"No nos gusta hablar en términos de ayuda o integración, no creemos que sean las palabras adecuadas. Los refugiados son como nosotras, y no necesitan integrarse, lo que realmente necesitan es un trato humano y oportunidades reales de encontrar una vida mejor", explica Hagar Groetke, una de las entrenadoras de un equipo que en realidad es mucho más que eso.Más fútbol: Sportif Lezbon, el club LGBT turco que combate la discriminación
De izquierda a derecha: Bárbara, Nico y Hagar, gestoras y entrenadoras del FC Lampedusa Sankt Pauli de Hamburgo. Foto de Guille Álvarez
Contra el racismo, el sexismo y la homofobia, el Lampedusa es mucho más que un equipo de refugiados. Foto cedida por FC Lampedusa Hamburg
Mooto, un somalí de 18 años, fue el capitán del FC Lampedusa en su partido en la ciudad deportiva del Barcelona. Imagen vía FCB / FAD
"Refugiados bienvenidos" y "estamos aquí para quedarnos, estamos aquí para jugar", dos de los esloganes del Lampedusa. Foto de Guille Álvarez
Los miembros del equipo, a pesar de formar parte de la generación Z y no parar de hacerse selfis en las calles de Barcelona, no se pudieron resistir a una buena partida de futbolín. Foto de Guille Álvarez