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A pesar de haber sido barridos, el futuro de los Trail Blazers es mucho más prometedor de lo que parece

Los Blazers sufrieron una barrida ante los Warriors, pero su futuro es más brillante del que nos imaginamos.
Craig Mitchelldyer-USA TODAY Sports

No hay de qué avergonzarse por ser barrido en la primera ronda de playoffs por uno de los equipos de basquetbol más dominantes de la historia, incluso si tu equipo se vio superado por 72 puntos en cuatro partidos. Los Warriors de Golden State continúan su paso arrollador en la NBA, y el lunes por la noche los Trail Blazers de Portland fueron una víctima más.

Pero no hay de qué preocuparse, porque el equipo de Portland no está solo, pero también porque este conjunto cuenta con razones verdaderas para disfrutar el verano con calma y ver hacia el futuro con optimismo. Después de iniciar la temporada con serias dudas por la condición física de sus jugadores y una plantilla impía, lo acontecido el lunes puede calificarse como un logro.

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En efecto, los Blazers aún no tienen espacio salarial. Tampoco tienen un lottery pick, y terminaron la temporada 2016-17 con una marca de 41-41, tan sólo una temporada después de haber dado todo lo que tenían ante los Warriors (sin Kevin Durant y un saludable Steph Curry) en la segunda ronda. Pero el plantel de Portland está plagado de jóvenes talentosos todavía muy alejados de su apogeo. Portland tiene la unión y la cultura que muchas organizaciones quisieran tener. Su dueño es un multimillonario de 64 años a quien no le duele el codo para invertir dinero en el equipo, y su gerente general es uno de los más competentes en la NBA.

Para acabar pronto, los Blazers no son como otras instituciones, pero la manera cómo está conformado el equipo funciona, generalmente, para su ventaja. Se trata de un equipo con un mercado pequeño que se encuentra en una fantástica posición para dar un salto significativo en los próximos años. Tal vez no tarde mucho, ya que sólo dos equipos tuvieron un porcentaje ganador más alto después de las "festividades" del All-Star. Portland obtuvo un récord de 18-8 en el último tramo para clasificar a postemporada utilizando una de las mejores 10 defensivas para borrar a tiradores rivales de triples, y atacar con una de las mejores cinco ofensivas. En partidos trascendentales tuvieron marca de 23-24 (partidos donde el margen de anotaciones es de cinco puntos o menos con cinco minutos del final) a pesar superar a sus rivales por 4.4 puntos cada 100 posesiones de balón en dicho tiempo.

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Antes de llegar al intercambio que salvó su temporada, o mencionar las contrataciones de agencia libre que al principio sufrieron pero que finalmente se adaptaron conforme la temporada fue progresando, comencemos por conocer más a detalle a los dos pilares del equipo, Damian Lillard y C.J. McCollum.

Es difícil pedir a un equipo hacer más a la ofensiva que la labor de estos dos. Los fans/espectadores/estudiosos del basquetbol se han dejado llevar por los Splash Brothers en años recientes, pero McCollum y Lillard no deberían tomarse a la ligera. Están hechos el uno para el otro en la duela, son creadores del momento que hacen y generan tiros extremadamente difíciles casi de rutina. Y al parecer también están mejorando.

Ninguno estuvo en el equipo All-Star este año, pero su ausencia tuvo que ver más con la riqueza de talento en sus posiciones que por sus defectos. Nombrado como el jugador que tuvo más progreso en la NBA una temporada antes, McCollum volvió a encontrar la forma de mejorar en cada faceta de su juego. De todos los jugadores que lanzaron al menos 400 tiros de media distancia, ninguno fue más atinado que McCollum, quien anotó el increíble porcentaje de 47.7 de sus tiros.

La dupla perfecta. Foto por Jaime Valdez-USA TODAY Sports

Pero no es todo. De todos los jugadores que intentaron al menos 300 triples después del descanso, nadie pudo superar el 42.9 por ciento de McCollum. Es imparable cuando ataca desde la izquierda, un depredador con la fascinación para tirar cuando agarra a su marcador fuera de balance. Su fadeaway es muerte pura, y su porcentaje de efectividad en porcentaje de tiros de todos los ángulos estuvo por encima del 50 por ciento; cifras de élite.

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Si juntamos todos sus atributos, McCollum fue uno de los mejores jugadores ofensivos de la liga el año pasado. Lillard, al igual que su compañero, mejoro mucho en su quinta temporada. El dos veces jugador All-Star promedió 27 puntos por partido con los porcentajes True Shooting y de tiro libre más altos de su carrera, y su reputación de sus tiros de distancia sólo es eclipsada por Curry.

El lector escéptico puede sentirse indiferente ante estos elogios y con mucha razón. A) ¿Qué hay de la defensiva? B) Si ambos jugadores son tan buenos, ¿por qué Portland sufrió un retroceso y apenas clasificó a postemporada? Los dos argumentos son válidos, y abordaremos el segundo en unos minutos, pero tampoco se necesitan fórmulas complejas para ver que el futuro de Portland con esta dupla puede ser mucho más prometedor que el presente, claro, si suponemos que seguirán mejorando.

Estas fueron las palabras de McCollum a principios de este año sobre por qué los Blazers deberían mejorar en el futuro: "Seguimos aprendiendo, ya que estamos apenas en nuestra segunda temporada completa juntos. Creo que todavía podemos aprender mucho. Tengo 25 años y Damian 26, no hemos alcanzado nuestra madurez en términos mentales y físicos. Creo que podemos mejorar en todos los aspectos. Nunca se es un producto terminado. Las posibilidades son muchas".

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No se equivoca, como lo demuestran algunos ejemplos: Isaiah Thomas y Curry tuvieron mejoras históricas en la etapa tardía de sus 20, mientras que el treintón Chris Paul acaba de desatar la temporada más eficiente de su carrera digna del Salón de la Fama. Existe la posibilidad de que la dupla indispensable de los Blazers se estanque, pero resulta igual de probable que ambos sigan mejorando sus debilidades y afinando sus herramientas que ocasionan tantos dolores de cabeza a las defensivas rivales.

En cuanto a las debilidades, la duda recae sobre si McCollum o Lillard podrán contribuir de la misma manera a la defensiva. Ninguno de los dos es bueno en ello con el balón hasta el momento, lo cual se convierte en un lastre en una serie de siete partidos. Peor aún, es difícil ver cómo puedan arreglar el asunto. Pero hay formas para que sus equipos puedan maquillar y mitigar el problema, ya sea empleando una dinámica ofensiva o un plantel de apoyo cargado de jugadores versátiles.

El defecto fatal de Portland en las últimas dos temporadas se ha generado en medio de la cancha, donde Mason Plumlee no se comportó como el defensivo imponente que se esperaba. Por más que aportó a la ofensiva, Plumlee no pudo controlar el tablero ante la presión durante 82 partidos de la temporada, y mucho menos un eterno partido de postemporada.

En general, los Trail Blazzers hicieron un gran trabajo limitando los layups, clavadas, y triples; áreas preferidas por las ofensivas. De cualquier forma, cometieron muchas faltas, no se interesaron en forzar entregas de balón, y se vieron retratados por los triples que permitieron.

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Foto: Chris Nicoll-USA TODAY Sports.

Para ello está Jusuf Nurkic. Hay muchas razones para echar tierra al futuro de Portland, pero su mastodonte recién adquirido es por mucho el más emocionante. El jugador de 22 años promedió 18.7 puntos, 12.8 rebotes, y 3.9 asistencias cada 36 minutos de juego, luego de sumarse al equipo a mitad de temporada. Nurkic reforzó la defensiva y complementó a los creativos de Portland. Pero no todo se dio a base de músculo. Tristan Thompson, Rudy Gobert, y Cody Zeller fueron los únicos jugadores en la liga que promediaron más asistencias de pantalla por partido después del descanso All-Break, según NBA.com.

La química importa. Nurkic lució como un compañeros de lujo de McCollum y Lillard. En los 419 minutos que disputaron juntos, Portland superó a sus rivales por 11.3 puntos cada 100 posesiones, gracias a una ofensiva más eficiente que la de los Warriors.

Son buenas noticias, pero las opciones en este verano para el gerente general Neil Olshey son mucho mejores. Los Blazers están por encima del tope salarial y podrían pagar impuestos al lujo el próximo año. Sin embargo, en una época donde el movimiento de jugadores se ha convertido en una constante la vida es más fácil para todos. Si Olshey decide que algunos de sus jugadores no están funcionando, intercambiar a tipos como Allen Crabbe, Al-Farouq Aminu o Mo Harkless no será difícil; todos están bien pagados, pero no tiene la misma estima. Incluso Turner, a quien se le exigió demasiado en su primer año, podría ser uno de los candidatos.

Si nadie se va, el próximo año será mucho mejor que este. Este es uno de los beneficios que Portland disfruta por tener un plantel, un personal técnico, un sistema, una dirigencia y un dueño en la misma página, y listos para afrontar el futuro.

Olshey tiene las selecciones 15, 20 y 26 globales del draft de este año. Será interesante ver si puede subir en las posiciones mejorando su oferta con jugadores de rotación decentes o si prefiere usar las tres selecciones para intentar encontrar el tipo de jugadores que mejor encajen en su equipo. Actualmente hay tres lugares disponibles en el plantel para la próxima campaña, así que no hay presión para cambiar los picks.

Las últimas dos semanas fueron de prueba para los dirigentes de los Blazers, y el lunes fue una noche brutal. Los próximos años serán todo menos esto.