Música

“No Good (Start the Dance)”, el manifiesto más valioso de The Prodigy

The Prodigy

El 4 de julio, además de ser recordado como el día en que se firmó la declaración de independencia de los Estados Unidos de América, también será por siempre la icónica fecha en que The Prodigy lanzó a las calles su segundo álbum de estudio.

Music for the Jilted Generation llegó dos años después de Experience, el debut en largo de Liam Howlett, quien secundado por las vocales de Maxim y la cadencia raver de Keith Flint y Leeroy Thornhill, comenzó a crear todo un hito dentro de la música electrónica. Elevando el breakbeat y hardcore a dimensiones inimaginables para la época, The Prodigy logró incubar un álbum sin precedentes para la industria musical, tanto por su narrativa como por el amplio espectro de corrientes sónicas utilizadas a lo largo de las composiciones.

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Para esta segunda entrega, Howlett supo afrontar los nuevos desafíos con creces: Music for the Jilted Generation es rave crudo y duro, sin necesidad de ser pretencioso, en el que Liam muestra su madurez musical a todo dar, produciendo un álbum que supo conjugar el big beat y el techno con el condimento político más contestatario. MFTJG, tal como lo indica su título, es música para las generaciones abandonas, una catarsis infinita que ha estimulado las mentes y corazones de miles de jóvenes alrededor del planeta, aún 25 años después de ser lanzado.

De los trece temas incluidos en el álbum, hubo uno en particular que logró engranarse en el espíritu de las fiestas y raves más insurgentes de la época. “No Good (Start The Dance)”, el noveno corte de Music for the Jilted Generation, surgió a partir de un sample de house ochentero cortado del track “You’re No Good For Me”, interpretado por la cantante norteamericana Kelly Charles y producido por Delores Drewry y James Bratton. El ingenio creativo de Liam Howlett fue capaz de convertir un gancho con un tinte pop y amoroso en un poderoso manifiesto para la pista de baile, una chispa capaz de encender la llamarada más voraz, alimentada únicamente por los bajos y breaks más liberadores.

Esta sensación la plasmaron a la perfección en el video de la canción, dirigido por el inglés Walter Stern. Continuando con la esencia de su anterior éxito “Out of space”, “No Good (Start The Dance)” nos mostró a The Prodigy en su habitat predilecto: una sombría y polvorienta bodega en la que la conciencia parece perder el rumbo, y el simple hecho de vivir se torna en una experiencia sensorial dictaminada por el beat del DJ.

You’re no good for me, I don’t need nobody, don’t need no one, that’s no good for me…

Una declaración que trasciende el plano afectuoso con el que se planeó inicialmente: The Prodigy le gritó al mundo que para bailar esta música no necesitamos de nadie, y si no traes luz a mi vida, no te necesito en lo absoluto.

Después de 25 años imparables de raves, “No Good (Start The Dance)” sigue siendo uno de los tesoros más preciados de The Prodigy, uno con el que nunca nos sentiremos solos en la pista de baile… ni en la vida.

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