Curacrudas: Alitas picantes con Sriracha
Foto de Sarah del Moral.

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Curacrudas: Alitas picantes con Sriracha

Agregarle emoción a tu día con estas alitas de 'Kaito Bar Izakaya' que no le piden nada al estilo norteamericano. Te recomendamos desabrocharte el cinturón, ponerte cómodo y pedir más de una orden.

Las alitas siempre tendrán un espacio en nuestro corazón; son tan reconfortantes que los modales no importan cuando al saborearlas en la primera mordida y las servilletas se vuelven insuficientes para limpiar los dedos cubiertos de salsa. Es un hecho, no dejaremos de comer una alita tras otra.

Este alimento es ideal para pasar un domingo entre amigos y cervezas, y así terminar con broche de oro una semana de mucho trabajo o un fin de semana de muchísimo alcohol (que logramos superar con comida picosita) y poquito más alcohol.

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Nadie se puede negar —aunque no lo acepten— a unas clásicas alitas bañadas en salsa Buffalo con una ración de apio o zanahoria que puedes sumergir en un aderezo de queso azul.

Aunque si quieres agregarle algo de emoción, las alitas con Sriracha que sirven en Kaito Bar Izakaya no le piden nada al estilo norteamericano; para éstas, te recomendamos desabrocharte el cinturón, ponerte cómodo y pedir más de una orden.

Foto de Sarah del Moral.

Alitas y Harakiri (clamato aderezado con ingredientes japoneses). Foto de Carlos Castillo.

Antonio Sodi, chef de Izakaya Kaito, tiene más de 12 años de experiencia en la cocina japonesa. Inició en una de las cocinas de Grupo Mikasa y recorrió otros restaurantes de la Ciudad de México, pero sus cuchillos ahora están dedicados Deigo, ubicado en la colonia Del Valle.

En la parte de arriba de Deigo solía haber un karaoke frecuentado por clientes japoneses, el cual transformaron en Kaito Bar Izacaya. Un acogedor bar que conserva la tradición japonesa de beber y comer, y además guarda un misterio detrás de una puerta. Sí, la aparente fuente de sodas, es un kareoke abierto para todo el público (no sólo para japoneses).

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Kaito significa "mujer de mar", misma que está plasmada en un mural realizado por el ilustrador Carlos Castillo. El chef Sodi está acompañado de la jefa de barra: Claudia Cabrera, encargada de servir ricos tragos que maridan a la perfección con cada aperitivo del menú.

"La cocina japonesa es 20 por ciento conocimiento y 80 por ciento amor", me cuenta Sodi, en palabras de su maestro japonés, quien fue responsable de sus bases culinarias. Me explica que en la cocina japonesa es muy importante la integridad de cada producto, no es necesario usar tantos aderezos y mayonesas; el producto por si solo tiene que ser delicioso.

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Así son las alitas con Sriracha, son ellas, tú y nada más.

La Sriracha es una salsa picante que podríamos cargar siempre en nuestros bolsillos, tiene un sabor tan peculiar que sería una tontería elaborar una receta donde se opacara su sabor. Sodi prepara una mezcla con Sriracha, ajo, cebolla, azúcar y jengibre, con la que cubre las alitas previamente fritas.

Lo maravilloso de esta receta es la suavidad de la carne de pollo bien resguardada por una capa de piel crujiente y otra de una salsa ligeramente picosa.

En los izakaya, las bebidas y el sake juegan un papel muy importante para acompañar los aperitivos. Para las alitas —como somos mexicanos y estar crudos es algo que se disfruta—, puedes elegir un fresco clamato, obviamente no cualquiera: el Harakiri tiene sake infusionado con hongo shitake, jugo de jitomate, un poco de Sriracha, mezcla de salsas, jugo de limón, y se escarcha con sal de shitake y curry. ¡Uff!

Aprovecha la temporada Super Bowl para probar estas alitas orientales o simplemente cómelas porque ¿quién no querría probarlas?