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¿Será España la próxima Grecia?

Tres profesores de Economía nos intentan explicar si vamos a correr la misma suerte que nuestros vecinos del Mediterráneo. El futuro es, por lo menos, incierto.

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Al final Grecia ha aceptado las condiciones de la UE, del Banco Central Europeo y de la troika. Pero solo en principio. Llevando la contraria a lo que votó el pueblo (soberano), el Gobierno ha llegado a un acuerdo que parece fruto de las primeras negociaciones y no un punto y final. ¿Se habrá rendido Grecia? ¿Seguirá en el euro o acabará por salir? El futuro de nuestros vecinos del Mediterráneo está ahora mismo en el aire. Pero, ¿y el nuestro? ¿Cómo nos afecta la crisis por la que atraviesa? Hace unos años, su caída propició un efecto contagio que llegó desde Irlanda hasta Italia, pasando, fuertemente, por España y Portugal. ¿Y ahora?

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Hemos preguntando a tres profesores de Economía, expertos en la materia a los que hemos pedido que nos traten como dummies que somos y que nos expliquen, despacio y muy claro, qué riesgo tenemos de acabar hundidos en el pozo (más todavía), de que Europa nos achuche (un poco más) y de tener que salir del euro. La enfermedad no parece terminal, eso nos deja tranquilos, pero hay síntomas de que el paciente no acaba de recuperarse del todo.

Comenzamos con Bibiana Medialdea, doctora del Departamento de Economía Internacional y Desarrollo de la Complutense (Madrid). La pregunta es: ¿corremos el riesgo de seguir el mismo camino que Grecia? "Es una cuestión que se presta a malentendidos, porque en la situación de Grecia se encuentran varios países. España, Portugal e Irlanda también tienen un problema con la deuda, han renunciado a aplicar sus propias políticas económicas, hacen lo que imponen los acreedores y han visto cómo sus condiciones de vida se han deteriorado. La diferencia es la intensidad. Aquí existe deuda, pero no estamos al borde del impago, y el problema lo tienen los bancos y las empresas. Al final, la soberanía ya no reside en nuestro país, y lo que van a proponer de cara al futuro no se sabe si se va a cumplir".

Y ese futuro, a corto plazo, ¿qué es lo que nos espera? "Es fundamental lo que va a pasar en las próximas elecciones. Igual que ha pasado en Grecia. Si no hay un cambio político, seguirá la austeridad, los recortes y seguiremos cavando nuestro hoyo. Si hay cambio, que ojalá lo haya, esperemos que llegue un Gobierno que lo intente de otra manera. En Grecia sucedió, pero al final han cedido a un acuerdo que imponen la troika y los acreedores. Estoy defraudada con el acuerdo al que han llegado, pero no quiero pensar en traición, sino en que lo van a intentar ahora de otra manera", comenta la profesora.

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Por su parte, Gonzalo Gómez Bengoechea, profesor de Economía en Comillas ICADE, cree que llegar a donde ha llegado Grecia, ahora mismo, es difícil. "Su situación es complicada, deuda pública, una agenda de reformas amplia por aplicar, la desconfianza de los compradores de esa deuda… Y esto hace que haya notables diferencias con España. Lo que sí es verdad es que la Zona Euro tiene deficiencias institucionales, que hay que arreglar para que no pase esto. Así se produjo ese proceso de contagio, del que ha habido pocas noticias y muchas especulaciones. En aquellos momentos nunca peligró la permanencia de España en el euro. Puede pasar de todo, pero lo más normal es que no se produzcan salidas de la moneda única".

Para el profesor, el gran punto débil de nuestro país es el mercado de trabajo: "Es rígido y cuando llega la crisis, las empresas apuestan por despidos y bajadas de sueldos. Necesitamos más flexibilidad. La reducción de salarios puede ser una solución. Baja menos el consumo de una persona a la que han reducido el salario un 5% que la de una a la que han despedido. El gasto es más favorable bajando sueldos que con puestos de trabajo. En una economía industrial, como puede ser la alemana, es más fácil, pero aquí, siendo de servicios, resulta mucho más difícil. Un bar o está cerrado o abierto, no es como una fábrica de producción de coches que puede reducir el número de unidades".

Y, por último, hablamos con Rafael Pampillón, del IE Business School. Él nos comenta que tenemos "algunas papeletas" para ser como Grecia. Nos lo explica. "Nuestro déficit público supera al de Grecia. Lo puedes ver en los índices que publica 'The Economist', se sitúa en un 4,4% del PIB. España debería controlarlo y restringir el gasto público. Ahora, la bajada de impuestos que se ha puesto en marcha tiene sus costes, aunque será efectiva, porque dejará más renta disponible para las familias para comprar o ahorrar. Llegamos a estar en la cuerda floja, cuando la prima de riesgo alcanzó los 700 puntos. Estuvimos a punto de ser intervenidos, pero solo se intervino la banca y se arregló el desequilibrio, hasta cierto nivel".

Y, si al final Grecia sale del euro, ¿qué pasará con los países más afectados por la crisis como España? "Lo primero, es que no pagará la deuda y eso producirá un temor en los mercados de que los países más endeudados, como puede ser España, puedan querer seguir el mismo camino, y eso los mercados lo castigan. Si Grecia sale y le va bien, no inmediatamente, sino a los dos años, otros pueden sentirse tentados a tener su propia moneda. Como lo hacen Polonia o Gran Bretaña, a los que les va muy bien".