Una de esas filtraciones tardías pero no por eso menos interesantes, circuló en redes un video de Cristiano Ronaldo. No es su nueva campaña publicitaria, ni el clip de algún remate o algún berrinche en el campo de juego. Se trata de, digámoslo, un momento de peculiar intimidad.
En los momentos posteriores a ganar la Eurocopa 2016, CR7 se dirigió a la delegación portugesa en el vestidor para agradecerles el triunfo. Aunque no se le ve tan acartonado como suele estarlo en otras ocasiones, tampoco es un momento de candidez total. Lo que sí queda claro es que está muy agradecido con todos porque este era “el trofeo que le faltaba”. Escúchenlo.
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No es necesariamente una pieza de oratoria inspirada. Es, en cualquier caso, un discurso de agradecimiento muy ordinario pronunciado por un jugador extraordinario y un crack del narcisismo. Para alguien que salió del campo de juego antes de acabar el primer tiempo, quizá pudo haberse esforzado un poco más en los articulado del agradecimiento. Menos yo y más ustedes, pues.
En cualquier caso, para lo que nos tiene acostumbrado, el cyborg CR7 rompió el medidor de humildad en su panel de control.