Hijos de la diáspora. Un viaje por la nueva música africana

Dope Saint Jude. Foto vía.

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Hace unos días, en uno de los especiales que elabora regularmente el staff de Noisey con la mejor música de la semana, se hablaba del GQOM, la nueva música surgida de los suburbios de Durban que los taxistas utilizan para atraer al personal, y que tanta atención está recibiendo en medios y páginas especializadas del mundo occidental. El artículo, además, remitía a un documental, éste, que no deberíais dejar de ver, en el que se explica el origen y las constantes vitales que definen el género.

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Más allá de los jóvenes francotiradores del Gqom, África sigue siendo el lugar donde mirar y escuchar para escapar del dominio anglófilo (y americanófilo), un territorio enorme que no para de ofrecer música excitante semana tras semana para regocijo y goce de aquellos que tienen los oídos bien abiertos. Hemos investigado un poco entre tanto y tan buen material para escoger algunas propuestas más que ensanchan ese camino exuberante y lleno de bifurcaciones por el que transitan los jóvenes africanos de hoy, de Egipto a Mali pasando por Sudáfrica, Etiopía, Congo o Irán (sí, Irán).

Islam Chipsy & EEK

El proyecto de Islam Saeed y sus camada de colaboradores surge en paralelo a la revolución de la primavera árabe, y viene cargado de psicodelia, corrosión, repetición y agresividad, transformando el talante celebratorio de la música de bodas y comuniones (el tradicional chaabi) en un lenguaje combativo puramente instrumental, que no queda tan lejos del trance y la tradición rave. Lo llaman mahraganat o electro chaabi, y es el sonido de las calles de El Cairo de hoy. La prueba más clara de todo ello es “Kahraba”, traslación al estudio de las barbaridades que suelen ejecutar en directo, con canciones largas (10 minutos de media) y totalmente anti radio-friendly. La traducción del título del disco revela el concepto clave de su discurso: electricidad.

Luka Productions

Presentado por Sahel Sounds, el sello del americano Cristopher Kirkley que tanto ha hecho (y sigue haciendo) para dar a conocer los sonidos de la franja del norte del continente, Luka forma parte de la escena hip hop de Bamako (Mali). La estética y los códigos los copia abiertamente a los yanquis, como hace todo el mundo, pero la música es pura África: velocidad al límite (rozando el footwork y el shangaan electro), auto-tune vacilón, sintes infecciosos y melodías elementales y altamente adictivas. “Mali Kady” es su debut en formato cassette. Puedes comprarlo aquí.

Dope Saint Jude

La irrupción de Catherine St Jude Pretorius en la escena de Cape Town viene marcada por sus firmes posturas políticas y, sobretodo, su filiación queer, algo poco común en el hip hop y menos aún en África, aunque Sudáfrica pasa por ser el país más avanzado de la zona en la igualdad de derechos para los gays y el único del continente que permite el matrimonio entre parejas del mismo sexo. No se pierdan el vídeo con Angel-Ho (ojo, pintacas) ni sus provocativas fotos vestida de virgen en la portada de “Reimagine”, su poderoso EP de debut, que incluye varias expresiones en “gayle”, el slang propio de la comunidad queer de la ciudad.

Mikael Seifu


La historia es conocida: Seifu abandonó Addis Abeba para estudiar en el Ramapo College de New Jersey, donde descubrió que no le interesaba en absoluto el clima de competitividad y el enfoque comercial de la industria yanqui. Aunque algo aprendió, sin duda, porque, ya de vuelta en Etiopía, su sonido creció enormemente, en gran medida debido a la inmersión de Seifu en la música antigua de su país. Su mezcla de tradición y avanzados métodos de producción digital ha moldeado las canciones del hipnótico EP “Zelalem”, publicado en el sello neoyorkino Rvng Intl., y del colectivo Ethiopiyawi Electronic, del que es algo más que su cabeza visible.

Absence (recopilación)


¿Alguna vez se preguntaron como podría sonar la música experimental creada en Irán? Probablemente no, pero no importa: Arash Akbari nos da la respuesta en “Absence”, compilado de 12 tracks que se mueven en los a menudo inhóspitos terrenos del ambient y el drone-noise. El propio Akbari, figura central de la escena de Teherán, aporta un track, y otro de los participantes, Siavash Amini, apunta en el texto introductorio del disco que no hay que juzgar estas piezas con el prisma clásico de occidente, ese que relaciona todo lo que sucede en el país árabe con su complicada situación política. Necesario pues escuchar dejando prejuicios a un lado y penetrar sin miedo en los pasajes aislacionistas, las frecuencias chirriantes y los apuntes de folklore y tradición que asoman sin avisar a lo largo del recorrido.

Kajama


Criadas entre Zimbabwe, Suiza y Suráfrica y residentes actualmente en Johannesburgo, las hermanas Ndlovu son Kajama, un novísimo dúo de soul-pop digital del que apenas conocemos solo una canción, la excelente “Tricks”. Eso sí, ambas habían participado ya en varios temas de “Free Love”, el álbum del año pasado del grupo liderado por Spoek Mathambo, Fantasma. Nongoma, la mayor, ya con varias colaboraciones de postín antes de formar el proyecto, se encarga de las voces, mientras que Nandi, la menor, produce y trastea con sintes y abletons. Si su nombre empieza a aparecer por todas partes en las próximas semanas no será ninguna sorpresa.

NON


Más experimentación, esta vez deslocalizada y sin país concreto al que apelar. Tal como dicen en su bandcamp, NON es un colectivo de artistas africanos, tanto los que viven en el continente como lo hacen en la diáspora, que tienen en común el uso del sonido como materia prima de su expresión artística. Al frente están Chino Amobi, uno de los “exiliados” (nigeriano residente en Virginia) y Angel-Ho (ver el párrafo dedicado a Dope Saint Jude más arriba). Entre sus últimos movimientos hay que destacar la conexión que han establecido con NAAFI, otro colectivo del que hemos hablado ya mucho por aquí, y que de momento ha dado sus frutos en un single que no tiene desperdicio. Su bandcamp y este recopilatorio de abajo son una perfecta puerta de entrada a la mejor música contemporánea creada ahora mismo en África (o por africanos viviendo en cualquier parte del mundo). Escucha obligada.

Mbongwana Star


Estos no son jóvenes precisamente, aunque el proyecto sí se pueda considerar como tal. Dos de los miembros de la banda, Coco Ngabali y Theo Nzonza, fueron fundadores en su momento de los populares Staff Benda Bilili, y en su primer álbum, el espectacular “From Kinshasa”, colaboran otros clásicos de la música congolesa, Konono Nº1. No hace falta añadir mucho más: denle al play al vídeo de Maluyaki e investiguen por su cuenta. Muy difícil imaginar una mezcla más lograda de pasado y futuro de la música africana.

Si queréis saber más sobre cultura actual en continente africano, os recomendamos visitar la exposición “Making Africa” en el CCCB de Barcelona.