Música

Prok nos habla de su último álbum 'Rojo y negro'

"Lo mejor que podía pasar es que el virus que es el ser humano desapareciera de la faz de la Tierra".
12 HHL prok @davithmadrid
Fotografía por deivithmadrid cortesía de Prok

Esta entrevista es una adelanto de nuestra próxima entrevista en vídeo con Prok.

"Yo soy Adri, del barrio Nazarí a la orilla el Darro. De la tierra Federico de los Kero. De los Morente al lado del Sacromonte". Así arranca Rojo y Negro, el primer disco, tras decenas de singles en solitario y junto a su hermano Ayax, de Prok. Lo lanzó el pasado diciembre y en sus 14 tracks, que incluyen, al estilo más clásico, una intro y una outro, el rapero de Granada ha hecho, como anuncia en el primer tema, casi un ensayo de "su ser, su yo". Un repaso salpicado de referencias a la cultura clásica y a la filosofía sobre bases noventeras y con colaboraciones de Cookin Soul, Foyone, Hard GZ o Fernandocosta.

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En él recorre algunos de los temas que le obsesionan: la familia y el amor, la muerte y la incomprensión y la rabia surgidas de la observación crítica del mundo. Y latiendo, supurando en muchas de sus letras, una postura política que ni a él ni a su gemelo les hace falta explicitar para ser considerados dos de los grandes exponentes del rap político en España en la actualidad.

Nos concedió una entrevista antes que a Pablo Iglesias, que en La Tuerka en la que habló con Toni Mejías de LCDM le confesó que llevaba tiempo detrás de él y su hermano sin suerte, y le preguntamos por qué no se ha subido al carro del trap, que no le ha hecho falta para ser junto a Ayax y a Natos y Waor uno de los artistas del género urbano con más capacidad de reventar salas, además de por Cayena, la hija que aún no tiene, por su compromiso político y por si existen y se cruzan a veces las llamadas alta y baja cultura.

VICE: Rojo y negro es tu primer disco y es en solitario. ¿Es una reafirmación del yo, nace del intento por demostrar que Ayax y tú sois algo más que un pack indivisible?
Prok: Nosotros veníamos de una trayectoria de unos cinco años en los que hemos estado sacando dos videoclips por mes, uno cada uno. Somos muy expeditivos a la hora de trabajar, hacemos los vídeos, la dirección de arte… todo. Nos gusta más el resultado y pensamos que quién mejor que nosotros para traducir nuestra música en imágenes. Hemos estado centrados en ese proceso de trabajo y no habíamos tenido tiempo para nada más, empezaron las giras. Pero una vez que habíamos empezado a estar en un nivel más alto nos picaban las ganas de tener un trabajo cerrado, una cosa más seria que tuviera un principio y un final, un génesis.

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Entonces decidimos hacer un disco, pero queríamos que fuera por separado porque al ser gemelos la gente tiende a compararnos, a asociarnos todo el rato, y queríamos de alguna manera reivindicarnos como artistas a nivel individual. Demostrar que somos personas muy completas por sí mismas y que tenemos unas personalidades parecidas pero distintas, igual que el rap. Y enseñaros qué es Ayax y qué es Prok. Y luego, cuando os pique ya fuerte, sacaremos algo juntos. Así, mi hermano planeó y sacó Cara y Cruz y yo Rojo y Negro casi de manera simultánea.

Para el primer tema has querido recuperar el concepto de intro, te presentas. Para el último has elegido un cierre, una outro, en el que hablas de Cayena, la hija que aún no tienes y de tu familia. El presente y el futuro.
Sí, he intentado recuperar el concepto de una intro que está haciendo una presentación en toda regla: quién soy yo, de dónde soy y qué vas a escuchar. Ese concepto tan purista se había perdido un poco, normalmente los artistas lo que suelen hacer es coger la canción que más le pega de intro una vez que han terminado el disco, pero para mí debe exponer el trabajo de uno, quién es uno y lo que se va a escuchar.

Al final tiene ese cierre que es Cayena y sí que es una visualización del futuro. Una proyección de un momento dentro de unos 10 o 15 años, cuando yo ya tengo una hija que se llama Cayena, que es un nombre que no existe para mujer pero que a mí me gusta y me gustaría ponerle Cayena a mi hija si algún día la tengo. En el tema le hablo del tito que es mi hermano, de los abuelos, mis padres, y estoy hablando sobre una personita que vive un futuro menos negro que al que me tiene acostumbrado a mí la vida. Realmente soy yo diciendo “tío, me gustaría tener una familia, me gustaría tener una estabilidad” y no una vida desgraciada de poeta maldito y acabar medio muerto en una esquina, que podía ser otro de mis caminos porque al fin y al cabo soy un poco caótico. Por eso la canción habla de Cayena y de que si me pasara algo, cuiden de ella.

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Por lo que dejas escrito en tus letras y por tu relación, tanto artística como personal, con tu hermano, parece que la idea de familia es una de las más importantes para ti. No es un tema de los más recurrentes en la música en general y en la música urbana en particular.
Lo es. Yo creo en la familia un poco al estilo italiano, al estilo de una mafia en la que todo el mundo protege a todo el mundo, en la que hay unos vínculos de lealtad fortísimos, en la que la familia es lo primero y prácticamente se venera.

Tuve la gran suerte de que mis padres nos tuvieron con 25 años, así que he visto una forma de vida familiar distinta a la que están acostumbradas muchas personas. Ellos son muy intelectuales, mi madre es filósofa y además está especializado en Nietzsche y mi padre es geógrafo. Son muy liberales y tienen un concepto de la vida precioso. Nos han dado una educación buenísima y nos han inculcado la ilusión por saber, pero también nos han dado mucha libertad para estar en la calle. A mí de niño me decían "lee este libro, esta película te va a gustar", pero también que fuera a la calle, que disfrutara y me cayera, que me levantara y me destrozara las rodillas, que hiciera lo que tuviera que hacer pero que aprendiera.

Por eso mi vida siempre ha sido un poco calle pero elegante. Elegante en las formas, en la educación, en la intelectualidad. En intentar buscar cosas más allá de lo trivial y lo banal y a la vez saber moverme en ambientes serios y de dificultades. Y esa es una de las cosas que al final tienen para mí más valor en una persona. Se ve un poco en el rap: hay muchos raperos que son muy intelectuales pero no tienen calle, no tienen forma y no tienen flow y no me gustan nada. Luego hay otros que son muy calle y no tienen conceptos complejos que me llamen la atención ni me despierten chispas y también me decepcionan. Pero después hay gente como Kase-O, que te puede hacer un tema hipercallejero, uno más intelectual o una mezcla. Para mí ese es el rapero más completo. Y, de hecho, esa es la persona más completa.

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Apenas concedéis entrevistas, pero supongo que esto es algo que todo el mundo os preguntaría: lo teníais muy fácil para subiros al carro de la música urbana y su explosión comercial, del trap, para cambiar un poco y salir de portada en El País Semanal y ser "los hombres del año" modificando un par de letras, un par de beats. ¿Por qué no lo hicisteis?
Porque no nos interesa. Yo necesito tener un bombo y una caja, una seriedad, un piano que me inspire, cosas que para mí sean mucho más complejas y profundas. Si me das una base de trap te hago un temazo, te lo aseguro. Un temazo callejero, trapero y todo lo que tu quieras. Pero tendría que simplificar mis letras y necesito expresar mucho más como persona, llegar a conceptos más lejanos del yo. Si algún día quiero hacer algo más vacilón y más desenfadado me hago algo como "Reproches" o "El sol pegaba", más latino. A mí me encanta la música latina. Pero lo que me inspira es lo puro, lo serio del rap. Es eso lo que me saca la rabia.

Otra de las preguntas que uno se hace cuando piensa en ti y en tu hermano es por qué no habéis fichado con ningún sello o habéis firmado ningún contrato publicitario.
Desde el respeto a la gente que ha optado por fichar por una major, a mí me parece un atentado contra el arte. Mi arte es mío, nadie me va a decir qué tipo de beat puedo usar, de qué puedo hablar o que estas palabrotas no las diga. Me parece ridículo, aunque respeto a los que así lo han decidido. Para mí es mi vida y nadie tiene derecho a intervenir ni un poco en ello. Es imposible que yo trabaje para una gran empresa.

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Es un juego un poco contradictorio y ambiguo a la vez. La gente que empezó a hacer rap vestía de Gucci para reírse del sistema, para decirle a los pijos "nos teníais como perros y nos señalabais, ahora llevamos vuestra ropa y os la vais a dejar de poner vosotros". Era una forma de ir contra el sistema en el fondo. Pero eso se ha ido diluyendo para dar paso a la ostentación: la gente quiere tener el ropero lleno de Gucci pero no porque quiera reírse de los de arriba vistiendo su ropa. La moda ha entrado en la industria y ha trastocado todos sus conceptos reales. Ahora se entienden un poco como inseparables, cuando en un primer momento el rap era una lucha contra eso. Pero bueno, es la evolución, supongo.

Parte de tu éxito y del de tu hermano está precisamente en el retrato crítico que hacéis, aunque muchas veces no explícitamente, de la situación social, económica y política en España. Sois una especie de artistas políticos que no necesitan hablar explícitamente de política mientras que la mayoría de la escena urbana nacional es, como señala Ernesto Castro en su libro, impolítica.

La música trap se basa es en un nihilismo intelectual en el que a uno le da igual todo porque todo está perdido. Lo que yo hago es luchar contra ese nihilismo, intentar concienciar. Decir "mira, tío, está todo el mundo durmiendo en la caverna, estamos todos con las cadenas. Hemos salido 4 o 5 fuera, la luz pega muy fuerte, necesitamos más ayuda, más gente. Yo te he despertado a ti, así que cuando se te acostumbren los ojos despierta al otro". Y así constantemente, como en una cadena de favores.

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El planeta ya está perdido, no tiene salvación. Nos lo hemos cargado con nuestro egoísmo y nuestro ansia de superarnos como humanos y de controlar más y más. Lo mejor que podía pasar es que el virus que es el ser humano desapareciera de la faz de la Tierra. Pero si no podemos hacerlo porque no vamos a crear una masacre para poder salvar al planeta y aun así no lo conseguiríamos, lo que tenemos más cerca es despertar al que tenemos al lado, no cagarla, ser personas respetables para nosotros y con los demás, para con el mundo. Y al fin y al cabo esos son los conceptos que queremos transmitir a la gente, el purismo, luchar por los valores que valen. Y aunque el planeta esté jodido, al menos intentarlo.

¿Sois entonces un grupo de rap político que no habla explícitamente de política?
Eso es algo muy curioso. Se nos asocia mucho a grupos políticos, pero te pones a escuchar nuestras canciones y nunca se habla de política pero se nota en el aire cuál es nuestra movida por pequeños detalles y matices, aunque no lo digamos explícitamente. El rap murió durante unos años y una generación que venía de la crisis de 2008, yo tenia 17 años entonces, vio que lo que le habían vendido realmente no existía. Esa generación que sufrió toda esa crisis empezó a hacer música. En momentos de crisis, chungos de verdad, es cuando salen los raperos, la gente que quiere decir cosas. Y creo que eso es uno de los motivos, una de las razones, aparte de nuestra educación y de lo que hemos vivido de que empezáramos a hablar de todas estas cosas: la crisis de 2008.

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En 2016 tuvisteis un lío con la justicia por una letra. ¿Qué te hizo pensar o replantearte aquello?
Sí, por la canción "Polizzia", de mi hermano, tuvimos que ir al juzgado y nos querían meter en la cárcel más de dos años a cada uno. Cuando te pasa esto te das cuenta de que vivimos es una falsa democracia basada en un capitalismo férreo que se mantiene con intereses. Todo pierde el sentido.

La cosa está muy complicada porque vivimos en una jaula de oro como dice el Foyone. Y es una jaula muy bonita, pero no deja de ser una jaula en la que realmente no tienes derecho a nada. Te puedes levantar, te puedes comprar tu Coca-Cola, desfogar con tus amigos saliendo de fiesta y creerte feliz los fines de semana y los lunes estar amargado pensando en tu existencia. Puedes hacerlo, pero realmente no eres una persona libre ni estás siendo dueño de tu ser. Eres lo que ellos quieren que sean. Cuando un planeta como es el caso de la Tierra cuenta con 7000 millones de personas, las cuales todas quieren ser los mejores y más que los demás, ya no hay mucho más que decir. No se puede mantener.

¿Y ahora qué? Cuando parecía que todo iba a mejor parece que hay otra recesión soplándonos la nuca. ¿Cómo crees que nos lo vamos a tomar esta vez esos que en 2008 salimos a un mercado laboral que no existía y los que vinieron después?
La forma en la que se forma la historia y en la que se educa en este país hace pensar a la gente que el franquismo parece que fue hace 200 millones de años cuando fue poco antes de que yo naciera. Con la II Guerra Mundial pasa igual, parece que convivió con los dinosaurios y no. Y mañana va a volver a pasar, en cuanto China se quede con el primer puesto de la hegemonía mundial y Estados Unidos sea el tercero o el cuarto va a volver a pasar. Y lo mismo nos vemos otra vez todos los que estamos aquí con nuestro Instagram superguay con un fusil en mitad de la calle corriendo. Pero de momento estamos en esa comodidad, en ese chicle de fresa que no paramos de masticar y que en algún momento se va a caer al suelo, eso está clarísimo. No sé cuándo va a ocurrir, pero va a hacerlo.

Sigue a la autora en @anairissimon.

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