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NBOMe: ​Cómo ha cambiado el mercado de ácido en estos tiempos


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El LSD o ácido es una sustancia en extremo interesante, puede ser objeto de estudio y reflexión desde enfoques o disciplinas tan variadas como la neurofarmacología, la psiquiatría, la psicologíatranspersonal, la genética o la historiadel arte moderno. Siendo una de las sustancias psicoactivas más potentes que conocemos –ya que empieza su dosis activa en los millonésimos de gramo–, la dietilamida de ácido lisérgico ha tenido un gran impacto en el mundo a pesar de su relativamente corta existencia y su estatus como droga ilegal supuestamente peligrosa.

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25-i-NBOMe o N-Bomb

El 25-i-NBOMe o N-Bomb es una molécula que ha estado generando mucha atención y controversia ya que sus efectos son aparentemente similares al LSD, el precio es mucho menor y durante algún tiempo fue legal. Alrededor del 2010, el N-Bomb fue introducido al mercado lentamente haciéndosele pasar por LSD. Principalmente en papel secante y con un rango bastante amplio de concentración o dosis por unidad. Era mucho más accesible y tenía un margen de ganancia mucho mayor que el ácido al venderse bajo el modelo de narcomenudeo.

N-NBOMe vs LSD

La principal diferencia que existe entre el ácido y el N-Bomb, dejando de lado que el primero es un alcaloide indólico mientras que el 25-I-NBOMe (también conocido como 2-C-NBOMe) forma parte de la familia de las fenetilaminas teniendo su mayor parentesco con el 2C-I, el 2C-B y la Mescalina, es realmente la toxicidad de cada una.

El LSD es menos tóxico que la Vitamina C o incluso la cafeína.

Aunque pueda parecer descabellado e inverosímil, la realidad muestra que el LSD es mucho menos tóxico que la Vitamina C o incluso la cafeína. Esto significa que las dosis de LSD se pueden aumentar (hasta cientos de veces) sin generar algún tipo de efecto nocivo a nivel orgánico. El NBOMe puede llegar a ser letal con dosis no mucho mayores a la dosis activa; no hay mucho umbral de seguridad entre las dosis “recreativas” y algo que pudiera ser realmente agresivo y dañino para el organismo.

Esta relación polar se asemeja en gran medida al Tabaco y la Cannabis, el primero siendo legal y matando a alrededor de 6 millones de personas al año, mientras que de la Cannabis, siendo ilegal, no existe registro de muerte por sobredosis. Con el LSD difícilmente se podría llegar a una dosis letal, pero se puede consultar fácilmente una significativa lista de fallecimientos directamente relacionados a los efectos de el NBOMe en este sitio. La prohibición y el hecho de que el LSD se encuentre en la lista 1 de la clasificación de sustancias psicoactivas de las naciones unidas junto a la heroína, DMT y cannabis no ayuda a la desmitificación de esta creencia.

De lo que empezaron siendo sustancias químicas de investigación y compuestos que se mantenían legales –mientras no se vendieran para el consumo humano– se han desarrollado redes y mecanismos alternativos de distribución empujados por la creciente demanda en el mercado global.

¿CÓMO DISTINGUIR ENTRE LSD Y NBOMe?

Existen varias maneras de identificar el LSD y el NBOMe, una de las más efectivas es la luz UV. El LSD es fluorescente y brilla bajo la luz UV; el NBOMe y otros compuestos, que se pueden encontrar en la misma presentación de cuadros de papel secante, no brillan.

Además, el ácido no tiene sabor ni debería dejar una sensación en la lengua o boca; con dosis realmente muy grandes de cristal de LSD puede que haya un cosquilleo y un ligero sabor metálico. El N-BOMe tiene un fuerte sabor amargo y deja completamente entumida la boca desde el momento en que se introduce y se empieza a absorber.

El LSD, a diferencia del N-BOMe, es activo cuando se ingiere y llega al estómago. Si te tragas el cuadrito y no hay efecto, probablemente se trate de NBOMe; si tiene sabor amargo, lo tragas y llegan efectos similares a los del LSD pero con mayor duración, probablemente el cuadrito contiene un compuesto más como el DOM o DOB –que tiene mayor umbral de seguridad o menor toxicidad pero su vida activa puede llegar hasta las 25 – 30 horas–. Muchas de estas sustancias empezaron como ensayos químicos en el laboratorio de Alexander Shulgin.

Conoce más sobre el DOM y sus análogos DOB/DOC/DOI en el Universo de las Drogas.

Hoy en día, cada vez hay más personas buscando específicamente estos nuevos compuestos químicos y que incluso los prefieren por encima del LSD. Esto se hizo evidente gracias al surgimiento de arte en papel secante, material que ya está dedicado específicamente al N-BOMe. En la planilla se incluyen el nombre y el diagrama de la molécula, junto a iconografía simbólica específica a sus propiedades moleculares; de esta manera evitan la confusión e impiden que se distribuya en el mercado negro como si fuera LSD.

Frente de la planilla

Reverso de la planilla

Con este cambio podemos ver reflejadas las tendencias entre los consumidores de este tipo de sustancias alrededor del mundo. Estamos viviendo una situación de homogenización, a través de Internet, donde compartimos cada vez más rasgos entre espacios distantes, tanto geográficamente como culturalmente. En estos rasgos compartidos se expresa una sed por nuevas experiencias, estados de conciencia e interacciones, con circuitos neurológicos o entornos dentro de la química cerebral, que no han sido explorados previamente.

REDUCCIÓN DE DAÑOS

Es importante que el enfoque de reducción de daños esté anidado en su centro y rija la manera en que nos sumamos y participamos.

Es muy peligroso pensar que este tipo de sustancias se pueden identificar de manera pragmática, lo más recomendable es analizarlas antes de probarlas. Existen distintos kits para hacerlo y la prueba de luz UV es bastante fácil. Es importante saber que en la CDMX ya existe un Programa de Análisis de Sustancias (P.A.S.), que puede llevar a cabo distintos tipos de análisis colorimétricos y de cromatografía de capa fina (TLC), con lo que se tienen resultados más útiles y que proveen de más luz en esta nebulosidad oscura del mercado negro y la incertidumbre.

Recomendaciones de reducción de daños específicas para el NBOMe

Prohibir las sustancias, incluyendo las que pueden llegar a ser peligrosas, es una trampa ideológica y conceptual que genera un efecto “Hidra“. Al cortar una cabeza, ya sea de las personas involucradas con grupos de crimen organizado o clasificando las nuevas moléculas mientras van siendo identificadas (truncando así su producción y distribución legal), solo alimenta la economía de guerra y justifica las posturas extremistas y radicales de erradicación, militarización, discriminación y criminalización.

En lugar de todo este esfuerzo y energía dirigida a la guerra contra las drogas, ¿por qué no le ponemos un poco de atención a las drogas que pueden acabar con las guerras?

Movernos hacia modelos de convivencia basados en el respeto, la empatía y el entendimiento tiene que ver con disolver las barreras, buscar la unión, la inclusión y la sinergia. Albert Hoffman, el creador de la molécula de LSD, decía “en lugar de todo este esfuerzo y energía dirigida a la guerra contra las drogas, ¿por qué no le ponemos un poco de atención a las drogas que pueden acabar con las guerras?”. Si podemos mantener este enfoque, no sólo con las sustancias sino con la vida en general, pronto estaremos contemplando un nuevo panorama y nos daremos cuenta que otro Mundo es posible… si lo quieres…

Desde un momento de esperanza e idealismo poético que disfruta jugar con la lisergia y la liquidez – Brun González