Vizajosa, guarra, ñera, poderosa, artista y madre travesti —aunque prefiere el término cuidadora para evitar las cargas sociales de ser mamá— son las coordenadas entre las que se mueve la vida de Daniela Maldonado, lideresa comunitaria que por varios años dirigió la Red Comunitaria Trans, hoy en día un referente organizativo para el movimiento trans en Colombia.
La Red nace en el barrio Santa Fe, centro de Bogotá, receptor de múltiples historias de personas trans expulsadas de sus regiones en búsqueda de una identidad propia. La experiencia de las vidas trans en Latinoamérica responde a un contínuum de violencias y exilios que comienza en las familias, las escuelas y sus comunidades originales, y termina por limitar el acceso al mundo laboral, las expulsa a las calles donde generalmente el ejercicio del trabajo sexual es controlado por actores ilegales y el abuso policial.
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Para Daniela, el asesinato de la lideresa trans Wanda Fox luego de que esta realizara una serie de denuncias en contra de la policía en 2009, fue uno de los detonantes para organizar la rabia por una expectativa de vida trans que en Latinoamérica no supera los 35 años y colectivizarla para darle un espacio al movimiento. En 2013, junto a su amiga Katalina Ángel y una extensa familia transcallejera, fundan la Red Comunitaria Trans.
Desde entonces han rescatado de los márgenes de la agenda LGBTIQ+ institucionalizada debates sobre los crímenes contra personas trans, el acceso real a la salud, las garantías para sus hermanxs privadas de la libertad, la regulación del trabajo sexual, el abuso policial, el uso de sustancias y la habitanza en calle.
Lo trans en la Red Comunitaria es más que una idea fija de identidad. La lucha en términos de derechos se ha hibridado con una ofensiva cultural desde el arte y lo popular. “La gente tiene una visión criminalizada de lo trans y lo puteril. Lo que nosotros hicimos es: oye, ese es el lado A, ahora mira el lado B. Es muy poderosa esa capacidad del arte para devolver la mirada a la gente”, dice Daniela.
Desde allí, Maldonado y sus compañeras han liderado la Marcha Trans, que reclama su espacio ante lo LGB, han exigido al Estado una Liga de Salud Trans y han expuesto en espacios como el Museo Nacional y el Banco de la República de donde antes eran expulsadas. Ahora maternar sobreponiéndose a la mirada heterosexual (en la calle, las notarías y las EPS) que no reconcilia un bebé con una travesti. Cuando le queda tiempo se saca rabias e indignaciones con su proyecto de punk travesti Radamel.
“Las putas ahora hablamos con nuestra voz, decimos cómo queremos ser contadas. O ni siquiera esperamos a eso, nosotras mismas nos narramos”.
Daniela es una de lxs cincuenta líderes en disidencia sexual y de género cuya vida celebramos en nuestra quinta edición, ORGULLO.
A Julio lo encuentras en Instagram y Twitter como @martinsubmarine.