crimen

Cómo Fran, el guardia civil de la tele, metió 200 kilos de cocaína en Barajas

Se hizo famoso gracias al programa 'Control de Fronteras' de Discovery Max.
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Fran en el programa de DMAX "Control de Fronteras'. Captura de pantalla vía DMAX

Fran era Guarda Civil y luchaba contra la entrada de mercancías ilegales en España. O al menos eso decía en el programa que le hizo famoso: el de Control de Fronteras de Discovery Max, donde le vimos vaciar tuppers de comida y tirarlos a la basura, abrir maletas y buscar substancias sospechosas. Ahora se ha descubierto que presuntamente dejaba pasar maletas de cocaína cuando esta llegaba a Barajas procedente de Sudamérica.

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Se conocía al dedillo los métodos utilizados para pasar la droga. De hecho, Fran está acusado de ser el nexo entre dos bandas de narcotraficantes y fue detenido el pasado martes junto a 18 personas más, de origen español, dominicano y colombiano, entre las que también está la actual pareja del agente.

Según apuntan en El Mundo, Fran enseñaba a los narcotraficantes a burlar las medidas de seguridad para evitar ser investigados. Incluso les recomendaba pasar la raqueta detectora de micrófonos por debajo de sus coches para saber si les estaban espiando. De hecho, él mismo, cuando tenía reuniones importantes, usaba inhibidores de frecuencia para evitar ser escuchado.

Parecía que lo tenía todo controlado. Era el jefe de turno del Servicio Fiscal y aprovechaba su posición para dejar pasar maletas por un lado y pasajeros por el otro, a los que luego juntaba y acompañaba a la salida. Por ello ha sido acusado de pertenencia a una organización criminal, cohecho, revelación de secretos, omisión de persecución de delitos y blanqueo de capitales.

Precisamente gracias al dinero que conseguía con este “trabajo extra”, podía permitirse llevar un tren de vida bastante elevado, algo que con un sueldo de guardia civil no hubiese podido hacer. Para que os hagáis una idea, el hijo de su pareja tenía una paga de 500 euros a la semana, iba a un colegio que costaba más de mil euros y lo enviaron a estudiar a los Estados Unidos a un lujoso campamento para niños con padres ricos.

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Su actual pareja solo compraba en la milla de oro madrileña: bolsos Gucci de 5000 euros y conjuntos de Channel o Valentino. Fran, por su parte, rehabilitó un Chevrolet Camaro que costaba 30 000 euros y frecuentaba eventos VIP en los casinos madrileños. De hecho a sus compañeros tampoco les llamaba especialmente la atención porque Fran estuvo casado con la hija de una familia adinerada y estuvo dos años de excedencia para disfrutar de un elevado nivel de vida.


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No fue hasta que se separó y conoció a su actual pareja que, en un intento de mantener su estatus económico, se metió en el negocio del narcotráfico. La policía empezó a sospechar de él cuando detectaron 50 paquetes de droga forrados pero no camuflados en una maleta que había viajado sola sin su dueño. Empezaron a tirar del hilo y descubrieron que la banda enviaba una maleta facturada en origen pero sin que el pasajero se subiera al avión. Ya en Madrid, una mula lo recogía con el camino previamente allanado por el agente.

Supuestamente con el fin de blanquear el dinero adquirido con la droga, Fran compró un restaurante en la calle Rosario Pino. En VICE hemos hablado con trabajadores del restaurante y nos han confirmado que los dueños no se encuentran ahora en él. Según parece, Fran invitaba allí a sus contactos bastante a menudo, también a los relacionados con el mundo de la droga. Le gustaba alardear de que tenía un restaurante, regentado por su consuegro, eso sí. Según aparecida en la noticia de El Mundo que no hemos podido confirmar, el guardia civil habría pagado 80 000 euros a tocateja para entrar como inversor de la cadena a la que pertenecía.

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La investigación ha durado un año y se calcula que Fran ha colado más de 200 kilos de cocaína en Barajas. En el momento de la detención de estas 18 personas se incautaron también 236 kg de cocaína, dos pistolas y un rifle 9 mm, 60 000 euros en efectivo, documentación y varios dispositivos móviles.

Según han informado a VICE desde el departamento de comunicación de la Guardia Civil, la investigación está bajo secreto de sumario, por lo que ni sus compañeros ni desde el mismo departamento harán ningún tipo de declaración.

En una época en la que el dinero mueve el mundo y la avaricia rompe el saco, hay personas que anteponen lucrarse a cualquier otro principio ético. Lo que está claro es que a Fran le perdieron el dinero, los lujos y los excesos. No ha sido el primer Guardia Civil “comprado” por los narcotraficantes y quizás tampoco sea el último.

Sigue a Alba en @albacarreres.

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