Música

Mike Díaz es un pastor de hombres

Para la gente que consume rap hecho en México, Mike Díaz es un nombre que resbala por la boca con sabor especial al mencionarlo. Es un talismán para los iniciados, santito de rappers, el rapero favorito de tu rapero favorito, y el referente en el que piensas cuando te acuerdas que el panorama de las barras en 2018 a veces parece sitiado por un ejército de zombis empeñados en convertir filtros de Instagram en carreras artísticas.

Mike es un científico de sílabas que levita a diez centímetros del suelo cuando bendice el micrófono. Y si pones por escrito sus rapeos, encontrarás geometrías de lo sagrado, como en esas fotos de diputados rusos peleándose, vueltas memes de la proporción áurea. Los flows de Mike son un tesoro nacional, tan solo pasa que el resto de la sociedad mexicana está muy ocupada tuiteando sobre la cuarta transformación; su rap es cerbatanas con ponzoña en la punta, que te persiguen en la espesura de la selva. El fuego que escupen las hidras robots que patrullan laberintos de la Matrix.

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Después de que en 2014 lanzara Elephonteasis, un disco doble con 45 temas que se convirtió en un clásico del subterráneo mexa (y cimentó su reputación como uno de los más complejos letristas del rap latinoamericano), Mike estrenó exactamente hace dos años, en septiembre de 2016, la canción “Ser Galáctico“, con la cual inauguró un ciclo que culmina hoy: Renace, un disco donde mudó la piel. O siguiendo el tropo de Neo, se tomó la pildorita roja. Mike es un chamán de objetos verbales que pastorea hombres con sus sílabas, y Renace fue el proceso por el cual, en efecto, desarrolló ese sexto sentido chamánico. Y para llegar ahí, el hidrocálido naturalmente sudó sangre.

Le mandé unas preguntas a Mike vía mail, y las contestó profusamente, como tal vez no lo había hecho en una entrevista. No solo eso, mientras leía sus respuestas me daba cueta que estaban escritas en la misma clave que sus raps, así que prontamente pasé a leerlas como si fueran otro track de Renace. Escucha abajo uno de los mejores discos de rap del año y después lee (o lee y escucha en tu cabeza rapear a Mike) lo que nos dijo.

NOISEY: ¿Cómo empezaste a rapear?
Mike Diaz: El rap gangsta entró a mi mente en el momento mas vulnerable de mi vida: a los 17 años. Influenciado por el rap chicano de Darkroom y el west coast de Death Row, escribí mis primeras líneas: Orgullo de barrio, Dickies, Fubus, burritas, fierros, Sangre por sangre y toda esa bullshit de las gangas.

Como todo un cholito artista que sabia dibujar desde temprana edad, tenía un cuarto-local donde aprendí el arte del aerógrafo y, al mismo tiempo, le vendía limas pintadas a los homies del barrio. Allí fue donde grabe mis primeras voces sobre un casete que re-grabábamos en una boombox de mi partner del crimen, Gravedad. Él contaba con pistas que su hermano Manelik había traído para Agüitas desde Chicago en su ultima visita, mismas que adornábamos con nuestras voces angelicales encima de un micrófono abollado con masking tape en el cable. Todo esto fue lo que trajo El Grave una noche a mi aposento para loquear. Y así, todo inició como un juego para ver cómo nos escuchábamos.

Mi flow es un Frankenstein de influencias.

Cuéntame un poco de la historia del rap de Aguascalientes. Han salido varios raperos importantes para el panorama nacional. ¿Cómo fue el día cero?
Mientras descubría ese extenso mundo de las rimas, también se encontraban varios locos rapeando en diferentes puntos rojos de la ciudad por allá del 2003. Tal es el caso de Régimen, actualmente conocido como Iluminatik, los cuales me sorprendieron bastante al escuchar sus rolas por primera vez: sonaban muy pro para su tiempo en cuanto a flows. Nos conocimos e hicimos clic y nos pusimos una mega peda con tonayanes. Posteriormente trabajamos juntos en un demo al cual llamamos La Alianza, mismo que grabamos por primera vez en un estudio profesional junto a Matriz Urbana (dúo de dos femcees), Toque de Queda (primer nombre del grupo conformado por Gravedad y Fontenak, después conocido como Vox Populi), Manelik (hermano de El Grave ) y mi primo el Bogar.

A la par conocí también al Tanke, a quien había topado años atrás en una competencia de graffiti hecha por la marca de refresco Sprite, la cual gané ese día, por cierto. Mi compa siempre fue un bato jerroso, como todos nosotros. Recuerdo ese día que traía una camisa de cuadros hasta el cuello like “Comprendes Méndez”. Llegó, se presentó y tomó sus botes. Se nos veía todo el callo aun siendo unos adolescentes. Lo volví a topar en su faceta de rapero años después y chocamos puños para colaborar en varias canciones junto a Jk47 y Gravedad en un proyecto llamado Hidrofam. Estos batos cargaban todo el mood freestyle que se vino de moda por la película 8 Mile. Nunca les pude ganar, por cierto.

En la plaza hidrocálida se exponían otros grupos, como República Central o Sonidos Delictivos, que se codeaban junto a los nombrados. Y el culpable de organizar los primeros eventos y de mover toda la ola de HH, mismo que ya estaba antes que nosotros, fue el b-boy OG Jeovany, Maestro del Aire hermano de El Grave.

Buenos recuerdos.

Tu manera de rapear no se parece a otra, ni en español ni en otro idioma que yo recuerde. Aunque hay muchos raperos que juegan a meter sílabas, tu flow trae su onda, ¿cómo surgió la fórmula? ¿qué tan consciente o inconsciente fue?
¡Gracias g! Fue totalmente consciente crearlo y, por lo que me comentas, creo que lo logré. En un principio, mucha de la banda con la que rapeaba no me invitaba a las sesiones nocturnas de grifa y rap en las que se cocinaban los jams. En ese tiempo rifaban los flows lentos 4 x 4 cuadrados, por lo que mi cotorreo no llamaba tanto. Conforme fui rascando en el rap game, fue que me encontré con la velocidad y me sedujo. Todos querían ser mas que el otro, era un concurso de hardcore y yo siempre quise destacar en lo malo y en lo bueno. Ser el YO MÁS, así que de una empecé a meter trabalenguas, salir y entrar al ritmo, palabras pegadas, ser ágil pues. Sin embargo, no me salía y a esto se le sumaba las pésimas letras que escribía. No era favorito y para los competidores del momento, Phontenak se quedaba atrás, y sin pedo me lo expresaban eh. Eso sin duda fue el motor que me ayudó a mejorar mi estilo.

Otra cosa que influyó fue el no entender nada de las letras en inglés, ya que así comprendía más como pegarme al beat. No entender lo que escupían los gabachos me acercó más a entender los ritmos. En ese tiempo España sonaba en la escena local mexa y todos querían fluir y hablar como ellos. Era el mame de aquellos días: “Tío, flipar, guay” y esas ondas, salían de la boca de muchos. Yo me fui para el otro lado del charco, donde los mismos españoles volteaban para nutrirse.

Esto fue la década pasada, pero en 2012 aún había gente que no me entendía y que no le gustaba nada mi rollo. Ha sido un camino largo y nada fácil. El público crece y muchos emcees se estancan. Otros solo seguimos aprendiendo. Ahora vuelven personas diciéndome que les gusta lo que se hacía antes, pero sabemos que esos días no volverán. Pienso que mi flow es como un tipo de Frankenstein de influencias, como si fuera algún licuado de vegetales, granos y cosas raras que mezclé y embonó con mi voz y mi aire.

Lo mas difícil de todo es poder juntar letra, feeling, cadencia y versatilidad con flow. Y eso pocos lo tienen. No a todos les queda montarse en diferentes ritmos.

¿Te consideras a ti mismo un artista difícil?
Sí, extremista. Esa parte de mí a menudo entra en conflicto y aunque no parezca o sí, soy de cuidar mucho los detalles. Rara vez he podido escribir un tema en un día. Creo que solo hay una canción y no recuerdo cuál; tal vez nada mas eran 16 barras, no sé. Solo he escrito un par de coros en el estudio. A muchos colegas se les facilita escribir temas en un par de horas, a mí no. De esos no soy.

Supongo que a ellos se les puede considerar artistas, ya que fluye con rapidez su arte y lo que sueltan es aceptable, sin considerar un freestyle o algo así. Me refiero a temas. Y ahí es cuando se nos viene a la mente la barrera del contenido y las masas. Creo que al público en general en México ya no le importa mucho lo que se habla en el rap, o nunca le importó tanto; o más bien uno ha profundizado en el mensaje, lógicamente. Ahora solo les cuaja estar escuchando lo reciclado y lo banal; vaya, regresamos a mi propio inicio. Tal vez solo les gusta escuchar el ritmo y olvidarse de todo, como yo hago con otros géneros: por ejemplo, rock psicodélico. O solo es cuestión de edades y de etapas para cada persona.

Aunque sí, sabemos que hay un sector, pequeño, pero lo hay, que le importa lo que se dice. Ahora, lo que me viene a la mente es ¿por qué lo hacemos tan difícil? o ¿para qué? Si a final de cuentas lo que más se escucha es lo más sencillo por hacer: el reciclaje. Yo podría hacerlo sin ningún lío y puede ser que ya lo haya hecho inconscientemente y, que en un futuro no muy lejano lo haga otra vez; porque sí, también soy contradictorio y cambio de parecer continuamente. A final de cuentas, hacemos y escuchamos música para liberarnos.

Pero hay algo en el fondo de mi persona que casi siempre me impide hacerlo fácil, como lo primero que salga de mi cabeza al igual que un free. No me siento cómodo, tampoco quiero escucharme como El Creador Original de La Escritura Sagrada del Rap, ya que todo dentro de él está hecho y dicho, solo cambian las circunstancias y las formas. Sin duda, la escuela de la que fui parte está muy enraizada con ese chip de lírico: barras con orgullo de habilidades, pero espera, ¿qué no se trataba de eso el rap?

Cuando te alejas de este pedo, te das cuenta qué tan pesada es la vibe del rap.

¿Cómo es la relación entre ser rapero y hustler? Parece complicada en este país.
No es tan complicada: son anillos en la misma mano. Hasta la fecha sigo en mi hustle para pagar grabaciones, videos, portadas, discos y el tiempo invertido en crear música. Desde un inicio ha sido así. Antes quemaba mis CDs y fotocopiaba las portadas para salir a la calle y venderlas en el centro de mi ciudad en 25 pesos. Este mismo método se sigue viendo con varios nuevos, con técnicas extendidas como rapear en los transportes públicos o similares. Y sí, la etiqueta parece que viene acompañada del nombre MC: no todos son hustlers, pero la mayoría la aplica en las letras, para hacerse ver estileros en temas de ego trip.

Muchos de nosotros venimos de las ondas de barrio, donde se vendía loquera, nintendos, tapas de carro, etc. Fuimos parte de; algo cliché, pero es la realidad de muchos: el rap se hace en las colonias populares y ahí es donde está la acción. Esa aula de algún modo ayudó para saber moverle, o bien para tener esa hambre que te hace hacer las cosas. Ojo, no hablo de una única forma, cada quien tiene su modus operandi. En mi caso, tuve que bissnear con playeras impresas diseñadas por mí mismo como una fuente alterna a los discos que terminó siendo una empresa.

¿Cómo surge Gin & Juice? Cuéntame su historia y en qué estás ahora respecto a la marca.
Tenía en la red un par de videos caseros, mis primeros; necesitaba algo de swag y acudí a una marca conocida en DF pidiéndole patrocinio de un par de tees, a cambio de su logo en los clips. Me batearon diciéndome algo así como: “Ahorita no, joven”. Luego saque un álbum y dentro del biss del proyecto pensé en meter algo de merch, como una playera conmemorativa. Acudí a otro diseñador de una marca que estaba despegando en aquel entonces, mismo con el cual ya había chocado alguna cerveza por ahí, y también se rehusó a colaborar con un diseño, el cual iba a pagarle; así que no necesité una tercera razón y decidí hacerlo yo mismo.

No cursé ninguna carrera en la Uni; desde niño dibujaba bien, de adolescente graffiteaba chido y una de las metas profesionales era estudiar diseño. Nunca lo hice, por andar de desmadroso, pero siempre estuve en contacto con la pintura; trabajaba en un negocio donde hacían anuncios publicitarios, rotulaban bardas, carros, decoraban lugares, etc. Esa fue mi universidad, los maestros ahí eran artistas de la calle bendecidos por el sol día con día.

En el 2013 nace Gin & Juice. A la banda le mamaron los diseños que creé desde el numero 1, todo bajo una onda de cartoons modificados con tatuajes y rollos apegados a la street. Esto inició con ventas programadas en las afueras de varias estaciones del metro, como Xola y Buenavista. Se hacían como cada 20 días y lo anunciaba por mi Facebook personal. Llegaba a la CDMX con un mochilón al que le cabían como 80 playeras y me iba directo al spot. Llegaba y tendía la merca en el piso con un plástico a la brava. Custodiado por dos, tres homies de la capital que me tiraban esquina, se armaba el wateque y la banda se tiraba fotos y frees. Regresaba a Aguascalientes con la mochila sola y un par de Jordans. Fueron momentos chingones.

Y así inicio. En todo este tiempo la marca a tenido su etapa de aprendizaje. Han pasado 5 años y GNJ se pone más fuerte con cada aniversario; repartimos en muchos estados de la república al mayoreo y menudeo, así como también en el extranjero. Hoy contamos con la primer sucursal física en Aguascalientes y estamos en proceso de expansión, ¡pronto en tu barrio!

Después de Elephonteasis, te quedaste callado hasta este ciclo. ¿Sentiste presión o estrés por sacar música nueva después de Elephonteasis, que fue un disco que sentó un precedente importante en la escena?
Nada de eso. Fueron varias causas el por qué de la ausencia. Después de haber sacado 45 temas, que bien pudieron ser 3 discos de 15 canciones cada uno, me quedé seco de ideas e inspiración. Pude haber seguido haciendo rolas genéricas como una formula, al igual que la mayoría de los raperos que se mantienen “vigentes” con uno o hasta dos trabajos al año; pero no era lo mío, no me sentía bien con ello. Algo me inquietaba y a esto le agregamos la fiesta y los excesos. Mejor opté por dejar todo, como unas vacaciones indefinidas.

Vale la pena mencionar que Elephonteasis salió en el 2012 y no vi una respuesta inmediata de la gente porque mi palabreo era tachado de extraño, incoherente y nada entendible. Luego de un año, a los escuchas les llegó y cambió la cosa. Duré dos años dando shows, colaborando y sacando un par de sencillos más, de allí me desafané. Las vacaciones se hicieron largas al darme cuenta que me sentaba bien estar del otro lado, lejos de las fantasías del rap y las redes. Le puse energía a mi proyecto de ropa, el cual había abandonado, y a veces llegaba a ser más fructífero y placentero.

Cuando te alejas de este pedo, te das cuenta qué tan pesada es la vibe del rap. Pero esta madre es como cuando dejas un vicio: su sombra te persigue.

El primer tema nuevo que presentaste fue “Ser galáctico”. Puso el tono del resto. ¿Cómo surgió?
“Ser galáctico” es el corazón de mi nuevo álbum. Cuando la escribí sentí la necesidad de plasmarla y de mostrársela al publico cuanto antes, sin tener un proyecto armado. En realidad, cuando subí la canción a mi canal, aún no tenia ningún track escrito de Renace, así que fue la primera en hacerse y la liberé antes de tiempo.

Nace a raíz de este viaje de búsqueda y aislamiento que tuve en esa etapa de mi vida. Es lo mejor que he hecho, reconciliándome con mi niño interno. En algún momento en la vida de cualquier persona, llegará ese momento de introspección, conexión, cuestionamiento; eso es lo que experimenté, y se lo quise contar al mundo.

La solté en un momento en el que sentí que la escena carecía de contenido, sin querer cambiar a nadie, (porque para eso lo tengo que hacer primero yo), era un mensaje digno de hacer llegar. Siempre seguiré aprendiendo de mis errores y evidentemente los seguiré cometiendo, depende de uno si serán los mismos. No voy decirle a mi gente que se ponga una soga en el cuello porque según es “cool”, aunque yo mismo lo hiciera tras bambalinas, ¿me entiendes?

Me gusta ver estos álbumes como si fuesen películas.

Háblame del video de “Ser Galáctico”, grabado en Egipto. Se sintió como un viaje de purificación, no solo para ti, sino para la escena del rap en México.
El video fue grabado con una Go Pro bajo el mando de la mano de mi chica, la cual me acompañó en ese viaje. Se lució en su primera grabación, y con la edición que le dio mi bro Miguel Bautista llegando a casa quedó genial. Gracias a ella. Este viaje lo tenía planeado mucho antes de grabar “Ser Galáctico”. Se juntaron las fechas, aproveché y fluyó. Cabe destacar que Egipto escasea de turismo debido al terrorismo y crisis política que sufre el país, por ello en el clip no se ve gente en los monumentos.

En la canción hay una línea donde se menciona a Akhenatón, pero fuese lo mismo simbólicamente si lo hubiera rodado en Tulum o Machu Picchu o cualquier otro lugar sagrado de la antigüedad. En realidad, esos destellos de luz que llegaron a mi mente en aquel momento, fue gracias a la tecnología sagrada de las plantas amazónicas que conocí por medio de mi maestra chamán. El viaje fue mucho antes de África y fue en mi ciudad natal.

Cuéntame un poco el proceso de haber hecho Elephonteasis, 45 temas, un proyecto muy libre y amateur en muchos sentidos, y luego hacer Renace, que es en muchos sentidos lo contrario: hecho bajo una estricta disciplina, y pensado como disco desde el principio.
Lírica y conceptualmente se parecen. Ambos bajo una línea cinematográfica de dos diferentes directores, donde el protagonista es Mike Díaz en dos tiempos distintos, vistos desde diversos ojos. Los dos han sido escritos con lupa para los detalles y aun así, se pudieron escapar un par o más. Me gusta ver estos álbumes como si fuesen películas.

Pensaríamos que con el paso del tiempo, un rapero adulto cambiaría la forma de sobrellevar el proceso de un disco nuevo, pero la respuesta es que ha sido más que lo mismo. Todo orquestado por mí, pero con la diferencia de lograrlo con más presupuesto que el pasado, gracias al Universo. Me refiero a ser tu propio manager, diseñador, productor, sponsor, firma, booker, etc. Elephonteasis fue hecho por un bato con un chingo de hambre de que lo escuchen y de demostrar que él posee las habilidades necesarias para ser el mejor del país, solicitando el puesto tan codiciado por muchos. Poder hablar de varios temas y no estancarse con etiquetas como las hay en casi toda la escena y sus miembros, es algo que me asombró, hace unos meses que por alguna extraña razón lo volví a escuchar (y es que, aquí entre nos, la verdad no me gusta volver a oír mis trabajos, solo recién grabados).

Los emcees no pasan de hablar de money, pussy y drugs.

En Renace haces una crítica al materialismo en el rap, e intentas derrocar ciertas camisas de fuerza que se ponen los raperos. Cuéntame un poco sobre esa postura.
El dinero es una herramienta más, no es Dios. Lo que pasa en el rap es que se le ha montado un altar y le rezan. Una cosa es ser amigos; otra ser su esclavo y lamerle los pies. A mí me encanta el dinero, me gusta comprar cosas que nunca he tenido, y de cierta manera diario estoy creando para ganarlo; pero eso no significa que será lo único que encuentre al final de mi camino.

Mi riqueza se basa en lo que pueda encontrar, un público con ganas de información en mis letras. Para muestra basta con saber que uno le mete más de lo que gana a sus proyectos. No vine a venderles mi ruina disfrazada de cool shit para enriquecerme a través de ellos. Así como mi mente fue un contenedor de basura para otros raperos cuando estaba morro, lo mismo que pasa cuando suelto mis deshechos en una canción y un bandón la recibe.

Cada quien es libre y expresa lo que se le antoja y hace feliz, no vine a pelear por ni con ellos. Estoy de acuerdo que también hay un público sediento de, y sé que cada quien tiene distintos procesos. Yo no estoy absuelto, también me llego a alimentar de todo eso. Trato de cambiar el chip de las cosas, no de rehabilitar a nadie, ni yo lo estoy; se trata solo de atreverse a hacer lo que nadie más hace, de hablar de lo que nadie está hablando, dudar, preguntar, proponer. Los emcees no pasan de hablar de money, pussy y drugs. Ya me sé la historia, la conozco muy bien, la hice y la hago: no me peino, he sido un fiel coronel influyente con esas insignias la mitad de mi vida, pero vamos, ya estamos en el 2018, no tenemos que ser todos iguales. Estos weyes son como cyborgs programados para decir lo mismo que el otro.

Si algo tuve que hacer para bien en este viaje, tal vez sea esto; y estoy seguro que no es para siempre. No voy a hacer las cosas gratis y todo cuesta en este mundo, pero no vine a este plano solo para consumir y a matar por un pedazo de papel. Un día dejaremos nuestro lugar en la tierra, se va a pudrir el cuerpo y los objetos de valor solo van a cambiar de dueño. En mis trabajos hay contradicciones, esto es rap y no se puede ser blando. Me tengo que llenar de lodo.

Ser original ya no te asegura un puesto.

¿Qué opinas de las políticas del rap actualmente en México? Quiero decir, la manera en cómo funciona el ecosistema: los que están arriba, los que están abajo, qué hay que hacer para brillar, a quién le tienes que decir, etc.
Para brillar solo necesitas saber hacerlo, ya lo he visto en muchos casos. Muchos pueden decir que tienen talento para rimar pero tienen talento para imitar. Y es que, así empezamos todos ¿no? Pero ¿terminar así? Ser original ya no te asegura un puesto. Ya no hay pretexto para los nuevos: cualquiera puede subir de la nada, para eso está YouTube.

Sin duda hay elites e influyentes “palancas” para distintas áreas como en todos lados. Y claro, nada raro en nuestra sociedad y su síndrome, subes y te jalan (dependiendo quien seas), pa’bajo o pa’rriba. Sabemos que en un lapso no mayor de 3 años el hip hop en el país ha estallado al grado que ya hay disqueras firmando, promotores contratando, artistas viralizando y se logró, al parecer, una industria; sin embargo, estamos viendo a los mismos en ciertos puntos en repeat, algo que vi desde que inicié con otros grupos, ¿será que faltan más propuestas? Tal vez sí. Es lo mismo que pasa en las batallas: siempre pelean los mismos. Y es que la culpa no es de nadie, solo falta crecer tanto género como escuchas.

Cada quien abraza su queso y no lo suelta. Esto va desde plataformas, crews, hasta empresarios; que no los juzgo, ya que todos tenemos y queremos una historia de 0 a 100 pero, ¿quién en verdad va a ayudarte a subirte a la escalera del “éxito” cuando tienen que poner de su bolso? Nadie. Solo tú mismo. Nadie te apoya gratis, hay que chingarle.

Háblame del aspecto musical de Renace. Hay una mezcla interesante que sabe ir del boom bap al trap y todo bajo los mismos tonos.
Si no me imagino un video cuando escucho un beat, no lo agarro. Junté por dos años bases de Goon Boy, Danny Brasco, BrunOG, Endrizzy y Sazú meticulosamente para este proyecto. Pero… solo se escogieron 20 instrumentales de como 50 beats que tengo entre varios más; sin olvidar las colaboraciones que también tienen su toque de diversidad.

Pasamos por un boom-trap con trompetas muy mexas, donde Fermín Sánchez [de The Guadaloops] hace uso de su prodigiosa voz junto a Adán Cruz, Burky Thompson, Yoga Fire, Eptos Uno, Muelas de Gallo, Fntxy y mi socio El Grave, ¡PUM! ¡ALV! Puro Dream Team. Para que todo esto sonara como si fuera un trabajo de un solo productor tuve que pasar al siguiente nivel: Arreglos de instrumentos reales y atmósferas.

Hace tiempo que conocí a Kibou (pionero del hip hop en Aguascalientes) y se me acercó con la vibra de crear cosas chidas. Se incendió la mecha para producir algo en conjunto ya que, aparte de ser vocal con su grupo de rap hace años, también hace beats. Así que me latió, le llamé y él me condujo a Gerardo Castmu (personaje de peso dentro de la escena del jazz y el rock en Agüitas), nos juntamos y lo primero en grabar a manera de prueba fue “Ser Galáctico”. Conectamos y todo fluyó para el resto de los temas del disco. Sin duda lograr enganchar como cadena diferentes ritmos y arreglos fue trabajo de ellos dos, ya que produjeron, mezclaron y masterizaron todo el álbum.

Fue interesante esta primera experiencia dentro de la producción, estuve muy inmiscuido en todos los detalles y anteriormente no había hecho algo parecido. Me deja ganas de seguir produciendo en conjunto con mas músicos.

Has sacado varios vídeos, y todos están muy pensados.
Fíjate que siento que he podido realizar varios de los sueños de videos que tenía truncados desde antaño. El poder materializar tu visión y compartirla con los demás es lo más chingón, ¡las chairas mentales desaparecen por fin! Estos visuales se han hecho bajo el mismo proceso creativo que la escritura: van de la mano el soundtrack y el filme, un trabajo de mucho tiempo de planeación.

Creo que es la era de aportar videos con historias y mensajes. Los que están en el top deben de sentir ese cosquilleo por hacer cosas profesionales, ya que tienen los medios y se les facilita. Me da orgullo decir que esto lo logré bajo mi propio presupuesto, dirección, concepto, ideas, pero sin olvidar la energía de toda la gente que fue parte de la realización de todos estos visuales. Sin ellos no se lograría la misión. Puro luv para Adolfo Gurrola, Miguel Bautista, Alex Malverde, Kyzza Terrazas y todo el squad detrás de cada producción, ¡gracias!

¿Qué sigue en la agenda para el resto del año?
Aun hay cosas fuertes por venir. Hay varios videoclips del álbum, tenemos un live con banda, las presentaciones oficiales del disco con CDMX, Guadalajara, Aguascalientes, New York y Chicago como sedes confirmadas. Anunciaremos pronto todas las fechas agregadas en nuestras redes, que en su mayoría serán con músicos en vivo. También tenemos el inicio de mi nuevo proyecto llamado DISCO SOLAR que es mi propio sello, bajo el cual publico mi segundo álbum como solista, Renace. Love para Noisey.

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