Gamers adictos y padres desolados: las dos caras de la feria de los videojuegos de Madrid

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Gamers adictos y padres desolados: las dos caras de la feria de los videojuegos de Madrid

Adictos a los videojuegos y padres que desearían estar en otro lugar. Bajo tierra, por ejemplo.

Del 28 de octubre al 1 de noviembre se celebró en la capital el Madrid Gaming Experience, que ha despertado euforia entre los adictos a los videojuegos. El festival, celebrado en IFEMA, ha atraído a miles de seguidores y no tan seguidores de las franquicias virtuales y tecnológicas. Nada más entrar, los poperos sonidos del Dance Central presagiaban lo que iba a ser una ardua batalla entre pantallas. Las colas de espera recorrían durante el fin de semana largos metros entre los pabellones 12 y 14.

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Las consolas y los ordenadores solo mostraban disparos y todo parecía moverse alrededor de los diversos Battelfields o Halos, aunque por suerte una parte del pabellón 14 daba cobijo a los fans de los arcade y de las máquinas recreativas que marcaron un antes y un después con los míticos Metal Slug o Tekken 3. También se podían encontrar coches tuneados y puestos de venta de productos relacionados con el mundo otaku, entre los que se camuflaban desde cosplayers, gamers, youtubers, niños y sí, también sus padres. Aquellos pobres padres y abuelos desvalidos disfrutaban de las zonas de descanso junto a la compañía de sus móviles y el calor de un perrito caliente.

Así pasaban las duras horas entre tiros, conjuros y algún que otro gol: un puñado de almas en pena con caras largas y tristes figuras.

Decidí hablar con algunos de los gamers que se encontraban disfrutando de una partida en algunas de las máquinas que se encontraban a disposición de los asistentes para entender un poco más qué llevaba a una persona a hacer horas de cola por los pabellones 12 y 14 de IFEMA durante cuatro días para hacer algo que a priori podían hacer en sus casas.

Marta, 31. Dependienta

VICE: ¿Juegas mucho a los videojuegos?
Marta: Cuando me lo permite el tiempo. Normalmente 4 o 5 horas al día.

¿Qué estilo de juego te gusta?
Estilo de League of Legend, Minecraft… Aunque juego en la Playstation sobre todo, también juego en el ordenador.

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¿Sueles cabrearte cuando pierdes una partida?
Sí, me cabreo alguna vez si pierdo una partida contra alguien.

¿Alguna curiosidad que contar de tus cabreos?
(Risas) Creo que lo normal… Romper el teclado varias veces estampando el teclado contra la mesa. Lo típico si alguien te jode la partida. ¿Tienes alguna anécdota con los videojuegos?
Vino un chico una vez a la tienda y salió el tema de los videojuegos. Al final quedamos para tomar algo y, ya sabes, después nos fuimos a casa, pero acabamos viciados a la Play (risas).

Iván , 20. Estudiante en desarrollo de multiplataforma para aplicaciones

VICE: ¿Qué tipo de juego o videojuego prefieres?
Iván: Sobre todo los de rol, me gustan mucho los RPG. También shooters como Battlefield. Call of Duty es una estafa.

¿Consola o PC?
Las dos. ¿Cuánto tiempo dedicas a jugar?
Diariamente, mínimo cuatro horas. Además del desarrollo de las plataformas. ¿Cuando pierdes alguna partida importante, sueles cabrearte?
(Risas) La verdad es que bastante, aunque depende del tipo de persona contra la que juegue. Pero me lo paso bien. ¿Qué haces al cabrearte?
Lo de siempre… Romper el teclado, que ya van unos pocos. Y también los mandos, contra el suelo. Siempre lo paga todo el suelo o las paredes, ¿no?
Siempre se lo llevan ellos (risas). ¿Alguna anécdota curiosa que hayas protagonizado a causa de los videojuegos?
Alguna que otra quedada por Whatsapp con desconocidos para jugar. Tampoco demasiado.

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Antonio Julián, 21. Carpintero.

VICE: Hola Antonio, ¿qué tal?
Antonio Julián: Me presento antes de todo. Mi nombre artístico es Onizuka y llevo 5 años en el Cosplay.

¿Cuáles son tus preferidos?
Me centro en el rol y la acción, pero sobre todo el rol: le doy mucha chicha. ¿Le dedicas mucho tiempo?
Cuando puedo y tengo ratitos libres le dedico bastante. Con los estudios le dedico a lo mejor un par de horitas, pero si no… (risas) ¿Te cabreas cuando pierdes esas partidas tan intensas?
¡Nooooo! (Risas) ¡Sí!. Cuando das mucha traca a algún juego y te revientan. ¿Sueles pagar tu enfado con objetos?
Sí. Una vez me cargué un madero que tenía al lado de una pieza que estaba trabajando. Le metí un rodillazo y lo partí por la mitad (risas). Vaya rodillazo así de lado le di.

¿Alguna anécdota curiosa a raíz de los videojuego?
Lo más bonito de estos años ha sido quedar con desconocidos por redes. Ver que se disfrazan contigo y quedar para apuntarte a concursos de disfraces todos juntos. Ha sido maravilloso.

Juan Jorge. 26. Estudiante de redes y comunicaciones

VICE: ¿Por qué tipo de videojuego te decantas?
Juan Jorge: Juegos de mesa pero también consola y PC. He tocado todos los palos. ¿Cuántas horas le dedicas durante el día?
Ahora, aproximadamente, seis horas diarias. Cuando era más pequeño ocho horas o incluso sesiones de días completos de dieciséis horas de juego, ocho horas de sueño. ¿Te dedicas profesionalmente a los juegos?
Actualmente no compito pero antes competía en el LOL. Tenemos un grupo, un clan, desde hace años, pero somos amateurs. Cuando jugamos algún juego siempre solemos tener un poco de pique y cabreo al perder. ¿Sueles cabrearte?
Bueno… Testosterona tenemos todos, y sobre todo de chicos. Sobre todo siendo comandante de mi grupo, le he "pegado" palizas mentales a todos, cagándome en ellos y gritándoles por teléfono durante horas. No sé cómo me han aguantado hasta ahora (risas). ¿Has roto algo durante el cabreo?
El teclado… Reventé la barra espaciadora que es de lo que más me arrepiento.

¿Tu experiencia en el salón del juego?
Malísima. Por favor… que atiendan a los jugadores. Siempre falla el sistema humano, es lo que siempre cojea. Te meten en un recinto donde juegas un tiempo que no te dicen y cuando entras en tu cuenta de algún juego luego te echan, los del juego te sancionan y jode un huevo. Vienes a probar paquetes nuevos de los juegos y encima te echan. No informan de lo que pasa.

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Aquí abajo puedes disfrutar de unas cuantas fotos de padres y abuelos abúlicos esperando a que sus hijos acaben de jugar en la convención.