Este mexicano sirve en secreto el sándwich favorito de David Bowie

En 1996, el chef Luis Arce Mota era lavaplatos y cocinero (cuando hacía falta) en el French Roast de Greenwich Village, actualmente cerrado. La brasserie era esencialmente un pilar del vecindario y tenía una clientela de altos perfiles. Uno de sus clientes frecuentes en ese entonces era David Bowie.

Bowie logró tener un acuerdo tácito con Mota: él entraba, saludaba a la anfitriona asintiendo con la cabeza y Mota rápidamente se ponía a trabajar en el sándwich preferido de Bowie, un croque-madame preparado con queso gruyère, huevos y cerveza.

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Mota, alumno de Union Square Cafe y Bouley, inauguró tranquilamente La Contenta Oeste —una extensión de su amado establecimiento de Lower East Side, La Contenta— el mes pasado en Union Square, Manhattan. Es un restaurante mexicano con un menú de chilaquiles y torrejas, pero Mota también cocina en secreto un croque monsieur por 15 dólares para cualquiera que lo pida, como un tributo a Bowie.


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Mota llegó a Nueva York desde Mazatlán, México en 1992, y vio a Bowie por primera vez en 1996. “Fue una época muy emocionante para trabajar en French Roast”, Mota le dijo a MUNCHIES por teléfono el viernes pasado. “Había muchos famosos, personas que solía ver en las películas cuando estaba en México”.

En principio, Mota había visto a Bowie actuar en Hunger de 1983 y luego lo conoció a través de su música. “¡Yo pensaba, mira a este flaco consiguiendo a todas las mujeres!“, me contó. Calcula que habrá atendido a Bowie unas tres veces. David Bowie siempre se sentaba en la misma mesa redonda a comer su sándwich.

“Nunca hablé con él”, dice Mota. “Simplemente lo veía y cocinaba para él”.

El sándwich en sí no toma mucho tiempo de preparación; para Mota es prácticamente pura memoria muscular. Sólo tiene que batir los huevos, la cerveza y el queso gruyère con fuerza para lograr una consistencia cremosa como de salsa gravy; luego corta un par de rebanadas de una hogaza de pan de masa madre, añade el jamón Virginia y mete todo al horno hasta que esté dorado y crujiente.

No lo encontrarás en el menú de La Contenta Oeste, dice Mota. Tendrás que pedirlo tú mismo, tal y como solía hacerlo el Duque Blanco.