familia narcisista
Ilustración por Teresa Cano

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Salud Mental

Tener padres narcisistas te jode la vida, así es como puedes superarlo

'Los hijos e hijas de narcisistas se benefician muchísimo de estudiar qué es el narcisismo, cómo funciona, de dónde viene'.

El trastorno de personalidad narcisista (NPD, por sus siglas en inglés), es parte de la llamada “tríada oscura de la personalidad” junto a maquiavélicos y psicópatas, un concepto que parece el nombre de una peli de Michael Bay. Y aunque no te hayas dado cuenta, al menos una vez en tu vida te habrás topado con alguien con este trastorno de la personalidad (como mínimo varios políticos…), a menos claro, que el narciso en cuestión sea uno de tus padres. En ese caso, te tocó vivir en campo minado, y si llegaste a la edad adulta siendo funcional, enhorabuena.

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Es difícil explicar todo lo que es un narciso, pero para ser breves, no tiene nada que ver con lo que puedas ver en la tele o con lo que la banalización del término nos pueda hacer pensar: no son asociales, algunos pueden ser más o menos inteligentes —pero tampoco son Einstein, aunque ellos lo crean así— y definitivamente no son personas misteriosas o desagradables. Y es quizás todo esto lo que hace más complejo para alguien que salió de una familia con narcisistas poder explicar al mundo por qué un padre así te jode tanto.

Encantadores en exceso, amables con los extraños y con una manía enfermiza por aparentar ser socialmente correctos, son algunas de las señales que provocan que muchos hijos de narcisistas oigan frases como “qué guay es tu padre”, ”tu madre es tan buena persona” y una cantidad absurda de sermones superficiales sobre lo maravillosos que son, donde cada frase hace que nos den ganas de potar un poco más.


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El secreto del narcisista está siempre dentro de su hogar y quienes más lo sufren suelen ser sus parejas e hijos. Mientras en el exterior muestran una cosa, en la intimidad suelen ser todo lo contrario, pues una de sus características principales es la falta de empatía y sentimientos de grandiosidad (algo así como “TÚ no sabes quién soy YO”). Con un talento innato para sentir lástima por ellos mismos y verse como las víctimas de su propio drama shakespeariano, cuando se trata de los sentimientos de sus hijos, ellos son incapaces de ponerse en los zapatos de alguien más.

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Maestros de los mensajes cruzados, el juego del padre narcisista está en que durante la infancia, tienen que lograr invalidar de todas las formas posibles la existencia de sus hijos ahí donde no les signifique una conveniencia propia, y para esto tienen toda una serie de mecanismos. Desde crear un enredo en los discursos de los niños para que ellos no puedan confiar en sus propias memorias, hasta el primer mandamiento de los padres narcisos: harás a tus hijos sentir culpa por todo (y creedme, el "todo" no es una exageración).

“Los hijos e hijas de narcisistas se benefician muchísimo de estudiar qué es el narcisismo, cómo funciona, de dónde viene"

Crecer en un entorno así es básicamente la escuela militar de los juegos mentales. En palabras de Julia Hall, escritora y fundadora de Narcissist Family Files, son “como una pistola de clavos sin control. Los padres narcisistas son máquinas de hacer daño, creando caos y heridas en la vida de sus hijos”.

Y aunque podríamos pasar horas escribiendo artículos sobre lo jodido que está un niño con un padre cuya empatía es del tamaño de un grano de arroz, el tema que nos atañe es que esos niños se convierten en adultos. Adultos que a veces tienen historias dignas de un thriller.

RaisedByNarcissist, es un subreddit dedicado precisamente a todos aquellos que crecieron con uno o ambos padres narcisistas, y es un compendio lleno de relatos aterradores que nos llevan al primer punto de cómo sobrevivir a la edad adulta tras crecer con alguien que no conoce la empatía.

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Entender y asumir que creciste con un padre narcisista (y que tú no eres el problema)

Para daros un ejemplo de muchos, os voy a contar el mío: Asumir que creciste con alguien que sale del espectro de la cordura puede parecer el sueño de cualquier chaval que quiere cargarle la culpa de sus problemas a sus padres. Pero para una víctima del abuso narcisista es básicamente una idea aterradora (para Julia Hall, la experiencia de tomar conciencia de la realidad de lo que hemos pasado es muy similar a despertar de una pesadilla horrible). Así que como me ocurrió a mí, muchos negamos la situación para no tener que enfrentarnos con nuestros abusadores, principalmente porque eres incapaz de entender que lo que te ocurrió no fue crianza, sino tortura psicológica. Como dice el cliché, asumir es el primer paso, y si aún estas dudando si este es tu caso, RaisedByNarcissist es un horrible compendio de situaciones que, si creciste con un padre narciso, te van a sonar MUY cercanas. De paso, leer las experiencias de otros es un buen recordatorio de que no hay nada malo contigo. El único problema son realmente, tus padres.

Conoce tus siglas

El mundo de los adultos que fueron criados por padres narcisistas tiene tantas siglas que parece un lenguaje en código. Y de alguna manera lo es. Es fácil decir que llamar a las cosas por su nombre es una manera de enfrentarse a ellas, pero para muchos es una forma de revivir constantemente el trauma, y para evitar eso las siglas ayudan mucho. ACoN, FLEAS, LC, NC, o monos voladores (es real), la terminología es infinita y, de lejos, una mejor opción cuando sientes que tus padres no se merecen ese título (sperm donor, o donador de esperma, es uno de esos términos maravillosos, regalo de la era de internet). Pablo Lazcano, psicólogo experto en el tratamiento de víctimas de maltrato narcisista, afirma que “los hijos e hijas de narcisistas se benefician muchísimo de estudiar qué es el narcisismo, cómo funciona, de dónde viene. Yo diría que, de hecho, es una de las herramientas que tiene más impacto dentro de las que suelo utilizar”.

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Aprende a decir no

Los niños lo hacen todo el tiempo. A los dos años les da por joder a sus padres y decir "no" cuando les dan de comer, "no" cuando es hora de dormir, "no" cuando algo no les gusta. Si los narcisos fueran una sociedad medieval, el "no" sería tu caballo de batalla. Grítalo, repítelo, revuélcate en el "no", dilo muchas veces hasta que parezca ridículo pero te salga natural. Y luego dilo cuando importe. Dilo cuando estés en el trabajo y seas ese tío o tía que lleva el triple de carga laboral por no saber decir "no". Dilo cuando tus amigos te arrastren de juerga aunque estás cansada y lo único que quieras es dormir. Anda, dilo, que lo más guay es darte cuenta de que no pasa nada malo cuando dices "no".

Lidia con el estrés

Y no estoy hablando solo de las horribles expectativas que tenemos sobre nosotros mismos. Crecer con un padre narcisista implica vivir estresado: nunca eres los suficientemente buena, inteligente, guapa o vete a saber qué basura más dependiendo de la obsesión parental. Y eso significa que creciste estresada. Ataques de pánico, parálisis nocturna, pesadillas, insomnio, temblores, depresión, ansiedad, tu cuerpo llega al borde del colapso al llegar a la edad adulta, así que anda, date un poco de amor y adopta cualquier cosa que te haga salir de ese ciclo, desde yoga, hasta una buena y clásica terapia psicológica (o psiquiátrica, que esto ya debería dejar de ser tabú). Y evita escuchar demasiado las opiniones ajenas y desinformadas sobre esto. Lidiar con el estrés de crecer en un entorno narcisista no es lidiar con el estrés de un mal día en el trabajo, ni de cerca.

No tengas miedo a montar un lío

Vale. Quizás no montemos ningún lío porque la ansiedad nos comería. Pero lo cierto es que la culpa (LA CULPA, con todas sus letras en mayúscula) es un síntoma perpetuo en aquellos que crecieron con narcisistas, en especial si te tocó ser el “niño dorado”, que es básicamente ser Rain Man mezclado con Yes Man (puedes leer más sobre esto en inglés aquí). Desde esa vez que quisiste irte de vacaciones con amigos y acabaste llamando a tu abusador todos los días porque la culpa te hacía pensar que este iba a morir por tu “abandono” (cuando solo te fuiste con dos amigos a menos de una hora de tu ciudad), o aquella vez en que quisiste tatuarte pero no lo hiciste porque definitivamente, aunque seas un adulto, sientes que tu cuerpo no te pertenece, la culpa es una bomba con infinitas autodetonaciones.

Y aunque con ayuda pueda disminuir, la mayor parte del tiempo sigue sentada en el sillón contigo mientras te comes un trozo de chocolate porque tu padre estaría avergonzado de tu sobrepeso (Julia Hall tiene una lista exhaustiva sobre estas rarezas de los narcisos). Así que anda y monta una microrrebelión. Tatúate. Vete de vacaciones donde te plazca, que para eso trabajas y eres un adulto. Y zámpate esa bendita barra de chocolate. La culpa va a estar ahí lo hagas o no y eso lo sabes, así que hazlo de todas formas.

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"El narcisista no se cansa de ser narcisista. No para de ser narcisista. Ni dormido ni despierto"

Los problemas de tus padres son precisamente de tus padres

Vale, sé que esto suena bastante obvio, pero si creciste teniendo que lidiar con el peso emocional de los problemas de tus padres narcisistas, no es tan fácil entenderlo. Así que vamos a decirlo así: si Laura (o Juan, o Inés…) viene y te cuenta sus dramas, no necesitas solucionarlos. La mayor parte de las personas cuentan sus problemas por compartirlos y nada más. Y si para tu mala suerte Laura espera una solución, dile que se busque un terapeuta. Que a ti no te pagan ni un pavo por solucionar sus problemas. Y si aun así sientes una necesidad imperiosa de ayudar a Laura (o Miguel, o Pedro…), lee sobre qué es el FOG (en español sería algo así como MOC: Miedo, Obligación y Culpa), que es uno de los efectos a largo plazo del maltrato narcisista.

Reduce o acaba con el contacto si hace falta

Los cerdos no vuelan. Y los narcisistas no cambian. Y no, tu amiguito de la uni que te vino con ese sermón de que con terapia todos pueden cambiar no tiene idea de que ni un batallón de psicólogos haría que tus padres narcisos dejen de serlo. Julia Hall dice que "los narcisistas rara vez cambian, y si se comportan más amables de lo normal, lo más probable es que sea una maniobra manipulativa". Así que haz lo que sea necesario. Si crees que puedes lidiar con lo que significa mantener un contacto reducido (y toda la culpa que te van a lanzar encima), hazlo. Si el daño es demasiado grande y ya no puedes vivir con esa tortura psicológica, acaba con el contacto. El narcisista no se cansa de ser narcisista. No para de ser narcisista. Ni dormido ni despierto. Y si te preocupa que el maltrato se extienda a otros miembros de tu familia, como pareja o hijos, entonces ya sabes lo que tienes que hacer. Esos cerdos no van a volar, pero tú ya puedes largarte de una vez por todas. Es una de esas cosas por las que mola ser adulto.

No te sientas mal por enfadarte

Los hijos de narcisistas tenemos un sentimiento de culpa terrible. Pero peor que eso es la vergüenza que sentimos por tener rabia. Porque aunque sepas que tu padre narcisista fue negligente (y que por ello fuiste víctima constante de su lengua viperina), aún tienes inculcada esa idea de que no tienes derecho a estar enfadada. Pablo Lazcano recalca que “están muy de moda ciertos enfoques, como el del mindfulness, y se está estereotipando, tal vez de una mala traducción de lo que es la medicina china, de que la rabia daña el hígado, o la pena los pulmones, y la verdad es que hay contextos, por ejemplo, laborales o familiares en los que es muy importante dejar en claro al resto que tú no estás para estupideces”. Así que vale, asume que estas enfadada. Tú no eres Cristo para andar prodigando perdones. Tienes todo el derecho a estar encabronada. Sentir enfado es algo completamente normal, y en la medida en que no lo dirijas a otros ni a ti misma, está bien que exista. No sentirlo frente a situaciones violentas (físicas o psicológicas) es el problema. Así que anda, dilo en voz alta: ESTOY CABREADA.

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