“No hay nada más lindo / que chupar pija. / Jugar a la pelota, / tener amigos”, escribe Mariano Blatt en uno de los poemas de su libro Mi juventud unida. En esas cuatro líneas iniciales condensa gran parte del universo poético que lo llevó a ser uno de los escritores argentinos más importantes de su generación, un universo en el que logró que sea imposible distinguir si lo bello, de tan bello, es captado por la mirada distraída, o si es la mirada atenta y entrenada la que encuentra belleza donde sea que se pose.
Nació en Buenos Aires en 1983, año del regreso de la democracia en Argentina, y arrancó su adultez temprana en el marco de la gran inestabilidad sociopolítica que caracterizó los primeros años del siglo XXI en el país y que, así como pasó con el neoliberalismo de la década del noventa, dejó marcas severas en la sociedad y, por ende, en el arte del que Blatt se nutrió en sus inicios. Fue testigo del surgimiento y el ascenso de las redes sociales, que usó como plataforma primigenia para publicar sus primeros poemas, y todavía hoy hay quienes recuerdan su fotolog Nebraska Nevando, la crónica poética de un año de relación amorosa, contada en versos sobre fotos, que representó el comienzo de una carrera que con los años se iría asentando y sedimentando.
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No sólo publicó varios libros de poesía, sino que además tiene dos editoriales: Blatt & Ríos, junto a Damián Ríos, y De Parado, junto a Fram Visconti. Aunque la última está dedicada a la publicación de narrativa gay (al entrar en su página, un Tumblr en el que pueden descargarse gratis varios de sus libros, puede leerse: DE PARADO, LA EDITORIAL MÁS PUTO), Mariano afirma que él edita lo que le gusta. “Son gustos, intereses. Soy un editor de mis lecturas, principalmente. Leo y quiero editar lo que leí. Lo que me gustó, claro. En algunos textos encuentro el gusto de escuchar a otros gays como yo pero en otra época, en otro contexto, en otra historia. Me gusta imaginarme cómo eran, qué hacían, qué les gustaba, qué pensaban. También me gusta que escriban bien, que la lectura sea una experiencia de placer estético, importante en todos los contextos. Y no hay agenda para eso”.
En una de las entradas de su libro Alguna vez pensé esto sostiene que “la poesía no es información”, y en otra describe al poeta como “inútil pero necesario”. ¿Cómo explicar en palabras la utilidad de un poema que, leído por primera vez por alguien ajeno a la poesía, tiene la capacidad de abrirle de par en par las puertas de ese y otros mundos?
Mariano es uno de lxs cincuenta líderes en disidencia sexual y de género cuya vida celebramos en nuestra quinta edición, ORGULLO.
A Fernando lo encuentras en Instagram y Twitter como @warszawo.