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Una ‘mancha’ misteriosa en el océano podría evitar que las ballenas se embaracen

La "mancha" misteriosa de los océanos les da a los científicos una mirada sombría sobre los efectos del cambio climático en las ballenas

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

La “mancha”, una misteriosa masa de agua cálida que se ha extendido a lo largo de cientos de kilómetros a lo largo del Océano Pacífico durante seis años, podría haber hecho que nazcan menos ballenas jorobadas, según un nuevo estudio.

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Entre 2017 y 2018, circunstancias desconocidas parecen haber afectado las tasas de natalidad de las ballenas jorobadas, señalaron los científicos del Proyecto Keiki Kohola y la Universidad Estatal de California en un estudio publicado el lunes en Royal Society Open Science, y es probable que se deba a la persistencia de la mancha.

Los científicos notaron que en 2013 y 2014 se podía encontrar una ballena madre y su cría cada tres kilómetros de océano.

Pero cuando regresaron en 2017 y 2018, “tuvimos que cubrir más de 12 [kilómetros], en promedio, para ver a una madre y una cría”, dijo a National Geographic Rachel Cartwright, ecóloga del comportamiento en la Universidad Estatal de California y autora principal del estudio.

Entonces, ¿qué tiene esto que ver con el extraño fenómeno conocido como “la mancha”?

Cuando la mancha apareció por primera vez en 2013, surgió como un parche masivo de agua relativamente más cálida en el Golfo de Alaska, aproximadamente de un tercio del tamaño de Estados Unidos y de 90 metros de profundidad, según las estimaciones de Nick Bond, un científico del clima en la Universidad de Washington que dio nombre a la anomalía por la película de terror de la década de 1950.

A medida que se desplazaba hacia el sur, la mancha se duplicó en tamaño, cubriendo 4 millones de kilómetros cuadrados y elevando las temperaturas 2.5 grados centígrados por encima de la norma en algunas áreas. En 2016, National Geographic la describió como si el Pacífico se estuviera cocinando, y en ese momento se informó sobre la muerte masiva de vida marina a lo largo de toda la cadena alimentaria.

El equipo recorrió el Canal ʻAuʻau cerca de Maui y Lanai en Hawai para encontrar madres jorobadas y sus crías, en busca de huellas —“un vórtice de agua aplanada” que se forma cuando los animales se zambullen— ya que algunas hembras viajan 4,828 kilómetros en el verano para criar a sus bebés fuera de las islas.

Creen que las interrupciones provocadas por la mancha en la cadena alimentaria de las ballenas pudieron haber causado que las hembras dejaran de ovular. Una cierta cantidad de grasa corporal desencadenante de hormonas es “un requisito tanto para el inicio como para el mantenimiento exitoso de la reproducción”, señala el estudio. Sin eso, las hembras pudieron haber dejado de reproducirse y viajar a Hawai.

Otros estudios encontraron tendencias similares, señaló National Geographic, y no solo en las aguas de Hawai sino también cerca de Alaska.

Tales hallazgos deben tratarse como una analogía del cambio climático, mostrando cómo podría devastar el equilibrio del océano, señala el estudio. Los expertos han advertido que si el calentamiento global persiste, eventos como la mancha se volverán muy comunes.

Sin embargo, el estudio también admite que los las duplas madre-cría parecen haber disminuido debido a que solo se estaban comportando de manera más críptica, quedándose en aguas más remotas y “pasando desapercibidas durante el monitoreo acústico”.

Cartwright dijo a National Geographic que el número de ballenas en Hawai se ha recuperado este año, pero que no debemos tomarlo como excusa para dejar de preocuparnos.