En Expocómic de Madrid hubo mucha licra, pelucas, disfraces y  cero complejos

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En Expocómic de Madrid hubo mucha licra, pelucas, disfraces y cero complejos

Antes de que cambie de recinto visitamos el salón donde conviven los fans del Cosplay y aquellos que van buscando 'pescar' alguna joya inédita para su colección.

Somos unos habituales de ExpoCómic y ExpoManga, las dos grandes citas de los tebeos que se celebran en la ciudad. Vamos allí como van los abuelos los lunes por la mañana a vigilar las obras. Nos quedamos alucinados cada vez que pisamos el Pabellón de Cristal. Este fin de semana tocaba ExpoCómic, pero como nos decía el trabajador de un stand de cartas y juegos de mesa, "cada vez se nota menos la diferencia entre los dos salones, porque la gente viene disfrazada de manga a esto, cuando debería ser de cómics, superhéroes y esas cosas". Y es que el animé es mucha tendencia. Ni siquiera en el año de Star Wars, del bombardeo con Star Wars, vimos algún jedi despistado, un Anakin que practicaba con su espada láser en un rincón y una Princesa Leia a la que ya se le habían deshecho sus 'ensaimadas' de la cabeza después de tanto trajín.

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Pese a no perdernos ni una de estas convenciones, todavía no sabemos diferenciar entre los personajes de los cómics japoneses. Todos los disfraces nos parecen muy parecidos: tienen pelucas de color flúor, los trajes son de licra, bien ajustados (da igual el volumen de los cuerpos), y las armas son tremendamente desproporcionadas, como gigantes. Eso sí, casi todas de cartón o plástico. No asustarse. Y todos están deseando posar ante la cámara. Ayer era el día grande de los disfraces, el concurso de Cosplay. Por allí vimos a Jillian, una de las grandes estrellas de este género. Y a más de 100 jóvenes disfrazados que esperaban su turno para subirse al escenario, hacer una cabriola, intentar imitar los gestos de su personaje favorito y seducir al jurado. Como esto ya lo hemos visto en otras ocasiones, vamos a enterarnos sobre algo del negocio que se mueve por allí. De lo que van buscando los fans del cómic a este tipo de eventos, más allá de ver disfraces, que es lo que hacemos nosotros.

Dani se ha gastado 600 euros entre originales, páginas completas y marcapáginas. Entre sus compras se encuentran tres 'commissions' nos dice. ¿Qué coño es eso? "Cuando se anuncian los dibujantes que van a venir al salón, lo que hago es buscar su contacto en Internet, por su web, blogs especializados o su Facebook. Ellos aceptan encargos originales de los personajes con los que habitualmente trabajan, y cuando están aquí te los entregan y los pagas". ¿Y cuánto puede costar este trabajo? "Depende del dibujante, depende de sí es el titular de la saga, del número de personajes que te dibuje en la página (no es lo mismo si aparecen dos)… Durante el proceso ellos te van mandando bocetos y tú les puedes decir si te gusta lo que están haciendo, antes de que lo acaben", nos dice Dani, que tiene en su casa más de 60 piezas de este tipo.

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Un dibujo así de Alex Ross, por cuyas manos han pasado Superman, Batman o Spiderman, puede llegar a valer 15.000 euros. Entonces nos parece una especie de inversión a largo plazo, en el que seguro que hay negocio. "Yo no los compro por eso, no pienso en venderlos, lo que te digo seguro es que por lo menos no pierden su valor. Seguro que hay gente que está ganando pasta con esto, pero yo lo hago como fan del cómic, no para especular". Dani tiene sus seis originales de esta feria en sus manos. Tiene dos páginas completas de Wonder Woman, "una dibujada a lápiz azul, que es más barata" y otra entintada, "en la que no sale ella y también por eso cuesta menos pasta". Otra cosa que descubrimos, los precios varían dependiendo de los acabados. Dejamos a Dani con sus compras, que incluyen una viñeta de una chica desnuda de Coax, un placer culpable, y vemos el final del concurso de Cosplay.

Batman y Catwoman nos despiden del recinto de la Casa de Campo, este año es el último que el salón se celebra allí. Como fin de fiesta, la organización anuncia que ya han crecido lo suficiente para irse a IFEMA, "con los mayores" y los fans disfrazados responden con una ovación. Se acabaron las colas y el maldito problema con el aforo. Pero seguro que seguirán los trajes de licra, los maquillajes excesivos, la locura por conseguir una firma de Azzarello o Yanick Paquette (estrellonas internacionales presentes este año), las cazuelitas con sopa y fideos y las fresas rellenas de chocolate. Deadpool nos hace una 'peineta', es una auténtico cabrón, y nos vamos tranquilamente por la puerta.

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