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un equipo de ensueño

Relatos de Johan (II): ¿de dónde vino el nombre del 'Dream Team'?

El Dream Team de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 fue probablemente la mejor selección de cualquier deporte de todos los tiempos: ¿cómo heredó su nombre el Barça de Johan Cruyff?
Imagen vía Youtube

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Para homenajear a Johan Cruyff, en VICE Sports hemos decidido lanzar una miniserie llamada Relatos de Johan. El '14' holandés bien que lo merece. Después de la primera anécdota, seguimos con la historia de cómo nació un nombre repetido hasta la saciedad: el Dream Team.

El Johan Cruyff entrenador llegó al FC Barcelona en el verano de 1988… justo cuando Josep Lluís Núñez estaba a punto de perder la presidencia del club. El astro holandés, que ya había revolucionado el Barça como jugador, aterrizó en al Ciudad Condal como salvador del presidente.

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Núñez, sin embargo, no podía imaginarse que Cruyff no solo le permitiría no tener que dimitir sino que lo haría pasar a la historia como el presidente de la primera Copa de Europa del Barça. Pero los inicios nunca son fáciles, y menos en un club con una eterna guerra fría interna.

Más relatos: El día que la policía franquista se llevó a Cruyff del campo

En su primera temporada, la 1988-89, el Barça de Johan 'solo' ganó la Recopa de Europa; mientras tanto, el Real Madrid de la Quinta del Buitre ganaba su cuarta liga seguida y la Copa del Rey. En ese Barça aún no estaban ni Ronald Koeman ni Hristo Stoitchkov ni Romário, pero ya eran titulares Andoni Zubizarreta, Guillermo Amor o José María Bakero, entre otros.

La segunda temporada fue más complicada para Johan, porque no solo no pudo evitar que el Madrid ganara su quinta liga consecutiva, sino que quedó en tercer lugar en el torneo de la regularidad por detrás del Valencia CF. Aún así, el holandés evitó la destitución ganando contra todo pronóstico la final de la Copa del Rey contra los blancos. La final fue un auténtico punto de inflexión para el equipo.

Los goles de Amor y Julio Salinas decantaron el partido, y eso evitó que Núñez despidiera a Cruyff. Esa final quedará también en el recuerdo por la famosa frase que salió de los más hondo de Miguel Porlán, 'Chendo': "Lo que peor me sabe es que la copa no la haya ganado un equipo español", aseguró el madridista.

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La temporada 1990-91 fue la confirmación del nivel de juego del equipo, que terminó ganando la primera de las cuatro ligas seguidas que logró cosechar a principios de los noventa. La mejor temporada del Barça de Cruyff, sin embargo, fue la siguiente, la 1991-92: en esa campaña, los azulgrana ganaron por primera vez la Copa de Europa gracias a un recordado gol de Koeman en el mítico estadio de Wembley.

Ese mismo verano se disputaron los Juegos Olímpicos en Barcelona, y aparte de la victoria de la selección española olímpica de fútbol —liderados por los Pep Guardiola, Kiko Narváez y compañía—, esas Olimpiadas quedarán en el recuerdo por haber acogido los partidos del mejor equipo de baloncesto de todos los tiempos.

Lluís Canut, un joven periodista catalán, se dedicaba en esa época a comentar los partidos de baloncesto del llamado Dream Team, séase, la selección estadounidense formada por los Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson y compañía. Al acabar los Juegos, a Canut se le encargó comentar los partidos de pretemporada del Barça; en uno de ellos, frente al São Paulo brasileño en A Coruña, el periodista comentó de pasada que "ver jugar al Barça da gusto, verlo jugar es ver jugar al Dream Team".

Sea por la proximidad geográfica y temporal con el maravilloso equipo estadounidense, por la naciente moda de usar el inglés como algo cool —¿ves?— o por alguna otra razón insondable, la expresión de Canut triunfó. Los periodistas barceloneses empezaron a usarla, la transmitieron al resto del país… y finalmente, incluso la prensa internacional la adoptó.

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Más allá de los títulos, el Dream Team ayudó a consolidar un gusto futbolístico en la Liga española que todavía hoy impera —ver si no la selección campeona en 2008, 2010 y 2012—. En Barcelona se impuso el fútbol de posición, donde los jugadores se ordenan a partir de la pelota y donde los once futbolistas, portero incluido, participan en todas las fases del juego: su herencia sigue durando aún hoy.

El Dream Team, sin embargo, tenía un grave problema que le impidió ganar más torneos continentales: la irregularidad. Sin ir más lejos, apenas un año después de ganar la Copa de Europa, el Barça de Cruyff cayó en octavos de final de la Copa de Europa contra un CSKA de Moscú teóricamente muy inferior.

El contrapunto a la irregularidad, por supuesto, era la brillantez. Seguramente, el mejor ejemplo de esta dualidad fuese la eliminatoria de la temporada 1993-94 frente al Dínamo de Kíev. En la ida, el Barça perdió por un contundente 3-1; en la vuelta, los azulgrana jugaron un partido sencillamente maravilloso, uno de los mejores que se recuerdan en el Camp Nou, y terminó ganando por 4-1… con una media de un tiro a puerta cada 3 minutos.

El punto final del Dream Team llegó, paradójicamente, en esa misma campaña. El equipo alcanzó la final de la Copa de Europa, que se disputó en Atenas: el AC Milan que entrenaba Fabio Capello fue el rival. Cruyff, excesivamente confiado, dejó a Michael Laudrup fuera de la convocatoria… y el equipo italiano arrasó al azulgrana con un doloroso 4-0.

No fue, desde luego, un final de sueño precisamente. Incluso se dice que, en el autobús de vuelta al aeropuerto para regresar a Barcelona, el directivo Joan Gaspart comunicó a Zubizarreta —portero titular del equipo y miembro del grupo de jugadores que Johan llamaba las 'vacas sagradas'— que Cruyff ya no le quería en el equipo de cara a la temporada siguiente.

Sí, el Dream Team, un equipo que heredó el nombre de la selección deportiva más increíble de la historia, tuvo un final abrupto y probablemente injusto. Afortunadamente, no obstante, su legado sigue viva aún hoy… y no parece que sus herederos estén dispuestos a renunciar a él en absoluto.

Si ponen al autor en medio de un rondo es probable que muera antes de tocar un balón, pero en Twitter se apaña bastante bien: @21pauriera