“No queremos morir”: venezolanos contra la intervención militar estadounidense

Venezuela protesta

Llevo más de dos años fuera de Venezuela. Emigré por las mismas razones que todos los venezolanos exiliados alegan.

Salí de mi país a comienzos de 2016. Desde entonces, la situación solo ha empeorado: económica, política y socialmente. Cada vez es más difícil tener algo parecido a una vida tranquila allá. El salario mínimo vive rondando entre los 6 y los 10 dólares. La escasez de comida y medicamentos es mayor con el correr de los días. De toda mi familia, solo mis papás viven allá. De mis amigos, apenas dos quedan en Maracaibo, mi ciudad natal.

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No pienso regresar así la situación política cambie. Siento que falta demasiado para que Venezuela tenga algo parecido a oportunidades normales. Y esto, me parece, se demorará mucho, gobierne quien gobierne. Es muy difícil en cinco años arreglar el daño que hizo el chavismo desde 1998.

Este año, más que nunca, se ha estado manejando entre los venezolanos la opción de una posible intervención militar extranjera liderada, en gran medida, por EE. UU. Entiendo de dónde viene esto: estamos desesperados. Todos sabemos que una intervención militar conlleva muertos y que es una opción que nunca va a estar libre de intereses extraños y mezquinos.

Hay varios ejemplos de esto que digo. Por ejemplo, la intervención occidental en el conflicto libio en 2011, que ocho años después ha sido ampliamente criticada por varios analistas, quienes aseguran que la intervención tuvo más que ver con aprovecharse de los recursos en petróleo y oro de este país. O la intervención internacional en Yemen que empezó en 2015, continúa hasta hoy y ha causado una de las peores crisis humanitarias de la historia: más de 10,000 muertos, más de 40,000 heridos, y una población yemení sumida en la hambruna y la cólera.

Lo sé. Es una opción terrible y desesperada, pero en la mente de muchos venezolanos (yo soy uno de ellos) es la única opción real de cambio.

Si esto sucede, yo estaría bastante preocupado: tendría miedo de que en cualquier mañana, en algún fuego cruzado de una posible guerra civil por la intervención militar, mis padres o los amigos que me quedan murieran. Pero lo más probable es que si yo siguiera viviendo en Maracaibo, mi ciudad natal, estaría deseando la salida de Nicolás Maduro de cualquier manera posible: intervención militar, acuerdo para dejar la presidencia o lo que sea. Por eso me da un poco de pena sentir este “miedo” a que esto ocurra.

Es algo bastante complicado.

Este es un tema con muchísima polémica. Tengo muchos amigos que abogan por la intervención y otros que no, por el peligro que podría significar para los que aún tenemos familiares en Venezuela. Yo solamente quiero que la situación cambie. Llevo más de dos años afuera y siento que he perdido un poco de derecho a opinar. Creo que este tema es uno que solamente pueden opinar los venezolanos que aún viven en Venezuela. Así tengamos familiares dentro, nosotros (los expatriados) tenemos otra vida y no sufrimos directamente las consecuencias de vivir en Venezuela.

Por eso contacté a varios venezolanos que no quieren intervención militar para que me explicaran el por qué de su postura.

Creo que no muchas personas entienden lo que sería una intervención militar

“Probablemente el venezolano de a pie cree que los gringos van a llegar a salvarnos y llenar nuestras despensas de comida sin matar a nadie. Solo falta googlear qué pasó en los demás países en los que ellos han intervenido. No queremos convertirnos en Libia. Yo no quiero que algunos de mis amigos o familiares que me quedan mueran en una intervención militar. ¿Por qué tienen que morir más personas? ¿Por qué no negocian una salida de otra manera? Pienso que esto es posible. Pienso que el gobierno de Venezuela está ahogado y, si se les presiona más, una salida menos dolorosa será posible. Así de grave es nuestras situación, que muchas personas están rogando por una invasión militar. Y esto significa muerte. De hecho, muchísimas muertes. ¿Quién dice que yo no podría ser uno de los muertos? ¿Y a qué precio?

Yo no tuve la culpa de que el chavismo estuviese en el poder y destruyera al país. Yo solamente quiero vivir mi vida lo mejor posible dentro o fuera de mi país. No he terminado mi carrera y quiero terminarla. En las calles, las personas están realmente deseando una intervención de EE. UU. sin pensar en lo que realmente podría ocurrir. No es que automáticamente nos convertiremos en gringos y tendremos nuestras cuentas llenas de dólares. Eso no es lo que va a suceder. Antes de cualquier avance habrá una guerra civil. Están los colectivos del chavismo. ¿Cómo más creen que se produciría una ruptura del chavismo? Además, el mismo (Juan) Guaidó dijo eso hace días: ‘Nadie quiere llegar una intervención militar’. Ojalá esto nunca suceda y todo se quede en rumores”.

— Gabriela, 24.

La intervención militar sería nefasta

“Comprendo que esté registrado en la historia que con el paso del tiempo el intervencionismo hace más daño que solución; pero no estoy de acuerdo. Nadie reconoce ni es capaz de describir con exactitud cómo sería dicha intervención. Los tiempos han cambiado, la diplomacia por igual, e indudablemente aquí estamos; no solo luchando, sino esquivando la muerte que nos trae y nos quiere traer un pequeño grupo de personas que buscan martirizarse ante cualquier seguidor de las ideologías del supuesto pueblo libre.

La intervención militar, venga de donde venga, sería nefasta y contraproducente en cualquiera de los casos dados en un país democrático y libre, en el cual no se lleva al individuo al borde de la muerte por la supervivencia. Y este no es el caso de mi país. Internacionalmente se le ve al intervencionismo como un ataque indirecto o directo hacia la soberanía, o una excusa de robo, y mientras sigo leyendo a la izquierda global repetir el discurso del ‘imperialismo’, confirmo a mis entrañas que a nadie le importa verdaderamente la condición humana ni el bienestar mientras no sean los afectados principales y reales en una situación como esta.

A estas alturas sé que no soy el único al cual no le importaría brindar todo el petróleo o todo lo que sea que busque cualquiera que pueda salvarnos de esta. Fuimos un país de ganaderos y agricultores y prefiero resurgir de las ruinas en vez de esperar que el techo se venga sobre mi cabeza y sobre las cabezas de todo aquel que sufre cada día mientras pretenden esconderlo con mentiras de ‘bloqueos económicos’.

No existen las ‘fake news’ para el venezolano promedio, el ciudadano que ves por la calle diariamente. Existe es el hambre, el dolor y la muerte. Da igual cuáles sean las interacciones entre las ideas obsoletas de derecha e izquierda en cuanto a la solución para nuestro país, da igual si se discute la intervención o alguna otra manera de salir de esto; el mismo grupo de personas nos sigue matando y disparando a quemarropa mientras bailan en cadenas nacionales y censuran a los contrarios, y no sé qué sea más real que nuestra propia experiencia y estar con la cara en el barro sin saber qué hacer.

No voy a esperar 20 años más de ese ‘bloqueo económico’ ni de enfriamientos. No voy a aceptar que cualquier esquina ponga en duda lo que estamos viviendo y le quiten la urgencia que vivimos.

Diego, 23.

Significaría perder al país para siempre

“No estoy a favor de una intervención. Si el objetivo es reconstruir el país se necesita una Fuerza Armada más o menos funcional, una intervención acabaría con la institución y dejaría el país en manos de los grupos irregulares (colectivos, guerrilla) que existen actualmente. Esto colocaría al país como la Somalia, Yemen o Libia de América del Sur.

Una intervención convencional se enfocaría en atacar la infraestructura militar, base de operaciones, radares, etc. Infraestructura que será muy necesaria si se quiere recuperar el Estado de derecho en el país. Por muy maltrechas que estén las Fuerzas Armadas, es el único organismo que garantiza la estabilidad de una transición a la democracia ya que pondrá en coto a los grupos irregulares, una intervención borra esa perspectiva del mapa y deja a una fuerza externa más temprano que tarde dejará el país (Trump muy posiblemente no sea elegido en 2020) y nos deje sin la principal herramienta para combatir a los grupos irregulares. Es un juego de azar que en países similares ha desembocado en una tragedia. La vía debe ser presionar por la ruptura de las Fuerzas Armadas y que se le volteen al dictador, la otra opción significaría irnos por un precipicio y perder al país, quizá para siempre”.

— Oscar, 32.

Ya perdí a mis amigos y familiares, no quiero perder mi vida

“No queremos morir. No quiero morir. Una intervención militar aumentaría las probabilidades de morir que existen hoy en Venezuela. La recuperación sería incluso más larga y tediosa. He visto a mucha gente pidiendo que nos invadan. Economistas y gente estudiada quiere esto. He visto a personas desde fuera de Venezuela rogando por la intervención. Qué fácil es pedir una intervención militar para tu país cuando estás en Miami o Ciudad de México tomando sol. Así cualquiera. ¿Y nosotros? Los que quedamos acá, que medianamente estamos sobreviviendo con todos los problemas que tiene el país, ¿no valemos? Claro que EEUU quiere nuestro petróleo; pero todos los países aliados a Venezuela también. Trump está haciendo esto para ganar sus elecciones. No porque realmente le importemos. He visto a personas en Venezuela sacar pecho por Trump y esto me enferma un poco. ¿A dónde vamos a llegar? Ya yo perdí a mis amigos y familiares: todos emigraron. Tuve que rehacer mi vida acá o lo más parecido a eso. No quiero perderla”.

Miguel, 22

Temo a las guerras, nadie gana ahí

“Pienso que aunque la situación es crítica, una intervención militar extranjera haría que muchos países retiren su apoyo a Venezuela, además que las consecuencias de eso al futuro no se pueden prever. Pero por otra parte, a veces pienso que ya los chavistas tienen 20 años jodiéndome la vida y preferiría que me jodan los gringos ahora. Al menos mejoraría nuestra calidad de vida.


Si algo me ha enseñado vivir aquí es que todo es muy impredecible y que gente incluso más culta que yo no sabe cómo salir de esto. No sé cómo se puede resolver todo, quisiera creer que las acciones que están tomando Guaidó y todos van a ser suficiente sin tener que ir a las armas. Simplemente temo las guerras, nadie gana ahí. Pero creo que si las cosas siguen así el país va a hacer implosión y probablemente sucederá una guerra civil antes de que llegue una intervención extranjera… no lo sé. Espero que la acción militar solo sea el último recurso y que si sucede la gente de a pie sufra lo menos posible. A Maduro y su cúpula que los maten”.

Adriana, 25.

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