Así fue 'Perreo 69', la fiesta reggaetonera protagonizada por PXXR GVNG y DJ Sweetflow

Cuando me dijeron que fuese a cubrir 'Perreo 69' la verdad es que no sabía lo que me iba a encontrar y creo que la mayoría de la gente que se pasó por el Señor Lobo el pasado domingo por la noche tampoco. Pero soy un tipo que no se suele enterar de la misa la mitad así que si sirve como excusa diré que la única información que dieron en Facebook los organizadores del evento - el nuevo sello La Vendicion Records - era el nombre de la gente que iba a amenizarla, entre los cuales hay que destacar OBVIAMENTE a los miembros de PXXR GVNG, Takers y a DJ Sweetflow – que eran además el principal atractivo de la noche – y una escueta frase que resumía de qué iba a ir la movida y que rezaba lo siguiente "PERREO, TRAMBOLIKEO, LOS AUTENTICOS 90". ¿Realmente hacía falta algo más para darle bombo? Yo creo que no.

Aunque un evento así es garantía de éxito, había dos grandes pegas que jugaban en su contra: los menores tenían prohibida la entrada a la discoteca y por lo tanto muchos de los fans se quedaron en la puerta y por otro lado no dejaba de ser un domingo por la noche aunque mucha gente tuviese fiesta el lunes, lo que hizo que mucha otra gente prefiriese quedarse en casa. Aun así, la gente que vino – que pese a todo fue bastante – tenía ganas de pasar un buen rato y nos encontramos con grupos de chavales poniéndose a tono desde los vagones del metro hasta la misma puerta del concierto, convirtiendo la calle Almogàvers en una continuum de chándales, zapatillas vistosas y olor a porro. Como no podía ser de otra forma, la policía local, haciendo un alarde de su tradicional mala hostia y ganas de tocar los cojones, se pasó por la puerta de la discoteca a identificar a algunos chavales, demostrar quien manda y de paso decirnos hacia que dirección teníamos que hacer las fotos; parece que no les debe gustar mucho su trabajo si no quieren que les retratemos haciéndolo.

Dentro, la gente hacía tres cosas: beber, bailar y hacerse fotos con D. Gómez, Yung Beef, Marco Italia o cualquiera de los otros protagonistas de la noche. DJ Mathbeats pinchaba temazos de reggaeton a todo volumen y de vez en cuando Khaled calentaba por el micro al público, preparándolo para la primera actuación de la noche, aunque aún tardaría lo suyo en llegar.

Mientras dábamos vueltas por la sala veíamos como iba llegando cada vez más peña y poco a poco el garito se fue llenando. Algunas chicas nos preguntaron si les podíamos echar una foto, otras que donde iban a salir y otras que las borrasemos porque seguro que salían feas. Los chicos de primeras eran más reservados aunque, como todo el mundo, se fueron animando con el paso de las horas. Reinaba el buen ambiente y, la verdad, uno se sentía bienvenido. En esta primera ronda de exploración descubrimos también que había unos tipos en el baño que por cincuenta céntimos te dejaban ponerte colonia, desodorante o laca para poder estar guapo y aseado toda la noche y creo que esa fue sin lugar a dudas una de mis cosas favoritas de la noche.

Los primeros en salir fueron los Takers, con Khaled y el Mini. A lo largo de la noche fueron saliendo el resto – D. Gómez, Yung Beef… - aunque la verdad es que no se puede decir que fuese un concierto, más bien, lo que fueron haciendo todos fue salir a cantar algún que otro tema propio entre las sesiones de Steve Lean y Mathbeats, que fueron quienes estuvieron pinchando la mayor parte del tiempo. A pesar de ello, esos momentos tuvieron todo lo que se puede pedir de cualquiera de sus conciertos y sirvieron para matar el gusanillo de todos aquellos que habían ido allí a verles.

Sin duda la gran sorpresa de la noche fue – al menos para mí - DJ Sweetflow. Si os soy sincero, aunque nunca lo había visto en directo – por mucho que me atrajese la idea de ver en acción al mismísimo rey de los swaggers, siempre me echó para atrás que la gente pensase que iba a una de esas sesiones de tarde en busca de carne preadolescente. No me esperaba nada bueno, imaginaba simplemente que en su show se limitaría a soltar las cuatro gracietas a las que nos tiene acostumbrados y pinchar alguno de sus temas.

Por suerte me equivoqué. El tipo supo manejar la situación a la perfección, no sé qué es lo que hará en las discotecas para menores en las que se dio a conocer ante el gran público, pero si es lo que vimos el domingo, ahora entiendo por qué tiene tantísimo tirón entre los chavales. El tipo es un auténtico showman y controló su espectáculo en todo momento: supo cuándo sacar a sus bailarines, cuándo interactuar con el público y cuándo limitarse a pinchar. Mi más sincera admiración hacia este tipo.

A partir de aquí la cosa se acabó de descontrolar. La gente llevaba muchas horas de fiesta y ya le daba igual todo. Cualquiera que tuviese ganas de subir al escenario a marcarse unos bailes podía hacerlo sin que nadie le dijese nada, el reservado se convirtió en otra parte más de la pista, la gente cada vez tenía menos vergüenza a la hora de meterse mano en medio de la sala, nosotros nos llevamos algún que otro culetazo e incluso nos animamos a marcarnos un par de bailecitos y los tíos que no habían conseguido nadie con quien perrear se lo pasaban bien a su rollo en la parte de atrás, dándole la razón a esa la ley no escrita de las discotecas que dice que "cuando un hombre heterosexual es incapaz de relacionarse con mujeres en una discoteca, tiende a comportamientos homoeróticos". Sin lugar a dudas, 'Perreo 69' cumplió las expectativas.

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