Fotos por Carlos Álvarez Montero
Este artículo se publicó originalmente en Noisey.Hoy en día la música electrónica, la cultura dance, EDM o como carajos se llame, se ha convertido en una híper democratización de "artistas". Una democratización que ha dado como resultado una saturación propagada por las redes sociales y el internet, y que se puede caracterizar por la falta de contenido y talento, y por un enfoque que solo le interesa los números, los seguidores y las ventas.Estamos estrenando fan page. Te esperamos en THUMP Colombia.
Los DJs al estilo de David Guetta, Calvin Harris, Tiësto, etc, le han abierto paso a una escena donde, para una gran parte de la audiencia, la música queda en segundo plano y lo que importa es volverse mierda, tomarse las selfies y demostrar qué tan exclusivo es el concierto. El esfuerzo y el trabajo que existe detrás de un disco o una canción es ignorado. A diferencia de muchos otros artistas, The Prodigy cree en el valor de tomarse su tiempo para la creación de un nuevo material, y por ello su último disco, The Day is My Enemy, tomó 6 años en completarse. Durante ese tiempo, los tres integrantes actuales del grupo, Liam Howlett, Keith Flint y Maxim, trabajaron de forma intermitente hasta que, en palabras de Maxim "la energía, el sudor, la sangre y las lágrimas quedaron plasmadas en el álbum".Agresivos, controversiales, padrinos del rave y pioneros del género big beat, son sólo algunos de los términos que pueden usarse para referirse a The Prodigy. Sin embargo, una de las palabras que más describe la esencia del grupo es la fidelidad: a sus métodos, a su sonido, a sus objetivos y a sus procesos creativos. Una banda que fue parte de la última generación que medía su popularidad no con el número de seguidores y likes que tenían en las redes sociales, sino por el grito colectivo del gran número de personas en sus conciertos.¿Qué opina sobre el estado actual de la música electrónica una de las bandas responsables de su masificación durante los 90?
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Liam: No somos David Guetta y hacer un álbum de The Prodigy siempre es un proceso difícil. Es muy complicado sobre todo empezar el proceso. Una vez que llegamos a ese estado ideal, entonces se vuelve algo emocionante, pero llegar a ese punto tomó mucho tiempo y sucedió hasta muy tarde en el proceso. Lo que me gustó en lo particular de este álbum fue al final. Me dediqué a trabajar en la noche, llegaba al estudio a las 8 de la noche y me quedaba hasta las 5 de la mañana. Cuando hice eso, una parte completamente diferente de mi cerebro se abrió y me ayudó a terminarlo.Keith: La creatividad es difícil, no es como apretar un botón y que ésto se prenda. Tienes que mantener la integridad y la precisión de lo que quieres que sea tu creación, y casi siempre empiezas a trabajar contra reloj. Sin embargo, no puedes conformarte y decir "ah, así está bien" y creer que está terminado. Esa es la contradicción de todo el proceso. Sabemos lo que implica, pero siempre acabamos cayendo en lo mismo: es un proceso repetitivo por el que tienes que pasar, es la parte difícil que debes vivir para tener la parte buena en el escenario y, como dicen, nada es gratis en esta vida, es el Ying y el Yang. Por eso los álbumes de The Prodigy siempre suenan como parte de un paquete. Son realmente toda una pieza y no es como si tomaras una parte de un set de un DJ y lo pones en un vinil o lo subes en línea. Es tomar una parte del Prodigy del presente y plasmarlo en cera.
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