explicó en The Wall Street Journal que la acción que Serena ejecuta con total normalidad es en realidad un golpe muy complicado que requiere estar completamente relajado. Es por ello que no sorprende que Serena afirme que lo hace sin pensar; lo que la diferencia de otras jugadoras es su capacidad para efectuarlo igualmente en situaciones de fuerte estrés. La final del Open de Australia de este año es un buen ejemplo: la tenista estadounidense acabó el partido con un ace.

En el vídeo del Open de Australia se aprecia perfectamente como la pobre Maria Sharapova no se mueve hasta el ultimo segundo, porque no tiene ni idea de hacia adónde irá dirigida la pelota; es esto que convierte a Williams en una auténtica máquina de jugar a tenis. Serena es totalmente imprevisible. Reiteramos que en el tenis tener un buen servicio te permite elegir el lugar hacia el que quieres jugar y la forma en la que quieres hacerlo; disponer de esta iniciativa ofrece una ventaja bestial, ya que permite desarrollar estrategias previas que facilitan enormemente ganar puntos.

El movimiento de la mano de Serena Williams esconde una parte importante de su enorme ventaja sobre la pista. Foto de Adrees Latif, Reuters.

El antiguo entrenador de Williams, Rick Macci, está convencido de que Serena todavía no ha recuperado su mejorservicio, pero que podría hacerlo si quisiera. Parece que tras este US Open, algo ha cambiado en ella: en su último partido, la tenista estadounidense sumó hasta 12 aces contra su hermana Venus, un número ciertamente impresionante.

Si Williams hubiese ganado este US Open se habría convertido en la segunda jugadora, después de Steffi Graf, en ser capaz de vencer los cuatro Grand Slams en un solo año. Además, habría alcanzado a Graf en número de grandes competiciones ganadas con 22.

La máquina viviente de jugar a tenis llamada Serena Williams, sin embargo, cayó frente a la italiana Roberta Vinci. Hay que decir, no obstante, que la transalpina jugó un partido espectacular y que consiguió el mejor punto de todo el torneo —una acción que la revista Slate ha considerado "uno de los mejores puntos que se puedan ver en un campo de tenis" y a la cual ha dedicado un artículo entero.

Es obligado felicitar a Vinci por su victoria —y disculpadnos el terrible juego de palabras—. Sobre la protagonista de este artículo, Serena Williams… bueno, solo nos cabe recordar que en tenis el inicio de la jugada es importante, pero el final es lo que cuenta al fin y al cabo.