Obama otorga clemencia a prisioneros en EEUU, algunos cumplían cadena perpetua

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Durante el verano de 1984 y después de graduarse de la preparatoria, Timothy Tyler descubrió a la banda de rock Grateful Dead. También por aquella época fue la primera vez que probó el LSD.

Años después, Tyler viajó por todo el país siguiendo a la banda, vendiendo tequila, tragos, batidos de fruta, frituras y ácido. Fue arrestado en 1991 acusado de posesión de LSD; no mucho después, fue atrapado de nuevo, esta vez consiguió tres años de libertad condicional. Después se dedicó a venderle drogas por correo a un amigo, quien estaba trabajando como informante encubierto para la DEA.

Ya que las sentencias federales mínimas fueron aprobadas en 1986, el joven Tyler de 25 años de edad fue sentenciado a estar tras las rejas el resto de su vida por vender cerca de 3.000 dólares en LSD. Pero este martes, el presidente Barack Obama garantizó a Tyler que recibiría clemencia, junto con otros 110 presos federales, 35 de los cuales, estaban cumpliendo cadena perpetua.

"Son individuos que recibieron sentencias excesivamente duras bajo antiguas leyes por crímenes no violentos relacionados con las drogas", escribió el consejero de la Casa Blanca, Neil Eggleston. "La naturaleza de estas liberaciones refleja la necesidad de una reforma bipartidista al sistema penal".

Hasta el martes, el Reporte sobre Clemencia, en donde se identifican y perfilan a los prisioneros que se consideran candidatos para reducir sus sentencias, colocó a Tyler como el prisionero que más merece clemencia en todo el país. En dos años, será hombre libre, con la condición de que se una a un centro de rehabilitación.

Esta última ronda hace que el número total de prisioneros a los que Obama ha concedido clemencia suba hasta 637. Es una gran cifra, comparada con sus predecesores, aunque sigue estando bastante lejos de los 10.000 internos que el anterior fiscal general, Eric Holder, afirmó que serían beneficiados a través de la iniciativa anunciada a 2014.

El debate en la sociedad entre aplicar "sentencias mínimas", más duras o más indulgentes, sigue en pie. De hecho cobró mayor fuerza con el caso del estudiante de Stanford, Brock Turner, quien fue sentenciado a seis meses de prisión por ataque sexual. Tras el anuncio de su liberación luego de cumplir sólo la mitad de su sentencia, la indignación general fue tal, que ahora se ha creado una ley, la cual propone "sentencias mínimas" para aquellos que comentan ataques similares.

Aunado a esto, luego de que un primo de la estrella de la NBA Dwyane Wade, fuera víctima del fuego cruzado en Chicago el viernes, se reveló que uno de los supuestos atacantes estaba en libertad condicional. Eso desató solicitudes de los oficiales locales de sentencias más duras.

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