Artículo publicado originalmente por MUNCHIES Estados Unidos.
Si alguna vez has comido cosas rellenas de queso, es probable que sepas que esas cosas normalmente están calientes y si no tienes cuidado te podrías quemar la lengua.
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La mayoría de los restaurantes –cuando sirven cosas muy calientes– te advierten que tengas cuidado con el sartén o el plato, pero la comida la dejan a tu criterio confiando en que tú sabrás esperar a que se enfríe un poco antes de metértela a la boca. Sin embargo, una mujer de Texas afirma que como de Olive Garden no le avisó que sus champiñones rellenos de queso “estaban particularmente calientes” le provocaron “quemaduras graves” y ahora está demandando al restaurante por 200,000 a 1 millón de dólares.
El martes el Fort Worth Star-Telegram informó que Danny Howard de Fort Worth presentó una demanda contra Olive Garden la semana pasada. De acuerdo con la demanda, esto sucedió en agosto de 2017. Ella había ordenado unos champiñones rellenos de queso pero nadie le avisó que ” estaban particularmente calientes o que (conllevaban) el riesgo de causar quemaduras graves”, y en consecuencia se quemó la boca y además se le atoró en la garganta. Según Howard tuvo que vomitar en el restaurante y luego irse a casa.
Sin embargo, según la demanda, el problema no quedó ahí. Al parecer, Howard trató de conducir a la sala de emergencias, pero sintió que su garganta se cerraba, entonces decidió llamar al 911. Terminó en un hospital local y luego en la unidad de quemados del Parkland Hospital en Dallas.
Debido a la supuesta negligencia de Olive Garden, Howard está demandando por daños y perjuicios. (MUNCHIES contactó a Olive Garden en busca de comentarios, pero aún no ha recibido respuesta). Aparte del daño físico que Howards afirma haber experimentado, el tratamiento médico y los viajes terminaron siendo un poco caros, pero Star- Telegram no incluyó su diagnóstico médico ni el costo de todos los servicios médicos a los que se sometió.
Lo único que podemos suponer, es que esto terminará en la lista de las demandas más “ridículas” a restaurantes, que cada vez se hace más grande. Gente, solo como recordatorio, el agua está húmeda, el cielo es azul y es obvio que el queso derretido está caliente.