La pesadilla inmobiliaria del mes: 9 metros de lujo y terror en el Km. 0

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España.

Queríamos abrir nuestra sección inmobiliaria en la capital con algo muy especial, con algo tan castizo como un buen plato de callos. No hemos elegido un lugar cualquiera ni un barrio especialmente de moda, hemos querido buscar el origen de la España del pelotazo, el origen del hormigón patrio, donde un día empezamos a cagarla. Para el que no lo conozca, el Km. 0 es una placa situada en el suelo de la Plaza de Sol de Madrid, donde dicen empezar todas las carreteras radiales de España. A diario se hacen fotos allí centenares de personas que posiblemente no sepan que rescatar algunas de esas carreteras nos va a costar a los españoles más de 5.000 millones de euros. Eso sí, la foto es gratis. A escasos metros de este icónico lugar hemos encontrado un precioso palacete que no os dejará indiferentes. "Date un lujo y vive como lo haría tu Renault Twingo", ese podría ser un buen reclamo para atraer inquilinos a una experiencia vital de este calibre. Es sobrio pero animado, sin estridencias pero con algún detalle de fantasía, y todo ello en 9 metros cuadrados útiles que te harán sentir como el inventor de la burbuja inmobiliaria que tanto ha dado a tu país.

¿Qué es?: Un estudio de 11 metros cuadrados construidos, 9 útiles, con aire acondicionado y "hasta televisión".
¿Dónde está?: En la calle Carretas, a menos de 50 metros de la Plaza de Sol. Es posiblemente el mejor lugar de España si descontamos los casi 8.000 kilómetros de costa que tiene nuestro país. Oportunidad única.
¿Qué se puede hacer por ahí?: De todo. Justo debajo hay una zapatería, varias pizzerías que abren toda la noche y a la vuelta de la esquina está la sede de la Comunidad de Madrid, desde donde cada mañana salen autobuses a las diferentes prisiones de la provincia. Bien comunicado.
¿Cuánto cuesta?: El precio es redondo, 400 euros. La fianza es de un mes, que es poco si se tiene en cuenta lo largo que se te debe hacer ahí dentro. En el Km. 0 podrás encontrar la luminosidad típica del cielo de Madrid, el aire acondicionado tan necesario para el extremo verano capitalino e incluso una pequeña bañera en la que relajarse. Fijaos si es completo que en 11 metros cuadrados dice tener armarios empotrados. Dispone de todos los lujos típicos de la nueva construcción reducidos a un espacio ínfimo y en una situación envidiable.

Conforme uno abre la puerta se advierte de que no estamos ante un lugar superficial ni que busque la impostura. La primera vista nos lleva a una cama de 80 centímetros, sábanas arrugadas posiblemente puestas tras la primera reelección de Felipe González y una botella de agua de la mas barata del Mercadona que da pistas de lo toledanas que deben ser las noches en semejante catre.

El segundo vistazo nos traslada directamente a la pared. Lejos del denostado gotelé, la pintura elegida por el interiorista que perpetrase este tugurio es todo un homenaje a la planta -3 del parking de Hipercor. Aunque lo que más llama la atención rebuscando en los pequeños detalles es ese ladrón sobre la mesilla donde aparece un cargador de iPad. Quién sabe si Steve Jobs comenzó a cimentar Apple en un cuchitril como este.

La cocina aparece imperial en la segunda foto (si alguien es capaz de saber dónde está). La encimera es la lavadora, sobre la que descansa el microondas y centímetros más arriba preside la zona el aparato de aire acondicionado. Y en el hueco que hay de por medio aún sobra espacio para poner un calendario y los utensilios de cocina. Pero si hay algo que enamore de la cocina es el reloj, una apuesta por lo juvenil con un reloj de pared de Bart Simpson que, quién no nos dice que no sea una indirecta para intentar el más difícil todavía y meter un zagal las dependencias palaciegas.

El baño es ensuite, como en los hoteles caros. Aunque la puerta abre para fuera, lo que suele ser síntoma de que dentro la puerta no cabe. O si cabe no entra la persona. El gres imitación de mármol nos lleva directamente al mejor Madrid de los Austrias y nos habla de la opulencia que alguna vez se debió vivir en el suelo que pisamos. Tres estancias: lavabo, retrete y bañera, esta última con luz natural y posiblemente ventana. La cortina es verde y de 'plastiquete', unos de esos extras que demuestran sin duda que estamos ante acabados de primeras calidades. Conclusión: Este inmueble supone una catarsis sensorial de la historia patria, un viaje a través de sus costumbres como de su rica cultura arquitectónica. "Me he pillado un pisito en el centro de Madrid, necesitaba tener de todo a mano", esa frase es literal porque tumbado en la cama puedes ir sacando la lavadora. Ahora en serio, podría decirse que este piso es una mierda como un piano, pero no, un piano no entra ahí, será una mierda como un organillo en todo caso… bueno no, una mierda como un acordeón y nos aseguramos poder cerrar la puerta.

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