Nico Cotton está rodeado de instrumentos, monitores, teclados y parlantes. Cuenta que sigue componiendo y grabando en el estudio que está en la casa de sus padres en el barrio de caballito en Buenos Aires. “Me sacaste la ficha”, me dice a través de nuestra conversación vía Zoom cuando le señalo un póster de Imagine que se ve en la pared del fondo.
Hoy está posicionado dentro de la industria como uno de los mejores productores de música en Argentina. Ha trabajado junto a artistas como WOS, Cazzu, Juan Ingaramo, Nicki Nicole, Conociendo Rusia, LOUTA, J Mena, Zoe Gotusso, Bhavi, Daniela Spalla, Natalie Perez, Axel, El Kuelgue, Los Nocheros, Chita, MYA y artistas internacionales como Elsa y Elmar, y Princesa Alba. También fue nominado tres veces a los Latin Grammys y ganador de varios Premios Gardel incluyendo el Gardel de Oro.
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Como un artesano que arma y desarma sonidos con letras, ritmos con frases e instrumentos con estrofas, a Nico le gusta aclarar que el trabajo de un productor es capaz de crear y también de coordinar lo que ya está creado por otras personas. Básicamente, Nico hace que las cosas sucedan.
En VICE hablamos con él sobre sus distintas facetas, gustos musicales y el salto que pegó con ‘Sobre mi tumba‘, la cortina que compuso y produjo junto a Cazzu para El Reino, una serie Argentina de Netflix.
VICE: ¿Qué tipo de música se escuchaba en tu casa?
Me acuerdo que el Ford Escort que tenía mi papá sonaba el casete de Queen, los grandes éxitos, un temazo tras otro; después mis hermanas eran fanáticas de Ricky Martin, mi casa tenía un poco de todo. También, en una época, cuando era más chico, mi viejo me llevaba a ensayar con las bandas que tenía y recuerdo los trayectos sin hablar y con música bien fuerte. Él también tenía su banda cuando era joven, así que durante el camino pintaba escuchar jazz, bossa nova, música de músicos diría, y por otro lado, estaba mi mamá, fanática de los Carpenters.
¿Recordás cómo empezó tu carrera como productor musical?
Se fue dando todo de a poco, yo empecé como baterista, aunque en casa también había un piano, una guitarra, de chiquito intentaba tocar un poco de cada instrumento. A los 13 empecé a tocar en bandas con gente más grande que yo, y al poco tiempo empecé a tocar la batería en MAM, una banda super rockera de Omar Mollo, el hermano de Ricardo, la verdad es que era una banda bastante mítica. Recuerdo que tenía 15 años y estaba tocando en lugares tipo Cosquín Rock. Después me puse a componer mis canciones, las grababa en la compu, hacía maquetas, con lo poco que tenía quería que suene lo más parecido a un disco posible. Con el tiempo me fui dando cuenta que me gustaba mucho eso, grabar, mezclar, sin saber que en realidad estaba produciendo. Hasta que un día, por alguna razón, me empecé a conectar con artistas que querían grabar, venían a la casa de mis viejos y empecé a producir sin saber lo que era producir.
¿Qué sentís del hecho de estar al margen de un éxito, detrás de la cara del disco?
En mi caso me rodeo de artistas talentosos, es cierto que cuando uno compone para otro artista es raro, en cierta medida decís, “uh esta canción es muy mía”, con letras que quizás son experiencias propias, creo que en cierto punto es difícil entregar eso, pero a su vez se trata de desprenderse de algo, le hace bien a tu ego, es aprender a ceder y no me lo apropio. Uno en la producción también es parte del proyecto, quizás no sos la tapa del disco, pero estás involucrado y querés que salga lo mejor posible, si me guardo ideas pierdo. Al final es aprender a lidiar con el ego de uno sin querer guardarse nada.
“Quizás no sos la tapa del disco, pero estás involucrado y querés que salga lo mejor posible, si me guardo ideas pierdo”.
En los últimos años el rol del productor también ocupó otro lugar, ¿no? Con el auge de Bizarrap por ejemplo. Cuando históricamente el rol de producción siempre se mantuvo al margen.
Creo que hay casos y casos, el Biza es un artista, él hace la música, el beat y después tiene un proyecto donde el artista que él convoca pone la voz. En mi caso yo soy protagonista porque también hago toda la música, toco todos los instrumentos, mezclo y puedo manejar todo a nivel musical, pero también he estado en proyectos donde mi función es manejar un equipo, Conociendo Rusia por ejemplo, es una banda con la que casi no me siento a tocar, o muy poco, ahí es otra dinámica de producción, se trata de saber cómo manejar a un grupo, estudios de grabación, tiempos, eso también es producir. Entiendo que el productor convive en esos dos mundos que a mí me gustan bastante.
¿Qué te pasa con los nuevos géneros musicales que están más en auge, lo que llamamos género urbano, una mezcla entre trap, rap, hip hop?
En mi caso siempre me gustó escuchar mucha música, de distintos estilos, creo que eso se refleja en mi forma de trabajar, trato de aprender el lenguaje de cada estilo, de estos últimos que nombras seguro aprendí mucho. Luego, con respecto a las modas, bueno, siempre las hay, son cíclicas también, antes era el punk rock, después el folk, ahora el trap y creo que ahora está volviendo un poco el rock, eso siempre está ahí, nace, rompe y después se transforma.
Yo hago hincapié en poder conectar y emocionar, si te emociona un trap me parece genial, si te emociona una balada está buenísimo también, el foco lo pongo en eso, en que una canción te llegue y te puede llegar llorando o teniendo ganas de romper todo, ese es mi objetivo.
Ok, no te quedas con ningún género musical, pero veo tu póster de Imagine de fondo y te hago la siguiente pregunta: ¿Te quedas con alguna época?
Bueno, puede ser. Siento que hubo un vuelo muy importante a nivel musical en la década de los 60. Creo que The Beatles fue la banda que marcó un antes y un después en la música, soy muy fan. Quizás, con el tiempo ya los escuché tanto que ahora estoy en búsqueda de otros sonidos, pero no deja de ser la biblia o el ABC. Por supuesto después hay otros discos que me marcaron, como Pet Sounds de The Beach Boys, que es un disco que vuelvo a escuchar y me sigue enamorando. Igual si tengo que elegir una época elijo sin dudas la de ahora, prefiero vivir el presente y aportar mi granito de arena en el ahora con los recursos que tengo.
¿Qué tiene que tener una canción para que explote? ¿Cómo identificar el éxito de una canción?
Ese justo no es mi fuerte, no me considero un productor que diga ‘Uh este va a ser hit, en la radio va a explotar!‘ Siempre trabajé con el feeling de entender lo que me gusta y listo, jamás dije ‘Che, cortemos este tema a la mitad porque si no no va a sonar en la radio‘. De hecho hay temas que produje que duran 6 minutos, hoy en día es anti radial total y le fue bárbaro.
¿Cómo fue llegar a componer cortinas para series de Netflix? ¿Cómo fue el proceso de trabajo con Cazzu?
Quizás mucha gente no lo sabe, pero la verdad es que cuando me llamaron de KYS, la productora de la serie El Reino lo primero que pensé fue en que se habían confundido de Nico. O sea, me estaban llamando para hacer la música original de toda la serie y fue algo que nunca había hecho en mi vida, fue un proceso muy largo, de un año y medio, y en medio de la pandemia. Lo viví como un aprendizaje muy grande con el director.
Cuando estaba terminando la música de la serie me encontraba justo trabajando con Cazzu, en un proyecto aparte, estaba componiendo para ella, hicimos una canción y a los días la escuché cenando con mi novia y ahí nos dimos cuenta de que era la canción para El Reino. Dije, tengo la canción de apertura. Ella se copó y salió todo perfecto.
¿En qué estás trabajando ahora?
Ahora se está por estrenar una serie que se llama ‘Días de Gallos‘, en HBO Max, yo hice la dirección musical del proyecto y también estoy haciendo la música de ‘El fin del amor‘, una serie para Amazon Prime que va a protagonizar Lali Espósito. En paralelo produciendo a artistas nuevos. Todavía no puedo contar mucho, pero estoy empezando a producir nuevos estilos con los que antes no había trabajado, como el folclore.
Algo muy diferente…
Sí. Es que más que artistas me gusta tener proyectos que me entusiasmen y me presenten un desafío.
¿Cuál es el futuro de la música?
Creo que siempre se puede usar la tecnología como algo artístico a medida que avance y nos permita seguir creando, me parece que eso está bueno. Hoy en día los chicos y chicas cantan con el autotune incorporado y eso está buenísimo porque es un nuevo sonido, es como incorporar un pedal de distorsión a la voz. Creo que la tecnología siempre nos va a ayudar a crecer musicalmente, cada vez los instrumentos virtuales son más realistas. Por otro lado antes tenías 4 o 5 canales, ahora son infinitos y a mí me gusta trabajar con límites, sirven para desarrollar mi creatividad. Hoy me gustaría hacer un disco con cinta, quizás sin computadora, tener diez canales como máximo y arreglármelas con eso. Creo que la tecnología te permite mucho, pero también me gusta la idea de decir ‘tengo esto y con esto voy a hacer lo que pueda’. Me encantaría traspasar los parlantes y llegar a la conexión humana.
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