Una 'playlist' con las canciones que escuchaba mientras intentaba llegar desde Siria hasta Europa

Este artículo es parte de nuestra serie Nuevos Vecinos, en la que jóvenes refugiados de toda Europa colaboran con nosotros como editores invitados. Puedes leer la carta de la editora aquí.

A. tiene 17 años y es de Siria. Actualmente vive en un albergue dirigido por la ONG griega Praksis, en Atenas.

Me gusta el metal desde que tenía 10 años. La primera banda de metal que escuché fue Disturbed. Por aquel entonces andaba probando diferentes tipos de música y no tardé en darme cuenta de que el heavy metal era el género que más me iba. Personalmente lo encuentro muy relajante, aunque la mayoría de la gente piensa que es molesto. Aparte de eso, escuchar canciones de metal me ha ayudado a mejorar mucho mi inglés, tanto el acento como el vocabulario.

Me gusta la música metal de todo el mundo, así que decidí hacer una lista que incluyera mis bandas favoritas de varios países. Cada una de ellas posee un estilo único y su propio carácter. Los Dimmu Borgir, por ejemplo, están sobre todo preocupados por los problemas sociales, mientras que los Aeternam hablan sobre diferentes países como Egipto, Jordania o Siria y sus letras son tanto en inglés como en árabe. Las canciones de Swallow the Sun son un poco más siniestras, pero cuando las escucho siento que todos mis problemas desaparecen. También me gusta la teatralidad de los Ahab y el hecho de que obtengan sus influencias de Moby Dick, de Herman Melville.

Por supuesto, con el tiempo también me he aficionado a otros tipos de música como el dubstep, la música country o el trap. La música es lo que me ayuda a superar los momentos difíciles. Aquí os muestro una lista de mis canciones favoritas, que me acompañaron durante mi difícil viaje desde Siria hasta Grecia.

DB fue una de las primeras bandas por las que sentí verdadera devoción. Tenía todos sus discos y me encantaban todas sus canciones. Esta en concreto me recuerda mis "primeros pasos" en el mundo del metal, ya que es uno de los primeros temas que escuché y que me ha influido enormemente.

Siempre que escucho a esta banda pienso en mi amigo Arrab, porque fue él quien me los descubrió. A veces pienso en todas las cosas que Arrab y yo hemos pasado juntos y el hecho de que vivamos tan lejos ahora ―él sigue en Damasco y yo estoy en Grecia― me deja hecho polvo. Pero espero que dentro de unos años podamos pasar el rato escuchando estas canciones juntos, dejando atrás los días de la guerra.

Esta canción me da mucha energía y me proporciona una sensación de esperanza. Era la canción favorita de uno de mis colegas, pero ahora se ha mudado a Chipre como parte del programa de reubicación de la UE, donde ha empezado una nueva vida. Por supuesto, eso es algo que yo también quiero hacer, pero sé que lleva tiempo. Tan pronto como empieza a sonar esta canción me siento abrumado por sensaciones positivas y siento que cualquier cosa es posible.

Esta es una canción que escucho cuando estoy atravesando una situación difícil. Siempre que me siento enfadado, decepcionado o deprimido, le doy al play y consigo calmarme. Solía escucharla mucho durante mi viaje hasta aquí. Recuerdo que cuando llegué a Rakka (el bastión de ISIS en Siria) tenía tanto miedo de que me capturaran que la escuchaba todo el tiempo para que me ayudara a relajarme.

Con esta canción no puedo evitar ponerme a bailar. Realmente me da un chute de energía.

Este es uno de los primeros grupos de country que escuché y cada vez que suena una de sus canciones pienso en cómo pasa el tiempo volando y en lo testarudo que era antes, cuando solamente escuchaba heavy metal.

Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché esta canción, hace seis años. Un amigo la puso y me encantó de inmediato. Ahora me recuerda a Dimitra, una de las asistentes sociales que trabaja en el albergue donde vivo, en Atenas, porque a ella también le encanta. Siempre que pongo esta canción, cantamos las mismas partes: " The toxicity of our city… Disorder" y tratamos de imitar la voz del cantante. Es muy divertido. A veces pongo la canción en cualquier momento y grito, "¡Esta va por ti, Dimitra!". Es nuestra pequeña rutina.

Solía poner esta canción mientras limpiaba al final de mi turno en el restaurante de mi tío en Siria. Trabajaba allí después del colegio o los fines de semana para echar una mano con el negocio familiar. Subía el volumen a tope y así limpiaba más deprisa.

Esta, junto con Wizard, de Martin Garrix, son las canciones que escuchaba cuando estaba en el Campamento Moria, en la isla de Lesbos, y trataba de mantenerme positivo y alejar mis problemas bailando, porque vivíamos en condiciones terribles mientras esperábamos que nos transfirieran al albergue de Mandamados (también en Lesbos) o a otro lugar.

Esta canción me hace pensar en mi madre y dibuja una sonrisa en mi cara porque me recuerda cómo reaccionaba cada vez que la ponía. Mi madre odiaba esta canción y me gritaba, diciéndome que dejara de escuchar esa basura, pero yo subía el volumen y la ponía una y otra vez solo para fastidiarle. Nunca olvidaré las caras que ponía y me pongo a reír cada vez que lo pienso. Ella está en Siria ahora, pero estoy seguro de que si la veo dentro de unos años y pongo esta canción, ella también se reirá.

Esta es otra canción que escucho cuando las cosas se ponen feas, porque me ayuda a relajarme. Siempre que me pongo a pensar en todo el papeleo que necesito preparar y en la entrevista para solicitar asilo que me proporcionará el estatus de refugiado me pongo muy nervioso y escucho esta canción para relajarme.

Esta fue la primera canción que escuché cuando cruzamos la frontera entre Siria y Turquía. Me sentí completamente aliviado. Fue como si me hubieran quitado un peso de encima. Respiré hondo y me dije a mí mismo, "Al fin lo has conseguido. La parte más difícil ya ha pasado. Es hora de seguir adelante".

Cada vez que escucho este tema me acuerdo de mi amigo Dany, que también sigue todavía en Siria. Intento no escucharla muy a menudo porque le echo terriblemente de menos y me deprimo. No es fácil estar alejado de tus amigos durante tanto tiempo.

La música forma parte de mi vida diaria. Cuando estaba en Siria solía hacer beatbox y en algún momento me gustaría retomarlo. En realidad he hecho un amigo en el albergue con el que hacemos música juntos: yo hago el beatbox y el rapea. También estoy recibiendo clases de guitarra donde aprendo a tocar de todo, desde canciones griegas hasta rock, para poder practicar. En el futuro me gustaría aprender a tocar la batería y también recibir clases de canto.

Firma aquí la petición de la ACNUR urgiendo a los gobiernos a asegurarles un futuro seguro a los refugiados.

Puedes apoyar a Praxis, la ONG que ayudó a A. a llegar a Grecia desde Siria, aquí.