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Pocas cosas en la vida son tan lindas como el torbellino de puños y patadas que llamamos pogo. El popular baile de los rockeros es un ritual que ha evolucionado a través de los años y los géneros. Hoy poguear es posible prácticamente con cualquier ritmo.
Todo baile, sin embargo, tiene sus reglas y sus formas. Y así en el pogo haya que darse golpes es necesario seguir algunos lineamientos.
Por eso, desde NOISEY Colombia les traemos hoy la…
Primero, unas reglas básicas:
- Al que se cae lo levantan.
- Si alguien está muy cascado, es mejor sacarlo del pogo y ayudarlo.
- No se lancen puños a la cara a propósito. En serio, no sean así.
- Si se mete, sepa que le van a pegar. Así que no se pique.
- Si no le gusta que le peguen, sálgase y no les dañe el parche a los demás.
- Nunca, pero nunca baje la guardia.
- Cualquier objeto encontrado en el piso se devuelve.
- Identifique bien el pogo en que está. No es lo mismo cascarse con Obituary que con Panteón Rococo.
- En serio, no baje la guardia.
- Ojo a los taches: no se trata de lastimar al prójimo.
- Todo bien, esto es solo un pogo.
- Siempre recuerde: vinimos a divertirnos.
- De verdad: ¡no baje la guardia!
Es difícil saber exactamente cuándo empezó el pogo
El origen del denominado slam-dancing, de acuerdo con el antropólogo Bradford Scott Simon, se dio en los años setenta y ochenta en alguno de estos tres lugares: Londres, Los Ángeles o Nueva York. Y entre sus responsables estarían bandas como Bad Brains, Minor Threat, Black Flag, The Misfits, Suicidal Tendencies, Motörhead, Agnostic Front y Dead Kennedys.
Tampoco es fácil dar con la primera persona que decidió salir a la pista no a bailar tranquilamente, sino a descargarse a punta de golpes al compás del punk. Algunos se lo acreditan a Sid Vicious, el bajista de Sex Pistols, quien, como se sabe, una vez se abrió paso a los golpes en un concierto. Pero es muy probable que Vicious haya sido solamente uno más de una larga serie: en numerosas culturas ancestrales las ceremonias y las danzas incluían actos de violencia que servían, entre otras cosas, para ventilar las emociones de la comunidad.
Tipos de pogo:
El pogo metalero de Rock al Parque es probablemente uno de los más brutales. La velocidad combinada con la furia desata un remolino de demoledor. A este pogo toca ir bien parado, y también preparado a recibir coñazos.
- Vaya erguido con los puños cerrados y lance golpes secos contra todo lo que tenga al frente . Pero recuerda la regla: ¡Jamás a la cara!
- Si puede correr, hágalo y ábrase camino empujando todo lo que se interponga a su paso.
- El blastbeat de la batería marca la velocidad del pogo, por lo cual a veces la intensidad de la música baja. Igual los participantes del baile no dejarán de lanzar golpes.
Este es menos extremo y violento, pero igual de divertido. La velocidad se mantiene constante por el ritmo de la batería y porque las canciones suelen ser cortas.
- Se baila muchas veces haciendo la coreografía estilo D.R.I. (Dirty Rotten Imbeciles). Esto significa que se sigue el ritmo de la canción mientras se avanza algo encorvado y con la cabeza metida entre los hombros. Los brazos y las piernas se ponen en forma de L y se mueven en diagonal de arriba a abajo y de abajo a arriba. Digamos que es como trotar con furia.
- No solo hay golpes, sino también empujones y bastante baile.
- Una de las cosas más hermosas de este pogo es que mucha gente canta mientras baila.
- Nunca falta el que va contra el flujo del pogo. Si es usted, asegúrese de tener la fuerza para resistir el alud.
A este tipo de pogo lo llaman moshpit. Es una combinación de golpes frenéticos con piruetas, una especie de capoeira extrema o una pelea contra un demonio imaginario.
- Aquí los participantes mandan patadas voladoras y golpes en círculos.
- Se salta mucho. Y si se puede hacer botes en el aire, mejor.
- Por lo general se arma un círculo, y quien quiere entrar lo hace a sabiendas de que en cualquier momento puede recibir un talonazo en la cara. O darlo.
- Hay libertad total de movimientos: solo déjese llevar.
Este es el pogo de la pura fiesta. Aquí no se trata de darse golpes, sino de saltar, bailar y gozar. Se puede ir saltando o bailando al compás del ritmo.
- Es pura diversión. No importan tanto la velocidad y los golpes, sino moverse y cantar.
- Mandan los saltos y la buena energía.
- No hay reglas de movimiento. Hay que dejarse llevar.
- Pero no hay que bajar la guardia.