Estas hermanas celebran la minoría étnica más marginada de Myanmar
Sisters Phyone Pong Yon​ (left) and Ipkaw Pang​. All photos by the author.

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Estas hermanas celebran la minoría étnica más marginada de Myanmar

Root Kitchen & Bar quiere cambiar la reputación de uno de los estados más peligrosos de Myanmar.

"Cuando le decimos a la gente de dónde venimos, casi siempre dicen, 'Oh mierda, no conozco a nadie del estado de Wa. ¿Cómo es que hablan inglés?'", me cuenta Phyone Pong Yon, girando sus ojos. Ella habla varios idiomas, además de que su inglés es impecable gracias a los años estudiando en sistemas internacionales en Singapur y Reino Unido. Vestida con una camiseta negra simple, apenas encaja con los estereotipos que la mayoría de los birmanos imaginan sobre Wa. "Cuando la gente piensa en Kachin, piensan en buena comida; con Rakhine, piensan en las playas de Ngapali; pero con la gente de Wa, sólo piensan en drogas".

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De los más de 135 grupos étnicos de Myanmar, los Wa siguen siendo uno de los menos comprendidos y más estigmatizados. El estado de Wa, una región semi-autónoma de Shan cerca de la frontera china, es un lugar que pocos forasteros han visto. Llamado Wa salvaje, este territorio operó por debajo del agua durante años después de que los combatientes rebeldes de Wa firmaron un acuerdo de paz inestable en 1989. Aunque el estado sigue sin ser reconocido por el gobierno birmano, históricamente los oficiales han atracado la zona y a sus habitantes armados durante mucho tiempo. Ante la ceguera deliberada de las autoridades, surgió un comercio próspero en el tráfico de cualquier mercancía, desde heroína hasta fauna ilegal. Sin embargo, a pesar de todos los informes, tanto sensacionalistas como serios, de estas actividades ilícitas, hay poca información sobre la vida cotidiana de los casi 600.000 residentes de la región.

"En los medios de comunicación, muestran muchas cosas negativas sobre Wa; y la mayoría de la gente solo cree lo que oye", añade Ipkaw Pang, la hermana mayor de Phyone Pong Yon. A pesar de su educación también internacional, ha elegido vestir una combinación de ropa estilo occidental y atuendos tradicionales de Wa. "Creemos que hay más en el estado de Wa que lo que dicen los medios de comunicación, queremos crear más conciencia sobre nuestra cultura y nuestra comida".

Pescado frito de Root Kitchen & Bar. Todas las fotos son de la autora.

Con el fin de ayudar a cambiar esta perspectiva, las hermanas primero contemplaron la posibilidad de abrir un museo, pero optaron por abrir Root Kitchen & Bar en el centro de Yangon, capital de Myanmar. A pesar de sus cortas edades (23 y 28 años, respectivamente) y la falta de experiencia en la industria, esperan brindar a los huéspedes referencias más positivas de su estado natal.

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Cuando me reúno con ellas para el almuerzo, estoy impresionada porque Root es un fuerte contraste con el otro restaurante estilo Wa que hay en la ciudad, un agujero en la pared básicamente. "Queríamos hacer algo con un toque moderno", dice Phyone Pong Yon. Con su mobiliario y buen bar, uno podría sentirse como en casa. Es bueno para el negocio, porque hace que el lugar sea más fácil de vender a los trabajadores y expatriados, pero también es un intento consciente de subvertir los prejuicios. "Y realmente nos gustan los cócteles, así que pensamos que podíamos agregar un bar; así nació Root."

Las fundas decorativas están hechas a mano por las mujeres de Wa.

Pero no te dejes llevar, debajo de esa fachada brillante el restaurante tiene raíces profundas con el estado de Wa. Aquí, las cubiertas decorativas para los cojines tardan más de un mes en conseguirse, porque las mujeres de Wa —quienes las bordan a mano— trabajan en granjas durante el día y tejen por las tardes. Se trata de un arte intensivo, que está muriendo lentamente mientras la generación más joven lo ignora. Un sustituto producido en masa habría sido mucho más simple, pero no repercutiría de la misma manera. La comida también es auténtica. Los relucientes guisos son tan picantes como los caseros y muchos ingredientes llegan importados desde Wa. Dado que el transporte es escaso y el camino más rápido es un viaje de dos días por tierra y aire, se trata de una gran labor.

"Cuando abrimos, nos preocupaba si la gente disfrutaría nuestra comida o no, porque estamos tratando de ser realmente auténticas", dice Phyone Pong Yon. "Para sorpresa nuestra, la gente decía: 'La comida es realmente buena, no es extraña'".

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Lejos de ser "extraño", el banquete frente a mí representa un confort rústico y campestre. Hay sopa de lentejas, alitas de pollo a la parrilla, pescado frito de piel crujiente para acompañar con hojas de lechuga, salsa de cacahuate y vermicelli. Carne ahumada y seca al aire, el sabroso equivalente de la carne seca estilo Wa, se utiliza tanto desmenuzada (parecida a la machaca) en ensaladas, como en moik, el típico platillo de arroz integral con una consistencia entre papilla y risotto.

"Cuando otros grupos étnicos (como los Kachin) vienen al restaurante, encontramos varias similitudes entre nuestras culturas", dice Ipkaw Pang. "Tenemos licor de Wa y dicen, 'Es como el licor de Kachin, pero no tan fuerte.'" El espíritu es opaco y ligeramente dulce, tiene un sabor suave, afrutado. Especialmente cuando se mezcla en cócteles con nombres como Wa Dream y Wa Tang Clan, se puede convertir en un arma de dos filos.

La carne de res ahumada y seca de Wa, su versión de la carne seca.

La gastronomía proporcionan un terreno común, incluso en un país tan históricamente dividido como éste. Más de un centenar de lenguas y culturas distintas han creado fisuras en todo Myanmar. Desde que los británicos se retiraron en 1948, el país ha sufrido una serie de levantamientos de grupos como el Partido de Liberación de Arakan y la Unión Nacional de Karen, al igual que los ataques brutales del ejército birmano. Aunque muchos sufrieron bajo la junta militar, las minorías étnicas fueron las más afectadas. Incluso hoy en día, bajo una democracia liberal, la difícil situación de los musulmanes Rohingya, que el gobierno se niega a considerar como birmanos, en el estado de Rakhine es una crisis de derechos humanos.

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Las hermanas crecieron protegidas de los peores conflictos. Desde Singapur, una tierra que casi había logrado convencer a sus principales etnias de llevarse bien, todos los problemas parecían muy lejanos.

El licor de Wa es opaco, ligero y con un sabor frutal.

"Veíamos los enfrentamientos étnicos en Myanmar por las noticias de Singapur, pero no entendíamos hasta que regresamos aquí", dice Ipkaw Pang. "Cuando vamos por la carretera, la policía a veces nos detiene, tenemos identificaciones birmanas, pero dicen 'etnia Wa'. Siempre estoy a punto de decirles, '¿Hay algún problema, oficial? Antes no me veían como una amenaza'".

A pesar de llevar la etiqueta "étnica" desde el nacimiento, las hermanas han vivido la mayor parte de sus vidas fuera del estado Wa. Ellas y sus siete hermanos crecieron dispersos en Singapur, China y Wa, mientras que los padres y demás parientes se quedaron en casa.

"Éramos cuatro en Singapur", recuerda Ipkaw Pang. "Siempre tratábamos de hacer moik con el arroz blanco que tienen allí, pero nunca salió bien".

Alitas de pollo, sopa de lentejas y moik (un platillo de arroz parecido al risotto).

Incluso después de mudarse a la edad de cuatro años, mantuvieron la conexión con su cultura de origen tanto como fue posible. A día de hoy, cuando regresan, sus padres las reciben con fiestas y banquetes.

"Cuando regresamos, nuestros padres siempre sacrifican un cerdo o una vaca. Invitan a todas las tías y tíos, nos reunimos alrededor de una enorme mesa ", cuenta Phyone Pong Yon. Esas generosas comidas familiares fueron la inspiración del restaurante. Mientras que algunos elementos de Root derivan de los recuerdos de las chicas, otros requerían un poco más de investigación. "Debido a que no crecimos allí, existe un límite sobre lo que sabemos". Abrir Root ayudó mucho, porque tuvimos que volver a nuestros padres, preguntar, '¿Qué comemos? ¿Qué hacemos?"'

Mantener esa conexión es el corazón mismo de esta empresa. En el futuro, Phyone Pong Yon desea utilizar su formación cinematográfica para producir documentales cortos sobre el estado Wa. Ambas jóvenes tienen un poderoso afecto por su lugar de nacimiento, incluso si haberse ido les proporcionó más oportunidades. Al tener una comprensión más profunda de su propia herencia, esperan ser capaces de disipar algunos de mitos que rodean este estado.

"Nuestros padres no dejan de decirnos: 'No importa a dónde vayan, nunca olviden de dónde vienen, siempre hablen su propio idioma'", recuerda Ipkaw Pang. "Es una de las razones por las que llamamos a este lugar 'Root' (raíz). Esta es la raíz de nuestra cultura, nuestra raíz".