Si tuviera que definir Vigo diría que es una ciudad donde hay obras, palomas, cristos y borrachos a partes iguales. Vigo es un lugar caótico y lleno de desigualdades, donde hay tanta gente que vive en la calle como señoras que llevan visones. Todavía hay símbolos y personas que recuerdan al franquismo, aunque cada vez quedan menos. Se mueren. Otra cosa que hay en Vigo, siempre, absolutamente siempre, son obras. Obras ostentosas, apoteósicas y duraderas. Completamente fuera de lugar y carentes de sentido.
Pero algo tiene Vigo que hace que siempre quieras volver y, nos guste o no, todo lo anterior forma parte de ello. Además siempre tocan grupos que valen la pena y se come de puta madre. Si queréis visitarnos aprovechad ahora que apenas hay obras y la ciudad está muy bonita, se acercan las elecciones.
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