FYI.

This story is over 5 years old.

Comida

Los nombres rimbombantes de platillos son un despropósito

Queridos chefs: no le pongan nombres sofisticados a sus platillos, es contraproducente. Esta encuesta lo confirma.

Estás en ese nuevo restaurante increíble de tapas con tus amigos gourmet creadores de hashtags, o quizás cenando con tu cita de Tinder que resultó ser un "vegetariano culinariamente aventurero". Ya estás lista para impresionar con tu conocimiento decente del Ottolenghi y cualquier cosa que salga a relucir de ese episodio que medio viste en Chef's Table.

Luego lees el menú.

¿Mirepoix? ¿Verduras que fueron chiffonaded? Y, ¿qué es una "ternera hongroise" cuando está en casa?

Publicidad

Hay pocos horrores gastronómicos tan agudos como estar frente a un menú impenetrable y un mesero que parece que podría comenzar a respirar fuego si pronuncias mal el nombre de la única botella de precio medio en la carta de vinos. ¿Por qué, te preguntas, conforme aumenta la presión de pedir algo que no sean verduras al vapor, los restaurantes insisten en escribir menús que requieren Google Translate y una temporada en Le Cordon Bleu para descifrarlo?

LEE MAS: Como chef, desearía que yelp no existiera

No eres el único. Según una nueva investigación del servicio de reserva de restaurantes OpenTable, el 79 por ciento de los comensales sienten que los menús pueden llegar a ser "excesivamente confusos" y más de la mitad admitió haberle pedido ayuda a un mesero para saber qué significa cada platillo listado.

Al igual que el viejo estereotipo de negarse a preguntar por el camino, los Millennials resultaron ser los más reacios a que les expliquen los platillos, con solo el 49 por ciento de los comensales masculinos diciendo que le habían pedido a los meseros que les explicaran los platillos, en comparación con el 54 por ciento de mujeres.

A pesar de que felizmente gastan sus quincenas en comida, los Millennials también fueron bastante reacios a solicitar cualquier tipo de aclaración sobre lo que estaban a punto de poner en sus bocas. Cuarenta por ciento de jóvenes de entre 24 y 30 años de edad admitió sentirse demasiado avergonzado como para pedirle ayuda al mesero, en comparación con sólo el 13 por ciento de personas con más de 55 años.

Publicidad

¡Anímense chicos! Si tu mamá no se avergüenza al decir en una reunión de negocios que no entiende la diferencia entre "brunch", "lunch" y "desayuno tardío", ¿cuál es el problema de preguntarle algo sobre el menú al mesero?

El estudio pasó a clasificar las palabras más confusas en los menús. El "salpicón", la "carne cocida Buccan" y el "beignet" (es un tipo de repostería, para tu información), estuvieron en los primeros lugares. El ceviche también fue comúnmente malinterpretado, lo cual es preocupante, pero es algo que puede ser fácilmente corregido con un poco de educación sobre pescado crudo, así que no pasa nada.

Por supuesto, en el otro lado de la moneda, el personal de cocina tiene su propio conjunto de quejas relacionadas con el menú, especialmente son las cada vez más comunes peticiones de los comensales para que los deliciosos carbohidratos sean sustituidos por opciones libres de gluten.

La solución, queridos amigos chefs y restauranteros, es simplemente ser claros en los menús y no romperse la cabeza poniendo nombres rimbombantes. Entiendan que están haciéndole un mal a su restaurante, pues está comprobado que muchísima gente no entiende lo que va a comer y no pregunta, eso significa que jamás ordenará algo que no sabe con claridad qué es.

Según Fred Sirieix, gerente general del restaurante londinense con estrella Michelin Galvin at Windows, el restaurante es responsable de tener un menú a prueba de idiotas. En declaraciones a The Daily Mail, dijo: "Los restaurantes tienen que ser más conscientes de la forma en que escriben sus menú, puesto que la investigación reciente muestra que la personas los prefieren claros, concisos y sin jerga confusa".

Pero el lenguaje rimbombante y las palabras francesas no necesariamente equivalen a la jerga, Fred. Como explicó el chef londinense Tom Oldroyd al denominar a su nuevo plato de arroz de calabacín: 'courgette y cobnut risotto' pues suena mejor. "'Gnocchi y cavolo nero' no es tan bueno como 'Gnocchi y col negra', pero tampoco lo llamaría 'bolas de papa cocida con col', ¿verdad?", dijo.

Aunque, si suena mejor en el papel, puede que también el chef le haya puesto un poco más de esfuerzo para que sepa mejor. A veces, es bueno ordenar el platillo con el nombre más complicado del menú, pero puede ser que contenga algo que no te gusta. Mejor pregunta.