Actualidad

Científicos dicen que dejar contagiarse a buena parte de la población podría funcionar en algunos países

Esta controvertida práctica, que consiste en dejar que un gran porcentaje de la población se infecte para que se desarrolle una resistencia al virus, ha sido descartada por ser muy arriesgada.
Shamani Joshi
Mumbai, IN
inmunidad grupal India

En algún momento —entre los científicos que trabajan a destajo para conseguir la vacuna para el coronavirus y los países que han declarado el cierre y confinamiento total para proteger a la población— se ha hablado de la inmunidad de grupo. Esta controvertida práctica, que consiste en dejar que un gran porcentaje de la población se infecte con el coronavirus para que más tarde se recupere, desarrolle anticuerpos y se vuelva resistente, se planteó en países como Suecia y Reino Unido.

Publicidad

Aunque se ha implementado en Suecia, donde los epidemiólogos afirman que está funcionando, la mayoría del resto de países que la consideraron en algún momento acabaron por rechazarla por el gran riesgo que supone. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Princeton y del Centro para la Dinámica de Enfermedades, Economía y Política (CDDEP, por sus siglas en inglés), una institución a favor de la sanidad pública con base en Washington y Nueva Delhi, creen que esta dudosa estrategia podría funcionar en un país como la India, que tiene una población desproporcionadamente joven que se enfrentaría a un riesgo mucho menor de hospitalización y muerte por coronavirus.

“Ningún país puede permitirse un confinamiento prolongado y mucho menos un país como la India”, explicaba en Bloomberg Jayaprakash Muliyil, un reconocido epidemiólogo indio. “Puedes llegar a un punto de inmunidad de grupo sin que la población más anciana llegue a infectarse. Y cuando la inmunidad de grupo llegue a un número suficiente, el brote parará y los ancianos estarán también a salvo”. Muliyil y otros investigadores especulan que, si se dejara que el virus se propagara entre la población india de manera controlada, se podría conseguir que al menos un 60 por ciento de la población fuera inmune para noviembre.

Aunque no se habla de proyección de muertes, esta investigación hipotetiza que, puesto que el 93,5 por ciento de los indios tienen menos de 65 años, la mortalidad del virus se reduciría automáticamente. También señala que, en países como la India e Indonesia o regiones como el África subsahariana, la dificultad que presenta el distanciamiento social en zonas superpobladas, la falta de acceso a los test y el devastador impacto socioeconómico que tendría el confinamiento podrían requerir de una estrategia más radical.

Publicidad

Para seguir esta teoría, el equipo de Princeton y el CDDEP recomiendan que India levante el estricto confinamiento que se ha impuesto hasta el 3 de mayo por el momento y permita que la gente menor de 60 años vuelva a su vida normal y evite grandes aglomeraciones, y recalca la importancia del distanciamiento social y de llevar las mascarillas. La reapertura de la sociedad debe ir acompañada también de una intensificación de las pruebas, de la identificación de los pacientes y de los esfuerzos de aislamiento, mientras que los ciudadanos de edad avanzada deben quedarse en cuarentena y tener prioridad a la hora de hacerse pruebas y recibir tratamiento.

La principal justificación para adoptar esta estrategia es prevenir las catastróficas consecuencias económicas del confinamiento, que ha dejado a su paso migrantes hambrientos y despidos o permisos de trabajo sin precedentes. “Estamos buscando una forma de enfrentarnos a la hambruna, la miseria y todo eso”, dice Ramanan Laxminarayan director del CDDEP e investigador de Princeton. Cree que, aunque las muertes en una situación como esta son inevitables, podrían ser potencialmente mucho menores que las consecuencias de cerrar negocios, lo cual podría llevar a la hambruna y al suicidio.

Sin embargo, como se vio en Reino Unido, donde se adoptó primero esta estrategia y más tarde se abandonó, la proyección de muertes podría sobrecargar un sistema sanitario que ya de por sí tiene muchas carencias, especialmente en un país sobrepoblado como la India. Además, hay temores de que el impacto proyectado pueda ser mucho peor de lo que anticipan debido al número de gente vulnerable o con sistemas inmunes débiles por la alta contaminación del aire y al riesgo incrementado de hipertensión o diabetes.

Finalmente, se trata de poner la vida de los ciudadanos en riesgo en beneficio de la economía, una decisión que podría tener consecuencias graves. Tal y como lo explica la OMS, no sabemos nada sobre el virus o de lo que puede hacer como para adoptar estrategias arriesgadas como la inmunidad de grupo.

Sigue a Shamani Joshi en Instagram.

Este artículo se publicó originalmente en VICE India.