Así es tener una granja bajo vigilancia policial

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Así es tener una granja bajo vigilancia policial

La granja comunitaria de la corte de Yorkley fue establecida en los bosques de Gloucestershire en junio de 2012 cuando un grupo de activistas ambientales llegaron al sitio. Sin embargo la corte quiere desalojarlos y las personas que trabajan ahí, están...

"El patrón de la propiedad de tierra es complejo, pero en el Reino Unido actualmente, todo pertenece a alguien y es cerrado", Frank White me cuenta mientras me ayuda a pasar por una serie de vallas y cadenas, para llegar a la torre de mando que no quedaría fuera de lugar en el set de Game of Thrones. "No puedes caminar en la tierra si nadie la usa y plantar vegetales, criar ganado, juntar leña. Alguien es dueño de ella". White tiene razón por supuesto, excepto que eso es exactamente lo que él – y cerca otras cuarenta personas han hecho, justo en el corazón del Bosque de Dean.

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La granja comunitaria de la corte de Yorkley fue establecida en los bosques de Gloucestershire en junio de 2012 cuando un grupo de activistas ambientales llegaron al sitio. En ese momento, la tierra estaba vacía y había cada vez más un aire de negligencia," según un libro que documenta la granja para los locales y residentes.

La historia es intricada, pero el documento de 86 paginas también recuenta una red de masonería, descendientes perdidos y abogados supuestamente poco confiables – o como lo ponen, "la batalla perpetua entre los poderosos y los oprimidos." Es todo un poco como los illuminati.

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Los dueños de la tierra murieron en los 1800s, sin dejar un heredero claro de su propiedad. Los intentos para encontrar a los dueños correctos fueron hechos en los sesenta, pero fallaron. Hoy los fideicomisos de los abogados han vendido la tierra a un negociante local (y hablando con los pueblerinos, uno bastante poco popular) llamado Brian Bennett. Los residentes en la Corte Yorkley le dijeron que el procurador no tiene derecho a la propiedad. La corte, sin embargo lo ven de otra manera, y le han garantizado la desposesión a Bennett. Y él quiere que se vayan.

En la actualidad. el sitio de 180 acres está bajo custodia de la policía y los aguaciles listos a llevar a cabo el desalojo, con los residentes de Yorkley Court retirándose a tan sólo 40 acres, donde han construido sus propias barricadas. La granja que una vez ocuparon sigue desocupada: los papeles de la corte están clavados a la puerta y a mucha tierra ha sido abandonada.

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Me muestran lo que queda. Conocida como la "Franja de abajo" es un valle con un camino que va hasta el centro. Mientras caminamos por el camino vemos adjudicaciones e invernaderos, así como estructuras que se han convertido en las casas de los residentes de Yorkley Court. Algunas están pintadas en colores psicodélicos suspendidos en el aire, otros combinan naturalmente con el paisaje.

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La raison d'etre de Yorkley Court no ha sido alterada desde 2012 cuando los activistas lo vieron como una oportunidad de "juntarse y enfrentar los problemas como la sustentabilidad, la soberanía de la comida, la re-localización y la biodiversidad a través de la comida." Desde entonces, han trabajado la tierra para construir una granja comunal en un lote que hubieran dejado vacía."

Esta no es la primera vez que las cosas se han alterado el Bosque de Dean. Cerca de 400 años atrás, 500 personas marcharon a través del bosque, peleando por lo que el historiador Robert Muchembled describe en Una Historia de Violencia: Desde el final de la Edad Media al Presente como "la restauración del acceso libre a áreas que eran cerradas y prohibidas para ellos".

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Los paralelos con Yorkley Court son bastante obvios. Las últimos cinco años han visto numerosos intentos del gobierno para vender los terrenos públicos de los bosques. En 2012, la coalición fue forzada a echarse para atrás en ese tema, y el año pasado, la ley de Infrastructura fue emendada para proteger los bosques luego de la presión de los residentes de Bosque de Dean. "Mierda todo ha cambiado" es una frase que he escuchado alrededor de la granja.

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"La gente en los bosques tienen esta historia de recintos de lucha, compartir sus ovejas, y otras actividades," dice White, que ha estado en Yorkley Court desde que empezó, y quien actúa como una especie de vocero. "Somos parte de un movimiento que está peleando por su derecho a la auto determinación."

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Frank White entrevistado en Yorkley Court Community Farm

La granja también se inspira en la filosofía de Reclamar los Campos, una red de activistas europeos que están comprometidos a enfrentar los problemas de acceso a la tierra, a la granja colectiva, derechos a las semillas e intercambio de semillas".

"A la larga significa que queremos recuperar el sistema de comida," explica White. "Usamos acción directa para confrontar los patrones de propiedad de la tierra, formas de vivir y de producir comida que no están funcionando."

White, quien ha completado el aprendizaje de granja orgánica desde que ayudó a establecer Yorkley Court, me guía a través de los campos principales hasta un manantial natural, donde el agua del sitio es recolectada.

"Todos los granjeros aquí usan la biodinámica –un método de granja orgánica desarrollado en los veinte, que favorece el entendimiento holístico de los procesos agrícolas," dice White. "No usamos químicos, y las únicas máquinas que usamos son recortadoras para cortar las malezas."

La pasión de Yorkley Court por la sustentabilidad se extiende más allá de las técnicas de cultivo. El sitio está afuera de la red de electricidad y su energía viene de los páneles solares, el combustible de la madera del bosque y el agua se recolecta en el valle.

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"No hay duda que la comunidad aquí se ha convertido en algo especial," me dice White, mientras nos sentamos en unos de los lotes restantes de la granja. "Los locales estaban convencidos de que la tierra estaba contaminada, llena de desperdicios y químicos de los días de la minería". Dos años y nueve meses más tarde, los frutos (y los vegetales) de su labor es evidente.

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Con los helicópteros de la policía circulando el aire por encima de Yorkley Court en las últimas semanas, algunos residentes se ocuparon con clases y fortificando los perímetros, mientras otros continuaron trabajando en la tierra.

"Intentamos comer de acuerdo a la temporada, ya que lo que crece es lo que comemos", explica White, quien es también un miembro de una pequeña unión de productores, la Alianza de Trabajadores de Tierra. "En el momento, estamos comiendo un montón de puerros, chirivía, nabos y colinabos. También comida salvaje como ortigas y alazán".

Con la amenaza de los aguaciles, gran parte del ganado de la granja y las plantas han sido enviadas a otros proyectos alrededor del Reino Unido por seguridad, y la tierra ha sido preparada para otra temporada. Uno de los residentes de Yorkley Court, Ash, también expresa la importancia de seguir como si todo fuera normal.

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"Sembrar semillas es un acto de esperanza y es muy empoderador," dice. "Es algo poderoso para continuar y trabajar en la tierra. Si nos diéramos por vencidos, entonces no habría nada aquí para defender."

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El tiene un punto. Cuando la granja fue establecida, los activistas no tenían forma de saber por cuánto tiempo más se le permitiría continuar en su comunidad. De cualquier forma, plantaron sus semillas y construyeron sus casas.

Dentro de la bulliciosa cocina comunal – localizada entre dos de los conteiners refaccionados en el sitio – una campana suena y la cena se sirve. Pan recién horneado es llevado en unas fuentes hirvientes desde el horno de barro al conteiner de al lado y me ofrecen un plato asado vegetariano de Lynne, quien ha vivido en el sitio desde que empezó.

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Stella, quien vive cerca de Yorkley Court Community Farm.

"La tierra no ha producido toda nuestra comida, pero nos hemos integrado con la comunidad más amplia – yendo a trabajar a cambio de comida," me dice. "La comida te conecta con la tierra, pero también con las personas a nuestro alrededor."

La visión de Yorkley Court es la de ser auto-suficiente, una variación del idilio de auto-suficiencia que había anticipado. La auto-suficiencia significa que los residentes pueden sobrevivir de lo que producen, pero abren sus recursos para permitir una red más amplia de gente para que sean parte de lo que ellos hacen. Los talleres de granja y los días abiertos de familia son hechos en el sitio, y los cultivos se comparten entre los visitantes y los invitados.

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Ash residente de Yorkley Court Community Farm, parado afuera de su cabina.

"Esto nos permite trabajar más de cerca con la comunidad a nuestro alrededor", explica White, mientras nos dirigimos entre la niebla a la torre de vigilancia, donde los locales estaban empezando a reunirse para su club de pelea de la campiña. Siendo la mañana del esperado desalojo, la prensa local ha aparecido en los portones de entrada, y también lo ha hecho Stella, quien vive cerca en el camino.

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"Creo que si haces un modelo muy pequeño del mundo, verías la locura de que sólo un montón de personas sean dueños de la mayoría de la tierra," exclama. "Esta gente aquí vive una vida que tiene como objetivo contrarrestar esto – es el futuro, son visionarios."

Paul, quien vive en una villa vecina, también ha venido al sitio con su compañera para mostrar su apoyo.

"Creo que lo que tenemos aquí es un pedazo de tierra que ha sido impugnada, y un promotor que ha podido instalarse y manipular el sistema," él sugiere, parado al lado de su cartel hecho a mano que demanda "No a la toma de tierra en Yorkley Court." "Ellos pusieron mucho trabajo en volver la tierra fértil y sustentable y han sido decepcionados. Es una desgracia."

Paul and his partner protesting against the eviction of Yorkley Court Community Farm residents.

Mientras camino por el sitio y me despido de la gente, a pesar del esfuerzo de Paul y su cartel , los estados de ánimo son bastante malos.

Mi casa se ha convertido en un sitio de protestas, y esa mierda. El lugar donde vivo está a punto de ser destruido," refleja Ash, mientras me muestra su cabaña, completa con hasta una cocina a leña. "Muchos sitios de protesta ven a mucha gente unirse por un propósito, pero la tierra no es tan importante. Tenemos una conexión con la tierra, una que es compartida con la comunidad. Estamos hablando de tierra sin uso y que está fuera de las conexiones de energía. No somos anti-esto o anti-aquello, estamos creando una nueva forma de sociedad, una que es saludable y una que puede sobrevivir."

Devuelta en los portones, Stella está firme, lista para parar a los aguaciles desde el frente. "Esta gente convirtió el lugar en un matorral árido y vacío en una comunidad floreciente, dice. "Voy a hacer todo lo posible para detener a los que quieren destruirlo." Palabras de pelea de una pensionaria.

Había llegado con la expectativa de una comunidad local a la que no le caería muy en gracia sus vecinos ocupantes. Los rebeldes son generalmente alienados de este tipo de alternativas, de estilos de vida ecológicos, y los diarios de los pequeños pueblos tienen el hábito de confundir las misiones de los activistas con practicas desagradables.

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Pero Yorkley Court es diferente. No estoy seguro si es la historia del área, algo en el agua de manantial que inspira rebeldía, o porque hay cosas que hacer en el medio del Bosque de Dean (no pudimos encontrar ningún bar abierto después de las 9:30 PM) pero con todos los que hablé del área pensaban que valía la pena pelear por la comunidad de granja.

Justo cuando estoy por irme, un par de aguaciles y tres policías locales aparecen pero se van rápidamente luego de ver las barreras y los protestantes. Yorkley Court vive, por ahora.