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Música

Skrillex fue telonero de Guns N' Roses y recuperamos la fe en la humanidad

¿Qué es lo que Axl Rose y Sonny Moore tienen en común? Fuimos al show que la banda dio en Houston para averiguarlo.
Skrillex in Toronto in 2014, photo by THESUPERMANIAK

*Este texto originalmente se publicó en THUMP Canadá.


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Axl Rose es uno de esos güeyes tan imposibles de analizar por lo que solamente te queda "confiar en el proceso". Aunque poner la fe en el líder de Guns N' Roses nos ha llevado a puntos muertos, como que sus fans esperaran 15 años por un disco, presentaciones precarias en vivo y la traición de trenzarse el cabello; en el 2016, podemos confiar en él de nuevo. Para empezar, Slash, el guitarrista, y Duff McKagan, el bajista, vuelven a estar en la alineación clásica, y Rose ha sonado muy bien en el nuevo tour de la banda, "Not In This Lifetime". Han tenido algunos abridores bastante convencionales incluyendo a Alice in Chains y Lenny Kravitz, pero pocos pudieron haber anticipado la participación de la deidad del EDM, Skrillex, como telonero de la fecha en Houston en el NRG Stadium.

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¿Axl estaba detrás de esto –le gusta secretamente el PLUR? ¿O fue el management del grupo jugándole una broma cruel a la audiencia? Lo que les puedo decir es que Skrillex no sólo la partió, sino que reafirmó mi fe en el rock al hacer que el EDM ya no me cause miedo.

Vale la pena notar que existe un precedente de esta unión. En el 2012, SPIN publicó una lista de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos, tomando la decisión subversiva de incluir a Sonny Moore en el puesto número 100, y de no honrar a gente como Slash. En su nota, el escritor Chris Weingarten declaró "ningún músico contemporáneo tiene un entendimiento más claro de un riff aplastante que colapsa el pecho, bombea adrenalina y acelera el pulso". Al ver su set de apertura en una de las giras más grandes del año, esas palabras finalmente se hicieron palpables.

La verdad es que Slash y Skrillex sí son exitosos en la misma tarea –la euforia total- aunque por medios completamente diferentes. El set de Guns N' Roses tuvo muchos breaks de guitarras extendidas, y ninguno fue innecesario. Slash es un guitarrista tan fluido, que hace que la sordidez de New York Dolls y de The Stooges se sienta tan romántica como un jam entre David Gilmour y Gary Moore, de Thin Lizz. El fan de la playera de "Where's Izzy" probablemente no estuvo contento de que Richard Fortus demostrara ser un compañero de solos igualmente capaz; aun así, esto era para los héroes de la guitarra. Sólo Slash puede hacer que "Sweet Child O' Mine" llore como debe ser, sus huellas dactilares son la única llave para desbloquear ese tono orgásmico. También es como Prince en el sentido en que puede hacer que una sala vaya de cero a "PRENDIDA" con solo entrar por la puerta.

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La carrera de Skrillex no ha sido tan larga, pero asumió la misma calidad adictiva del metal al adaptarlo al EDM y su búsqueda incesante por una completa sobrecarga sensorial. El setup en el escenario, con su logo frente a una red de camuflaje apenas cubriendo su cabina y repleto de láseres, podía parecer reducida comparada a sus presentaciones a la cabeza de festivales, pero su música fue hecha para sistemas de sonido de un estadio. Nada de los Guns N' Roses puede o debe ser descrito como modesto, desde los ocho cambios de ropa de Axl hasta poner la pretenciosa balada de piano de nueve minutos, "Estranged", temprano en set, lo que, tal vez, hizo que Skrillex fuera el abridor más apropiado entre todas las opciones.

"Seek and Destroy" y "For Whom The Bell Tolls", de Metallica, fueron sometidas a cambios de pitch y tremendos drops de bajo, las herramientas predilectas del artista, y sonaban tan grandes como si los mismos James Hetfield and Co. se hubieran presentado esa noche.

El excantante de From First To Last era un hijo del nü metal como yo, y a través de sus recuerdos de juventud, convirtió "Chop Suey", de System Of a Down en una delicia para los aficionados al dubstep.

¿Fue complaciente? Absolutamente. ¿Fue hermoso? Incluso más. Skrillex hizo la transición de la canción de hip-hop más exitosa del año, "Panda", al clásico de Motörhead, "Ace of Spades", una combinación desafiante pero sorpresivamente lógica. Podrías pensar que Lemmy se estaba revolcando en su tumba, pero te apuesto a que invocó una botella de Jack al camerino de Skrillex al final de la noche en agradecimiento (aparte de eso, tanto Desiigner y el difunto músico inglés saben una o dos cosas sobre morras en Atlanta). Ambas canciones están diseñadas para la locura, para decir, "¿Sabes qué? Los Jager bombs son el regalo de Dios para la Tierra. ¿Quién soy yo para rechazar Su generosidad?" Y aunque el recinto aún no se había llenado, todos los que estaban ahí sintieron la conexión sin darse cuenta, lo que significa que puedes tocar "Panda" frente a una sala llena de rockeros sin tener que pasar por otro Altamont.

Más impresionante que eso fue que el productor fuera de "Harder Better Faster Stronger" a "Fucking Hostile", de Pantera, dos tracks bien agresivos pero diferentes; son una pareja natural –una canción sobre ponerse mamado que lleva a otra canción que habla de usar tu nueva musculatura para consolidar tu poder. Los fans de Pantera pueden decirle a Daft Punk obcenidades que no podemos publicar, y los fans de Daft Punk pueden ver a Pantera como metaleros, pero Skrillex conoce a su ancestro en común –la necesidad de rockear. Y esa fue la genialidad de su set: remezclar temas básicos del rock en formas contemporáneas, haciendo a estos tracks más vitales que nunca.

Una gira de esta magnitud significa que no puedes solo darle un beso de despedida a la audiencia. Para Guns N' Roses, significó soltar los fuegos artificiales equivalentes al arsenal de un pequeño país mientras que Slash se entregó al solo en "Paradise City". La versión equivalente de Moore fue ondear una bandera americana mientras tocaba "Bohemian Rhapsody", flashes de celulares remplazando encendedores (aunque había algunas de esas cosas esotéricas). Escuchar a un imbécil en un sucio bar de karaoke probablemente ha matado esa canción para ti, y no puedo echarte toda la culpa, pero esto me hizo recordar por qué esa canción fue un exitazo. Skrillex reclamó a Queen para los Estados Unidos por una noche, haciendo que toda la Guerra Revolucionaria se viera pintoresca. Me hizo sentir orgulloso de ser americano, porque recordé que este es un país donde un William Brice Bailey de Indiana puede mudarse a L.A. y convertirse en Axl Rose. Con una copia de Frooty Loops, Sonny Moore fue de encabezar una banda emo de Warped Tour a festejar en un barco con Rick Ross y Jared Leto. Esa es la tierra de las oportunidades que quiero para todos: donde si hacemos música con una guitarra o una computadora, no nos conformemos con estupideces sosas.

Andy O'Connor está en Twitter.