¿Qué podría hacerse con los 180 millones que valen las elecciones?


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Los medios no se ponen de acuerdo. Pero por otro lado es normal que los medios no se pongan de acuerdo. Joder, es más, gracias a Dios que los medios no se estén poniendo de acuerdo. Unos dicen que celebrar —¿celebrar?— unas nuevas elecciones nos costaría a los ciudadanos 160 millones de euros y otros dicen que el monto subiría a 180 millones. Cogiendo el valor más elevado, unos nuevos comicios saldrían a una inversión de 5,96 euros por ciudadano (contando una franja de edad de entre 15 y 74 años), en fin, lo que vendría a ser una comida MUY decente en el Nostrum.

Existe como una opinión mayoritaria de rechazo a las potenciales nuevas elecciones en España, como si el acto de repetir estuviera ligado al acto de fracasar.

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¿Acaso no repetimos todos? Repetir matrimonios, repetir primero de BUP, repetir el segundo plato —ese codillo estaba de pelotas—; todos repetimos lo que sea. Yo creo que es un sano y coherente ejercicio democrático el hecho de repetir elecciones tantas veces como haga falta.

La falsa democracia —la actual— es esa que culmina y que genera acuerdos, algo más cercano a una dictadura o monarquía absoluta. El concepto de mayoría no debería sucederse en una sociedad libre. Lo sano, lo ecológico a nivel político, sería asistir a una eterna disputa entre pequeños partidos. Un choque constante entre distintas fuerzas, a veces antagónicas, que no flaquea nunca. El eterno debate es lo que mantiene la teoría y práctica de la democracia, de la misma forma que la mayor representación de lo aleatorio es, precisamente, la repetición.

La posibilidad de lo absurdo verifica la naturaleza de las ideas y las cosas. Es por eso que lo realmente democrático sería la eterna celebración de comicios.

Luego está el tema del dinero. Nos encanta hablar de dinero. Hablar y tocarlo. Gastarlo. Generarlo. Vomitarlo. El dinero de estos nuevos comicios se supone que es nuestro dinero. Nos gusta mucho apropiarnos de ese dinero, como si los impuestos hubieran sido alguna vez nuestros y no de los otros; de, precisamente, los que votamos —directamente e indirectamente—.

Lo lamentable es que la negación a estas nuevas elecciones está supeditada a criterios económicos, no morales ni ideológicos. Es preferible que nos gobierne —”nos gobierne”, valiente frase de mierda— un lamentable y fluctuante conglomerado político que no tener que invertir dinero en darle una voz —floja pero voz al fin y al cabo— al pueblo.

Nos llenamos la boca con ideales políticos del norte en los que el referéndum parece ser una herramienta divina pero cuando aquí tenemos que ejercer nuestros derechos —de nuevo— nos sentimos ofendidos y timados. La España de los trileros trileados.

¿Qué podría hacerse con todo este dinero? Ya que nos molesta tanto volver a celebrar unos nuevos comicios, pensemos alternativas para ese dinero. Ahí van unas ideas.

ESPAÑA II

Soldados españoles tomando la isla de Perejil en 2002. Imagen vía

Yo, sintiéndolo mucho, no puedo llegar a entender el concepto de 180 millones de euros, me parece una cantidad tan enorme que no la puedo concebir. Deduzco que es una cantidad con la que uno podría comprarse unos cuantos pisos, incluso seguro que hay alguna isla en algún sitio que vale 180 millones de euros (o mucho menos). Un pequeño islote al que podríamos llamar “España II”, un sitio donde no existirían los problema que reinan en la península, un lugar de ensueño, un paraíso moral.

“España II, déjate llevar”, ese sería el eslogan. Esto sí sería una buena inversión, sin duda, más que unas nuevas elecciones. Supongo que sería una propiedad privada dentro de un territorio extranjero pero seguramente podríamos manejar algo —algún truco burocrático— para que fuera parte de España. Esto no me preocupa, confío en nuestros técnicos.

El tema es que si ya tenemos problemas de gobierno en España I, lo último que necesitamos es otra España para tener el doble de problemas. El doble de elecciones. O el cuádruple.

EL SEÑOR DE LA MUERTE

180 millones de euros. De hecho hay pocas cosas que no puedan hacerse con todo este dinero. Creo que incluso podrías pagarle a un tipo ese dinero para que terminase con su propia vida. Seguro que aceptaría pese a lo incongruente de la propuesta. El tipo no podría negarse a esa cantidad. “Pero tendrías que morir, ¿lo entiendes?”. “Sí, sí, tranquilo. Tu hazme el ingreso, lo tengo TODO controlado”.

DEUDA PÚBLICA

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Teniendo en cuenta de que la deuda pública de España es de millones de millones de euros (en fin, billones), de poco serviría invertir el dinero de unas nuevas elecciones en intentar solucionar este desequilibrio económico. Es más digno deberlo todo que deberlo todo menos , siendo una cantidad tan patéticamente insignificante respecto al conjunto que hace que la gente sienta mucha pena por ti. No es que se rían de ti, es que les das PENA.

DIN A-4

Podríamos comprar seis mil trescientos quince millones setecientos ochenta y nueve mil cuatrocientos setenta y tres (6.315.789.473) hojas de papel blanco tamaño Din A-4 de la marca Navigator. Esto son muchas hojas. Estoy seguro de que podríamos construir una casa muy sólida con todo este papel, o incluso mejor, contar la más bella historia jamás contada por la humanidad. Algo relacionado con el amor y la muerte. Sin duda es algo mucho mejor que gastárselo en unas estúpidas elecciones.

SOLIDARIDAD

No hay nada que haga sentir más orgulloso —que no feliz— a una persona que ayudar a un desgraciado. Esa moneda que lanzas con soberbia dentro del vaso de plástico del mendigo del metro que mejor te cae. Apadrinar a un niño de nombre extraño y recibir un dibujo raro y hecho sin pasión por Navidades. Dejar un euro en la minicasita esa transparente que hay al lado de las cajas registradoras del McDonald’s. Darle 180 millones de euros a un tipo que dice luchar por salvar a una especie concreta de alga en peligro de extinción que únicamente se encuentra en el mar Adriático.

Después de hacer el ingreso vía telemática con la tarjeta de coordenadas de tu entidad bancaria; después de escribir el IBAN del tipo en cuestión y después de teclear “180.000.000” en el apartado de “importe” te pasa una fugaz idea por la cabeza, una especie de presentimiento, una especie de relámpago que te indica que quizás alguien, en algún sitio, te ha engañado. La sensación dura poco, luego te sientes la persona más solidaria de este jodido planeta. Siempre te han gustado las malditas algas. Joder si te han gustado. Siempre.

Las opciones son —casi— infinitas. El potencial del dinero solamente es comparable al potencial de la mente humana. Querido lector, no dudes en aportar nuevas propuestas en el apartado de comentarios. Aquí abajo, con tu foto de Facebook y todo eso.