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Tecnología

Unos científicos procesaron 109 horas de sexo oral para desarrollar una máquina que haga felaciones

Un grupo de ingenieros de aprendizaje automático anónimos redactaron ‘The Blowjob Paper’ con la finalidad de crear una máquina que haga mamadas más realistas.
LC
traducido por Laura Castro

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

El Autoblow AI, un juguete sexual hecho para los individuos que tienen pene, consiste en una funda de goma y un motor alojado dentro de un contenedor que tiene como objetivo simular el sexo oral. La semana pasada los desarrolladores del proyecto lanzaron una campaña en busca de fondos en Indiegogo y rápidamente alcanzaron su meta de 50.000 dólares. Su mayor ventaja por encima del modelo original de 2014, el Autoblow 2, es que tiene un algoritmo de aprendizaje automático que "cambia continuamente la técnica" para complacer al usuario de formas nuevas y emocionantes.

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En lugar de movimientos mecánicos repetitivos, este "modo de Inteligencia Artificial" promete replicar los movimientos matizados e impredecibles de una felación humana real. Para hacer esto, la compañía le solicitó a un equipo de seis personas que observaran 109 horas de pornografía y que hicieran anotaciones; también contrató a ingenieros especialistas en aprendizaje automático para crear un modelo que tomara todos los datos y los convirtiera en lo que hace el juguete. Todo este proceso tomó tres años.

El resultado de esta investigación es el Blowjob Paper, un estudio lleno de sexy investigación algorítmica o, al menos, de temática sexual: "En este trabajo, buscamos cuantificar los movimientos 'comunes' o 'típicos' involucrados en el sexo oral realizado a los hombres", es la línea que abre el artículo. “Para hacerlo, analizamos un conjunto de datos basados en 108 horas de videos pornográficos y sus correspondientes anotaciones sobre la posición de los labios a lo largo del pene en cada fotograma. Usamos técnicas de cuantificación para descubrir dieciséis movimientos distintos, y al usar estos movimientos diseñamos y evaluamos un sistema que genera secuencias de movimientos realistas mediante el aprendizaje profundo. Así, mostramos cuantitativamente que este sistema es superior a las simples técnicas de cadena de Markov".

"Yo no tuve problema con ello”

Le pregunté a Brian Sloan, el creador del Autoblow AI, sobre su intento de reclutar a científicos serios para trabajar en una máquina de felaciones. Su propuesta no se fue por las ramas.

"Les dije que había hecho un juguete sexual para hombres que se enfocaba en recrear la experiencia de una felación, y les pregunté si podían usar la inteligencia artificial para estudiar lo que realmente sucede durante el sexo oral, y que así yo pudiera hacer que mi máquina hiciera felaciones como un humano", me dijo Sloan en un email. "Eso fue suficiente para que siete compañías me dijeran casi inmediatamente que ese 'trabajo no era para ellas'. Cuando pregunté la razón, no quisieron hablar al respecto".

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El octavo equipo dijo que sí y produjo el Blowjob Paper, por el cual Sloan dijo que pagó $30,000 dólares. Pero a pesar de todos los hermosos cálculos y métodos de recopilación de datos que tiene esta investigación, una cosa está notoriamente ausente en el documento: los nombres de los autores. No hay nombres en este artículo, no hay equipos de investigación a los cuales acreditar, ninguna institución se responsabiliza de este trabajo. Los científicos hicieron el trabajo de forma anónima porque pensaron que sus otros clientes podrían abandonarlos si estuvieran asociados públicamente con él.

Sloan me puso en contacto con estos científicos anónimos utilizando una dirección de correo electrónico creada específicamente para proteger sus identidades. También vi correos electrónicos entre Sloan y los científicos que documentaban el progreso del artículo durante su elaboración, con los nombres de los científicos redactados en ellos.

"Brian se puso en contacto a través de las redes sociales… creo que a través de LinkedIn", respondieron los científicos detrás de la dirección de correo electrónico anónimo. “Nuestra discusión inicial no fue sobre juguetes sexuales y pornografía. Fue técnica; se trató sobre hacer análisis de video y cosas de inteligencia artificial. Fue bastante abierto sobre el hecho de que varios equipos no quisieron trabajar en este tipo de proyecto. Yo no tuve problema con ello".

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El científico que escribió el correo electrónico dijo que tiene un "Doctorado relacionado con la Inteligencia artificial" y que ha aparecido en más de 30 publicaciones y patentes. El resto de su equipo son en su mayoría ingenieros, dijo.

Surge Sliderman

El Blowjob Paper comienza con unas cuantas tablas y gráficos sobre cómo los investigadores cuantificaron los movimientos obtenidos de los videos de sexo oral y los convirtieron en los diferentes movimientos que ofrece el Autoblow AI. Entre estos hay varios cuadros que representan actividades, incluidas las pausas, el edging (lo que significa complacer a alguien hasta llevarlo al borde del clímax), el jugueteo con la punta y el jugueteo a garganta profunda.

Los investigadores diseñaron una arquitectura de red neuronal densa (DNN, por sus siglas en inglés) que predice el próximo movimiento de quien proporciona el sexo oral basándose en el análisis de sus movimientos previos, algo así como el texto predictivo en tu teléfono. En el papel, el proceso para crear estos modelos se parece a esto:

Para recopilar esta información, Sloan contó con la ayuda de Dalibor Copic, que reside en Serbia. Copic trabaja para la compañía de mercadotécnica de Sloan, Very Intelligent E-Commerce Inc., la cual ha realizado otras campañas con temas para adultos, incluida la competencia de la Vagina más bella del mundo y el Concurso Balls. Very Intelligent E-Commerce Inc. tiene mucho éxito en atraer la cobertura de la prensa hacia las campañas de financiamiento colectivo de Sloan para productos para adultos al promocionarlos con trucos de temática científica. Antes del Blowjob Paper, el mismo equipo produjo el Vulva Paper para el concurso Autoblow Vaginal Beauty.

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Copic convocó a un equipo de seis personas para recopilar datos sobre las felaciones a través del estudio de la pornografía. Estas personas no eran expertos en estadística o aprendizaje automático, eran solo amigos y confidentes dispuestos a ayudar con una tarea absurda. Crearon un sistema para hacer anotaciones acerca de 109 horas de videos de felaciones (1.200 videoclips de sexo oral en total), utilizando una cabeza y un pene de caricatura que se movían por un deslizador que podían ajustar con un mouse mientras miraban los videos porno. Copic me dijo en un correo electrónico que llamaron a la cabeza "Sliderman".

"Una vez que inicia el sexo oral, y cuando la chica está haciendo lo que está haciendo, movemos el Sliderman para seguir el patrón del sexo oral y así es como reproducimos las felaciones en nuestro sistema", me dijo Copic en un correo electrónico. Vieron los videos a media velocidad y recopilaron los valores del control deslizante para obtener los datos que necesitaban.

Le pregunté a Copic si este trabajo le parecía tedioso. "Bueno, para ser honesto, tuve suerte y luego tuve mala suerte :)", dijo. “Algunos videos al inicio del proyecto fueron interesantes… hasta que al final, [fue] un poco, yo diría que, fue difícil seguir mirando. Demasiado sexo oral… ".

"At the cutting edge"

"En realidad es un problema interesante en el cual trabajar", dijeron los científicos anónimos que escribieron el Blowjob Paper. “En este momento estamos en la fiebre del oro del aprendizaje automático, y por eso los desarrolladores pueden ser selectivos sobre qué proyectos tomar. Mi criterio para aceptar un trabajo es encontrar proyectos que sean interesantes y que paguen bien. Este proyecto cumple con ambos requisitos".

Si estaban tan abiertos y ansiosos por trabajar en maquinas con inteligencia artificial que dieran mamadas automáticas, pregunté, ¿por qué permanecer en el anonimato? Me dijeron que les preguntaron a algunos de sus clientes si asumir ese trabajo y estar asociados públicamente con el sería un problema.

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"La respuesta fue sorprendente", dijeron los científicos. “Las corporaciones no quieren estar asociadas de ninguna manera con algo controversial. Simplemente no es aceptable para ellos, y ven esto como una pesadilla de las relaciones públicas. Y por eso preferimos permanecer en el anonimato. A nivel personal, no obtuvimos rechazo alguno, es más a nivel corporativo que el que nos identifiquen significa un problema. Para que tengan un mejor contexto, gran parte de nuestro trabajo lo hacemos para FinTech y/o el gobierno. De ahí la señales de alerta".

Nada de esto es una sorpresa. Ya antes hemos visto hostilidad contra el contenido sexual una y otra vez por parte de las personas encargadas de procesar los pagos y los legisladores.

Aparte de las matemáticas, es un forma accesible y fácil de entender cómo se codifica la inteligencia artificial en los productos, y en las cosas que utilizamos todos los días, como las sugerencias de autocompletar de los correos electrónicos de Google y los resultados de búsqueda. Todos ellos están aprendiendo de nuestras experiencias pasadas, y el Autoblow AI no es, en teoría, diferente de ellos. Sólo que está aprendiendo del porno.

Los científicos anónimos me dijeron que este tampoco era un proyecto desechable para ellos. "Mi conclusión es que las redes neuronales convolucionales son muy exigentes, y el hecho de que la inteligencia artificial pueda entender una idea de tan alto nivel como lo es una felación es algo sorprendente", dijeron. "Siento que estamos realmente a la vanguardia, aplicando conocimientos que no existían hace seis meses".

El Autoblow AI conlleva muchas matemáticas, sudor, lágrimas y el potencial síndrome del túnel carpiano de muchas personas. Pero al final del día, a pesar de todas las estadísticas y el aprendizaje automático, todavía es solo una lata de plástico con una funda de silicón que sube y baja entorno a tu pene. Estos investigadores imaginan un mundo donde los aspectos interactivos e inmersivos de la pornografía y los juguetes sexuales (y también del entretenimiento no sexual) pueden mejorarse con la inteligencia artificial, pero no sucederá de la noche a la mañana.

“Los juguetes sexuales están disponibles básicamente en todo el mundo desarrollado. Obviamente, la gente quiere estas cosas, y seguramente se volverán más inteligentes a medida que los científicos e ingenieros como yo hagan su trabajo", me dijeron. "Ese es el panorama general. Por supuesto, también hay mejoras técnicas que podemos hacer con la solución que desarrollamos para este juguete sexual en particular, como una mejor generación del procedimientos de las emulación de las felaciones y más acciones aparte de las mamadas. Encontramos que reconocer el sexo anal, por ejemplo, es totalmente factible".