La motera que recorre Pakistán en solitario
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Identidad

La motera que recorre Pakistán en solitario

La parte más peligrosa del viaje de Zenith Irfan en moto por todo Pakistán fue cuando colgó fotos de su recorrido en internet.

Zenith Irfan, de 21 años de edad, recoge su cabellera dentro del casco conforme se prepara para un viaje en moto a través de las concurridas carreteras de Lahore, Pakistán, a pesar de las miradas hostiles y las bocas abiertas de estupefacción. Las carreteras de Lahore son totalmente anárquicas y están repletas de carros tirados por burros, carruajes de caballos y rickshaws. Los conductores esquivan como pueden el ganado y se saltan los semáforos dejándolos atrás como una exhalación.

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Irfan se sintió atraída por las motos después de saber que su padre fallecido siempre había querido atravesar el país montado sobre una. Desde entonces, llevar a cabo el sueño de su padre se convirtió en su meta. Cuando se cansó de ir a la universidad montada en rickshaw, su familia le compró su primera moto —una pequeña Honda C70— y su madre insistió en que debía aprender a usarla.

Irfan aprendió a montar en moto en las amplias y vacías calles de su colonia, obteniendo la confianza y la experiencia suficientes para aventurarse por las peligrosas carreteras de Lahore. Una vez atravesó la plaza principal a toda velocidad; admite que sintió miedo y describe el proceso de aclimatación a las calles como "espantoso".

Sin embargo, después de dos años recorriendo en moto tanto la ciudad como la zona rural, Irfan decidió planificar su odisea a través de país. El famoso poeta sufí Amir-e-Khusro Dehlavi dijo una vez, "Si el cielo está en la tierra, desde luego no está en Cachemira". Teniendo esto en mente, Irfan empaquetó algunas cosas y partió, embarcándose en un viaje en solitario hacia allí, deteniéndose en las brumosas montañas verdes de Murree, continuando hasta Muzaffarabad y después hasta el Valle de Neelam, donde el paisaje la emocionó hasta el punto de hacer brotar sus lágrimas.

"Nunca había visto la nieve", recuerda Irfan. "Haber conseguido llegar hasta Cachemira desde Lahore me llenaba de euforia. Me sentía liberada y conectada con mi padre".

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Durante su viaje en solitario, Irfan recorrió más de 1.000 kilómetros en seis días. A menudo debía reducir su velocidad cuando atravesaba carreteras sin asfaltar y terreno rocoso. En su mayor parte, los habitantes de Cachemira se sentían intrigados y se mostraban amigables cuando la veían pasar. Las comunidades rurales están formadas por tribus y, a pesar de la pobreza, los índices de alfabetización en Cachemira se encuentran por encima de la media nacional del 72 %, con un 88 % de niñas que asisten a la escuela primaria según cifras oficiales. Irfan cree que este es el motivo de que su experiencia fuera más segura, que la gente posee mayor educación, a diferencia de lo que sucede en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, situada al noroeste, donde no le fue posible viajar sola.

Pero al regresar de Cachemira, Irfan comenzó a experimentar una agresiva hostilidad por parte de otra gente: creó un blog en Facebook llamado "1 Girl 2 Wheels" ("1 Chica 2 Ruedas") para documentar sus viajes y ahí es donde sufrió el mayor acoso. "Las cosas se pusieron muy mal. Yo me encontraba en un momento clave de mi vida y me sentía completamente deprimida porque los comentarios eran horribles. Mucha gente decía que yo era 'una desgracia para el símbolo del Islam' y que no debería ser musulmana. '¿Dónde está tu velo?', '¿Dónde está tu burka?'… Resulta bastante irónico porque si llevara burka en la moto todavía atraería más la atención".

Conforme la presencia de Irfan iba creciendo en las redes sociales, le preocupaba que la secta de los Talibanes pakistaníes la persiguiera si desvelaba su ubicación. Ahora, sin embargo, cree que todo depende del destino. Aunque mucha gente sigue creyendo que Pakistán está totalmente plagado de terroristas, Irfan quiere cambiar el modo en que se percibe su país.

Pero por el momento para ella todo gira en torno a la moto. "Para una chica pakistaní que vive en una comunidad de Asia meridional, este es el mayor privilegio que se puede obtener. Sé que hay muchas chicas que quieren salir y viajar, pero no pueden porque sus padres no se lo permiten, por eso estoy en la obligación de disfrutarlo al máximo".