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La pasión por el fútbol mueve montañas, borracheras de cuidado y da pie a amistades increíbles. El viernes 19 de agosto, el estadio de La Rosaleda vivió el debut del Málaga CF en la liga —empate a uno contra el CA Osasuna— con la presencia de un espectador muy especial.
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Que Michael llegara al partido fue un milagro. Aterrizó en la ciudad andaluza en plena Feria de Agosto y Valeriano, su colega malagueño, se propuso enseñarle lo mejor de la noche y le invitó a unas copas de Cartojal, un vino dulce muy típico de las fiestas de Málaga. Lo que pasó después fue más propio de la siguiente peli de Resacón en Las Vegas.
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El hincha estadounidense, que habla un español perfecto gracias a sus raíces mexicanas, cayó rendido a la tercera copa y el brillante relato del cachondo de su hospedero causó furor en Twitter. Preocupación y risas por igual.
La cosa acabó en coma etílico y un viaje en ambulancia, pero el viernes Michael resucitó para poder asistir al encuentro del club de sus amores. La verdad es que no me acuerdo de nada”, reconoce sobre su primera noche en la feria. “Lo peor es que no bebió tanto. Entre el calor y que no está acostumbrado se bebió el Cartojal como si fuera agua”, se ríe Vale.
Más allá de la borrachera, esta pareja de aficionados esconde una bonita historia. Se conocieron de casualidad en Liverpool hace más de tres años y han mantenido el contacto desde entonces. Desde Estados Unidos, Michael sigue todos los partidos de los andaluces con una de sus varias camisetas del equipo puesta. De hecho, cuando está en su casa de San Francisco, se despierta casi cada mañana a las siete para ver los partidos de la Premier League y, ya sobre las nueve, los de la primera división española.
En 2013, cuando se conocieron, Michael estaba en el paro. Por eso decidió hacer un tour por toda Europa para vivir la atmósfera de distintos campos: vio al Fulham, al Chelsea, al Liverpool y también estuvo en Alemania para ver al Stuttgart.
Michael quería ver un partido de Champions y el destino le brindó a Vale, que le dijo que podía conseguirle entradas para el Málaga-Borussia Dortmund. El americano no se lo pensó y quedó prendado tras presenciar el furor de La Rosaleda y el calor de los habitantes de la ciudad.
“Mi pasión por el fútbol viene de mis amigos mexicanos. Para mí, ver unos cuartos de final de la Champions fue cumplir un sueño”. El encuentro acabó con empate a cero y en la vuelta los malacitanos cayeron por un cruel 3-2. “Aquí la gente es muy amable, todos te sonríen. Me gusta el color de la ciudad, cómo reciben al autocar del equipo… Vas a Dinamarca y nadie te dice nada, la gente es muy fría”.
“He dejado el trabajo para venir tres semanas aquí a ver a mis amigos”, cuenta Michael. “Llegué el día 12 a Copenhague —para ver el partido de los locales contra el APOEL Nicosia FC—, después estuve en Málaga y ayer vi al Atlético de Madrid”.
“El viernes solo bebió agua”, dice Vale sobre su colega. “El Málaga es el equipo de mis amores, después de ese partido de Champions no podía ser de otra manera”, apunta Michael. Esta semana seguirá su ruta por España en el País Vasco: espera ver el Eibar–Valencia del sábado y el Athletic Bilbao–FC Barcelona el domingo. Por favor, que nadie le dé muchas copas de txakoli… que él quiere ver el fútbol.
“Vengo con mis ahorros y cuando se acaben me vuelvo para California a buscar trabajo”, comenta sobre su plan de acción. Allí juega al fútbol con los colegas y anima a los San Jose Earthquakes de la Major League Soccer (MLS). “Son muy malos pero hay que apoyar al soccer para que crezca”.
Esta amistad ha crecido hasta el punto de que Vale, que acaba de terminar la carrera de relaciones laborales, se plantea ir a vivir un tiempo a California: “Sería increíble, Michael me ha invitado a ir allí con él”.
El fútbol tendrá sus cosas malas, pero esta bonita historia reivindica su esencia: la de conectar a las personas a través de una pasión y un sentimiento.
Sigue al autor en Twitter: @GuilleAlvarez41