Música

Misoginia y Mr West: todas las razones por las que ya no soy fan de Kanye

Arte vía thelifeofpablol.com

Lo intenté con Kanye West. Y sé que ahora que sus declaraciones en Twitter, su extraña línea de ropa YEEZY Season 3, la cual parece una creación de Mugatu, y The Life Of Pablo están absorbiendo la consciencia colectiva, me debería de importar. Pero desde que tuiteó esas tres pequeñas palabras (con múltiples signos de exclamación) que ninguna mujer quiere escuchar— “BILL COSBY INNOCENT!!!!!!!!”— estoy fuera. No fui la primera persona que inmediatamente soltó ese GIF de Tyra Banks que dice “¡Estaba a tu favor, todos aquí estábamos a tu favor!” Esperábamos a otro y mejorado Kanye West, y fuimos bastante ciegos frente a la realidad de las cosas durante ese proceso. Y como Tyra, nos estamos reclamando a nosotros mismos tanto como podemos por creer en él, así como hacia Kanye por defraudarnos.

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Esa específica reacción al tweet de Kanye no es porque su misoginia casual sea algo nuevo. Es porque, ya sea que su tweet haya sido lanzado a la ligera o totalmente calculado, Kanye finalmente cruzó una invisible pero distinguida línea entre lo que es aceptable y lo que no sólo resulta profundamente idiota, sino también profundamente fuera de lugar y muy ofensivo, incluso viniendo de un artista cuyo propósito es entretener. Desde el tweet de Cosby, Kanye continuamente ha generado retórica sexista en muchos más tweets y las letras de su nuevo disco, The Life Of Pablo.

Hemos estado expuestos al sexismo de Kanye, en mayor y menor grado, desde hace casi dos décadas. Ha impregnado casi todo lo que ha hecho a veces con una aterradora claridad— como por ejemplo, en el infeccioso y pegajoso gancho de “Gold Digger”, un himno del pop que habla de cómo las mujeres se interesan en los hombres en proporción a la cantidad de bienes materiales que ellos tengan. En “Heartless”, una canción de 2008 que tiene letras como “You got a new friend, well I got homies” ofrece un doble estándar cuyo propósito es humillar. Y Yeezus contiene lo que Brandon Soderberg de Spin llamó una “válvula de agresión” contra las mujeres gracias a letras como “Hurry up with my damn massage / Hurry up with my damn ménage”, una de muchas que pintan la perturbadora percepción que Kanye tiene sobre las mujeres.

Por supuesto, es mucho más complicado que eso: en canciones como “Love Lockdown”, Kanye se permite ser vulnerable. Mientras canta “I’m not loving you, the way I wanted to” se humaniza y se convierte en alguien fácil con quien empatizar, y mientras que 808s es el berrinche de un hombre rechazado, también es su diario a raíz de haber terminado con su prometida, Alexis Phifer, y la devastadora muerte de su madre, Donda. 808s revela la habilidad única que tiene Kanye de jugar a ser el simpático anti-héroe. Por otro lado, Yeezus fue más complicado, un material en el cual se supone que tenemos que ver la misoginia inherente del disco como un performance—un personaje representado por Kanye de la misma manera que él asume la representación de Jesus sobre el escenario. La sobre sexualización del hombre negro en la cultura pop puede ser un fenómeno tan preocupante como la objetización de la mujer dentro de la misma, y el sexismo gráfico en Yeezus puede ser leído como una respuesta a esto, confrontando a las audiencias con sus nociones preconcebidas sobre cómo los hombres afroamericanos deben actuar, y llevándolo tan lejos que provoca un malestar doloroso. El problema con esto es que hacer un performance a través de la opresión de alguien más—independientemente de la intención— genera un tipo de arte explotador.

Kanye constantemente es excusado por sus transgresiones a través de grandes proclamaciones que lo llaman un “artista”, las cuales le permiten ocupar un pedestal cerca de íconos culturales como Michael Jackson, Beyoncé y David Bowie. Kanye West, en su contínua redefinición del hip hop, ha ganado de cierta forma el derecho de estar en ese pedestal. Como Brian Josephs de VICE escribió, Kanye West validó a la cultura negra dentro de lo mainstream al principio de su carrera, algo que sigue haciendo hasta la fecha. “¿Quién más ha logrado ser tan ruidoso y tan famoso por tanto tiempo dentro de la cultura blanca?” pregunta Josephs, quien también admite que tal vez este no sea el mejor momento dentro del éxito profesional de Kanye. Es ese legado, sin embargo, el que hace que su misoginia sea mucho más difícil de digerir. Al ser una voz tan progresiva que activamente se comprometió a cambiar el statu quo, hace bastante difícil que los fans y sus consumidores casuales crean que a veces cruza la línea cuando se trata de sexismo. Así que mejor lo dejamos pasar.

“Monster”, su canción del 2010, es el ejemplo perfecto de esto. El video para el track (que fue inmediatamente retirado y nunca salió oficialmente) muestra a Kanye reposicionando los cuerpos sobresexualizados de mujeres sin vida que están acostadas alrededor de él. Sobre el video, Anita Sarkeesian de Feminist Frequency comentó: “”Monster” no solamente reduce a las mujeres a objetos sexuales y perpetúa estereotipos racistas”, dijo “sino que además fetichiza la idea de que las mujeres no necesariamente necesitan estar vivas”. Lo mismo puede decirse de las últimas fotos que aparecieron en “zine” (que en realidad se pronuncia “zeen”), en donde se muestran modelos desnudas con las caras oscurecidas y fotografiadas desde ángulos bastante provocativos. Kanye tiene una inclinación por crear fetiches alrededor de las mujeres que aparecen en el lado visual de su trabajo— y una motivación por eliminar la autonomía de las mujeres con la intención de hacerlas deseables. Pero “Monster” fue capaz de encontrar la redención a través de Nicki Minaj, quien ofreció una reacción igual pero contraria a la clara misoginia de la canción, a través de lo que Kanye en ese momento llamó el mejor verso de hip hop de todos los tiempos, además de mencionar su propia incseguridad de dejarlo dentro del track.

A Kanye tambiés se le ha llegado a excusar debido a que en el pasado ha manifestado cierto nivel de introspección. Cuando fue criticado por su canción “Perfect Bitch”, la cuál tuiteó era “sobre Kim”, pasó a Twitter para discutir las implicaciones. Escribió “¿La palabra PERRA es aceptable? Para ser más específico, ¿es aceptable que un hombre llame a una mujer perra aunque sea de manera amorosa?” Kanye pasó a comparar “perra” con insultos raciales, concluyendo que ambos son “potentes”. En esta reflexión, Kanye estaba confrontándose a sí mismo y a sus fans, así como a las tradiciones y el lenguaje de la cultura popular, que es lo que esperamos de un generador y creador de cultura único, quien debe estar comprometido con las repercusiones sociales de su obra.

Luego de que presentara en vivo The Life Of Pablo hace unos días, Kanye parece haber regresado a esta reflexión, clamando vía Twitter que perra no es una palabra ofensiva. “Perra es un término cariñoso utilizado en el hip hop, así como lo es la palabra Nigga”, escribió. Como el tweet de Cosby, Kanye cree ser bastante generoso respecto a las decisiones que toma en nombre de las mujeres. Este tipo de destitución evidente de experiencias alternativas a las propias es preocupante porque, como una figura pública que ha sido nombrado con cualidades positivas como “loco”, “retador de límites” e “intelectual”, la expectativa sería que pueda, o por lo menos esté interesado en, romper paradigmas dominantes. Lo cual parece ser cada vez menos el caso cuando se trata de sexismo.

En 2014, lanzó un videojuego junto con Future para su canción colaborativa “I Won”, el cual trataba de “cambiar cadenas por trofeos” con el propósito de generar “una colección de trofeos”. Los “trofeos” eran mujeres en bikini que se paseaban por la playa. Mientras tanto, la letra de “I Won” habla sobre la belleza física de Kim. Esta podría ser la declaración de amor hacia su esposa más enfática, pero también arroja una percepción bastante limitada de lo que una mujer puede ofrecer. “I Won” continúa perpetuando la noción de que si una mujer quiere ser deseada, tiene que ser físicamente agradable para los hombres y mantenerse dentro de esa belleza pasiva.

The Life Of Pablo además contiene algunas referencias bastante cuestionables sobre Kim como en “FML”, donde rapea “I’ve been waiting for a minute, for my lady / so I can’t jeopardize that for one of these hoes”, y en “High Lights”, donde Kanye canta “I bet me and Ray J would be friends if we ain’t love the same bitch / Yeah, he might have hit it first, only problem is I’m rich”. En ambos casos se reitera la sugerencia que una mujer (en este caso su esposa) es un trofeo, por el que se debe luchar, ganar y luego presumir como una señal de victoria. Comparar a Kim con otras mujeres que no son más que “putas” para él, crea la idea de que las mujeres sólo son valiosas en tanto sean deseadas, y limita ese deseo en relación al sexo. La vida “personal” de Kanye refleja más de lo mismo, con su extraño y kontinuo kontrol del klan Kardashian: desde tirar el guardarropa completo de Kim para después vestirla como la Barbie de sus sueños, hasta entrometerse en la muy rumorada colaboración de Kylie con Puma, la cual ‘prohibió’ con vehemencia.

Al leer lo anterior en conjunto con su reciente pelea con Wiz Khalifa —que en realidad fue un ataque sexista enmascarado hacia Amber Rose— el “artista” Kanye parece verse a sí mismo como una especie de patriarca, que reparte tanto advertencias como órdenes las mujeres de su alrededor no satisfaciendo sus sensibilidades. No es la primera vez que ataca a una de sus ex novias. Hace un año, en el programa The Breakfast Club de la estación Power 105.1 dijo, “Es bastante difícil que una mujer quiera estar con alguien que ha estado con Amber Rose… tuve que tomar 30 duchas antes de estar con Kim”. Y hace un par de días lanzó un nuevo track titulado “30 Hours” que abre con la línea “My ex says she gave me the best years of her life, I saw a recent picture of her I guess she was right.” Kanye constantemente agrede a sus exes en su arte más allá del performance, haciéndolo de manera completamente personal— podría parecer que Kanye no soporta nada que no pueda ser manipulado a su voluntad.

Este mismo comportamiento fue repetido en el lanzamiento de The Life Of Pablo, con la infame línea de “Famous” en donde rapea “I feel like me and Taylor might still have sex / Why? I made that bitch famous,” refiriéndose a la interrupción que le hizo a Taylor durante su discurso en los VMAs del 2009, de una manera en la que claramente la trata como un objeto sexual y desacredita su éxito profesional (el cual, por lo menos comercialmente, es mucho más poderos que el de Kanye). Kanye declaró en Twitter que é contaba con la bendición de Taylor y que no fue su intención insultarla. Además anadió “Ni siquiera me daré el crédito de la idea… es algo que en realidad se le ocurrió a Taylor”. El publicista de de Swift rápidamente rechazó la aseveración, declarándole a Variety, “Kanye no llamó para buscar la aprobación, pero le pidió a Taylor lanzar su sencillo “Famous” a través de su cuenta de Twitter. Ella lo rechazó y le advirtió sobre sacar una canción con un mensaje tan misógino. Pero Taylor nunca estuvo al tanto de la letra real de la canción”.

Kanye parece cada vez más incapaz o indispuesto de asumir sus propios errores. La forma en cómo Kanye hostiga a Taylor Swift realmente no es muy diferente a la forma en mo hostiga a Amber Rose— la mera existencia de mujeres que no cumplen con sus ideales pasivos de femineidad parece ser un punto de obsesión para el, algo que constantemente parace estar revisando.

Desde el tweet de Cosby, es difícil reconciliar al Kanye artista con el Kanye sexista rampante porque cada vez más parece que Kanye el artista ya no trata de romper con narrativas opresivas, sino que más bien únicamente busca ejercitar su ego. ¿Confiamos lo suficientemene en Kanye como para dejarlo decir que Bill Cosby, el cual fue acusado de acoso sexual por más de 50 mujeres sin nada que ganar, es inocente? ¿Estamos simplemente descartando un tweet como la opinión honesta e insensible de Mr. West, o creemos tanto en la genialidad de Kanye West que podemos ignorar ese trolleo a las víctimas de violación? De cualquier manera, se trata de un paso más allá de lo que se ha hecho antes y de lo que deberíamos estar dispuestos a permitirle.

El problema inherente con el “arte único” de Kanye West es que requiere de la degradación de la mujer para existir. Al jugar a ser un misógino, Kanye se covierte en uno. Tal vez esté cuestionando la masculinidad, pero incluso en ese caso, Kanye hace convierte a las expriencias de las mujeres en una víctima más de su “arte”. A diferencia del trabajo que hizo con la bandera de los confederados en la mercancía de su tour para Yeezus, West no tiene un compromiso histórico con el sexismo. Nunca ha vivido en el cuerpo de una mujer y tampoco ha experimentado la violencia y privación de derechos que vienen con ello. Es una experiencia de la que no tiene idea. A pesar de que podría ser bastante inspirador que Kanye West cite a la artista feminista Vanessa Beecroft como una de sus colaboradoras más cercanas y felizmente apoye los logros profesionales de su esposa, esto sólo hace que sea mucho más irritante cuando co-opta al sexismo, y devalúa las experiencias de las sobreviventes a una violación en el nombre del “arte”.

Hace unos días Kanye tweeteó, “Primero que nada soy un artista y por ello expresaré lo que siento sin censura”, lo cual ignora el punto por completo. No se trata de censura— es sobre Kanye no cumpliendo su capacidad de crear arte inteligente que no tenga que hacer menos a las mujeres para crear una conversación. Hay maneras mucho más ingeniosas e interesantes de ser provocativo sin tener que trollear a las víctimas de una violación, o atacar a Taylor Swift y Amber Rose. Beyoncé lo logró en el medio tiempo del Super Bowl con show elegante, oportuno, y en términos muy claros, provocativo. Kanye West, por otro lado, tal vez se ha acostumbrado tanto a ser el “revolucionario de una época” que incluso olvidó que las revoluciones cambian y van avanzando: no se quedan en un mismo sitio peleando contra lo mismo. No hay nada avant garde o interesante o artístico en un hombre que usa el dolor de las vícitmas, o aporrea a sus exes o a las mujeres profesionales en la industria a cambio de atención, y al Kanye que hemos mitologizado— el hombre que ama y apoya a su esposa, que es articuladamente consciente de sus acciones y el poder del lenguaje, y que lucha contra las injusticias sociales—debería saberlo mejor que nosotros. Por lo cual he decidido alejarme de todo lo que tenga que ver con Kanye.

Kat George está esperando que Katy Perry publique una canción criticando a Kanye. Síguela en Twitter.