Es una de las grandes cuestiones filosóficas que han desconcertado a la raza humana durante siglos: si un mono se hace un selfie en el bosque y no hay nadie para subirlo inmediatamente a Instagram, ¿sigue creando un absurdo litigio legal en torno a la naturaleza de la ley sobre derechos de autor?
La respuesta por fin ha llegado. Y es un rotundo SÍ.
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¿Recuerdas ese “ selfie del mono” que tan famoso se hizo en 2011? Pues bien, el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de EE. UU. está actualmente considerando admitir a trámite una apelación interpuesta por la organización PETA (siglas en inglés de “Personas a favor del trato ético de los animales”), después de que su primer intento de demandar al fotógrafo británico de la vida salvaje David Slater fracasara en 2016.
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PETA afirma que, dado que fue el mono (un macaco negro crestado llamado Naruto, para ser exactos) quien apretó el botón de la cámara, él posee el copyright de la foto. Slater mantiene que, como fue él quien preparó el disparo, un animal no humano no puede poseer legalmente los derechos de autor y, aunque sí pudiera, PETA no tiene derecho a representar al macaco, por lo que la foto le pertenece. Puedes leer un artículo más extenso sobre el caso en Motherboard, si así lo deseas.
PETA posee un largo historial de crear ardides publicitarios moralmente cuestionables y de menospreciar el trato ético de los humanos (especialmente de las mujeres) mientras lo exige para los animales. El caso podría llevar a Slater, fotógrafo freelance y conservacionista, a la bancarrota, pero casi con toda seguridad será rechazado. Aun así, esta es una historia fascinante, en la que se han visto implicados Wikipedia, los tabloides británicos, la naturaleza del arte y la propiedad intelectual. Y por supuesto los monos.
PETA afirma que, dado que fue el mono quien apretó el botón de la cámara, él posee el copyright de la foto
Entrevisté al fotógrafo responsable ―al menos según sus propios estándares― para conocer los entresijos de la historia de la famosa foto del primate.
VICE: Entonces, ¿qué te llevó hasta Sulawesi, Indonesia, para fotografiar macacos?
David Slater: Llevo trabajando en artículos sobre conservación desde 1999, en ocasiones colaborando con ONG y grupos ecologistas y trabajando por todo el mundo. Normalmente yo pago todos mis gastos y recupero el dinero registrando el copyright de mis fotos. Es un negocio arriesgado, pero impulsado por el amor hacia lo que fotografío y por la esperanza de poder contribuir a cambiar el mundo.
Mi viaje a Sulawesi surgió completamente por iniciativa propia y fue autofinanciado. Permanecí allí durante un mes con un guía no oficial. Yo organicé los vuelos, el alojamiento, la comida y todo el equipamiento de la cámara. Ya había estado allí antes, se trata de un increíble centro de biodiversidad y yo buscaba hacer un reportaje sobre la auténtica conservación.
¿Y cómo surgió esa fotografía en particular?
Llevaba unas 48 horas rodeado de esa troupe de monos, sin alejarme de su lado para ganarme su confianza. Es una selva ecuatorial y yo llevaba unos 23 kilos de equipamiento, trepando a los troncos, a través de barro y telas de araña, vigilando por si aparecía una serpiente y todo eso, pero finalmente me aceptaron y empezaron a acicalarme. Puse el temporizador de la cámara para tratar de capturar ese momento. Había visto cómo respondían los monos ante la cámara y aquello me dio la idea.
Coloqué la cámara sobre un trípode con un cable disparador y la situé en ángulo para asegurarme de que el sol estuviera tras la cámara y no frente a ella. Entonces pulsaba el botón y la cámara emitía una serie de chasquidos que a los monos les encantaba. Llevaba dos días trabajando con esos monos, observando su comportamiento y sabía que acabarían por pulsar el botón. Sin embargo, tardaron un tiempo.
Wikipedia tomó la imagen del sitio web del Daily Mail y la subió a Wikimedia Commons para que todo el mundo pudiera usarla de forma gratuita. Su argumento era que, como los animales legalmente no pueden poseer derechos de autor, nadie era dueño del copyright
¿Cómo acabó esa foto haciéndose tan viral y después tan controvertida?
El Daily Mirror, el Sun y el Daily Mail compraron los derechos de la foto a través de mi agente para publicar artículos divertidos del tipo “un mono se hace un selfie“. No contaron bien la historia, pero yo estaba contento de aceptar un poco de diversión y obtener buena publicidad para la causa ecologista.
Sin embargo, Wikipedia tomó la imagen del sitio web del Daily Mail y la subió a Wikimedia Commons para que todo el mundo pudiera usarla de forma gratuita. Su argumento era que, como los animales legalmente no pueden poseer derechos de autor, nadie era dueño del copyright.
Cuando mi agente envió un aviso para que la borraran, la publicaron y trataron de hacerme sentir vergüenza por querer cobrar mi trabajo. Lo más gracioso es que cuando me respondieron desde Wikipedia, citaron al Daily Mail, a quienes ahora se niegan a reconocer como fuente respetable.
“Muchísimos fotógrafos utilizan hoy en día cámaras remotas y GoPros, de modo que a veces los animales disparan la cámara sin que el fotógrafo esté siquiera presente”
Vaya, hombre. Me encanta la Wikipedia, pero eso suena un poco mierdoso. ¿Cómo acabaste siendo demandado por PETA?
Publiqué un libro de fotografía en 2014 que contenía esa imagen. Ahí es cuando PETA entró en escena. Afirman que los animales de hecho sí pueden poseer derechos de autor y que si el mono pulsó el botón, el mono posee los derechos. Técnicamente, en realidad es el mono quien me está demandando. Desde PETA afirman estar actuando como “el siguiente mejor amigo” de Naruto, como si fuera un caso en el que estuvieran implicados un bebé o una persona discapacitada que no pudieran representar sus propios intereses. Si ganaran, todo el dinero iría a PETA y ellos supuestamente lo administrarían a favor del interés de los macacos. Aunque, con su historial, eso es en cierto modo difícil de creer.
La poca credibilidad que tenían al principio se basaba en que estaban trabajando con una primatóloga, la Dra. Antje Engelhardt, que ha trabajado mucho con los macacos. Pero se retiró de su caso y creo que ahora también está siendo acosada legalmente por PETA.
[Nota al margen: esto es cierto y supone otro extraño giro en esta historia]
Si ganaran, todo el dinero iría a PETA y ellos supuestamente lo administrarían a favor del interés de los macacos. Aunque, con su historial, eso es en cierto modo difícil de creer
Desde un punto de vista artístico, parece un argumento bastante antiguo. Por ejemplo, Duchamp no hizo realmente su urinario, pero es reconocido como su autor porque él lo colocó en la galería. Como Warhol y sus Brillo Pads o cuando Damien Hirst contrataba a otros artistas para que reprodujeran sus obras. ¿No se había solucionado esto ya a lo largo de los últimos 100 años o así?
Bueno, exactamente. Muchísimos fotógrafos utilizan hoy en día cámaras remotas y GoPros, de modo que a veces los animales disparan la cámara sin que el fotógrafo esté siquiera presente. Se colocan cámaras sobre el lomo de las aves o en los collares de los leones y ellos son los que dan forma a la composición. La BBC y National Geographic emplean ese tipo de grabaciones sin parar, Blue Planet y documentales de ese tipo utilizan constantemente esas técnicas. Pero, ¿Wikipedia o PETA van a molestar a compañías tan potentes como esas? No. Eligen a un fotógrafo independiente de Gales.
Es difícil saber cuánto dinero he perdido. Algunas personas dicen que cientos de miles. Alguien se puso en contacto conmigo y me dijo que había calculado 40 millones de usos de la foto, incluyendo gente que la compartía en Facebook y Twitter y todo eso
Vaya mierda. ¿Cómo te ha afectado todo esto a nivel personal?
Es difícil saber cuánto dinero he perdido. Algunas personas dicen que cientos de miles. Alguien se puso en contacto conmigo y me dijo que había calculado 40 millones de usos de la foto, incluyendo gente que la compartía en Facebook y Twitter y todo eso. Sea cual sea la cifra, habría supuesto una gran diferencia en mi vida, pero también para el ecologismo y para los monos.
Estoy en deuda con mi abogado. Si no me conceden las costas legales podría ir a la quiebra. Pero no se trata solo del dinero: estoy profundamente deprimido por todo esto. Es agotador. Solo quiero recibir unos ingresos justos y promover el bienestar de los animales. Esa es en realidad la única parte positiva. Si no se hubiera hecho esta foto, la difícil situación que atraviesan estos monos se habría agravado mucho. Estaban al borde de la extinción y habían experimentado una reducción del 90 por ciento a lo largo de las últimas décadas. Ahora los lugareños los han rebautizado como “monos del selfie” y su situación ha mejorado. Ese es el único resquicio de esperanza en todo esto.
Muchas gracias, David.