Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.
Un mono nació con éxito a partir de un espermatozoide que se desarrolló en tejido testicular crioconservado, lo cual es una primicia para los primates.
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Grady, un saludable macaco Rhesus hembra, fue descrito recientemente en un estudio publicado en Science, y representa una nueva esperanza para los varones jóvenes que sufren de infertilidad debido al tratamiento contra el cáncer.
Un equipo de científicos de Estados Unidos tomó muestras y congeló el tejido testicular de cinco macacos machos prepúberes. Cuando los huéspedes entraron en la pubertad cinco o siete meses después, el tejido se injertó debajo de la piel cerca del escroto. En un plazo de ocho a 12 meses, los trasplantes comenzaron a producir esperma que luego se utilizó para fertilizar 138 óvulos in vitro en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregon.
Menos de la mitad eran embriones viables, pero los científicos lograron implantar 11 en seis huéspedes femeninos. Uno tuvo éxito: Grady.
La técnica podría ofrecer nuevas vías para regresar la fertilidad a los jóvenes prepúberes que se han sometido a quimioterapia y tratamientos de radiación contra el cáncer. Aproximadamente el 30 por ciento de estos jóvenes experimentaron niveles bajos de esperma más adelante en la vida, informó Scientific American. Si bien los médicos pueden congelar el semen de los hombres adultos, las opciones para los hombres más jóvenes son extremadamente limitadas.
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En estudios previos, los científicos injertaron exitosamente el tejido testicular en ratones para producir crías saludables, señaló Scientific American. Pero Grady es el primer primate nacido a partir de esta técnica.
“Ahí es donde se detienen muchos estudios. Sólo dicen, está bien, tenemos esperma. Ta-da”, contó a National Geographic Kyle Orwig, investigador principal del Instituto de Investigación Magee-Womens del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh y autor principal del estudio. “Pero solo porque hay esperma, no significa que se pueda fertilizar o hacer un bebé”.
Aún así, el experimento no es una analogía exacta para los varones humanos. Los macacos fueron castrados durante el proceso para obtener la muestra de tejido, a diferencia de los pacientes humanos con cáncer. También es posible que el tejido humano pueda contener células malignas, señaló Inverse.
Que exista esta tecnología no significa que sea accesible para todos. La fertilización in vitro es actualmente una opción de fertilidad costosa y exclusiva, con procedimientos que cuestan decenas de miles de dólares y que varían según la cobertura del seguro.
“La razón por la que realizamos estos estudios en un primate y no un humano es que pensamos que este fue realmente el último paso en el camino hacia su traducción a una clínica”, dijo Orwig a Inverse.
“Habiendo producido una cría viva y saludable, sentimos que es una tecnología que está lista para ser probada en la clínica”.