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La presión entre los latinoamericanos cuyos nombres han sido manchados por las filtraciones reveladas por los “Papeles de Panamá”, sigue creciendo. De momento los líderes latinos siguen combatiendo las acusaciones con negativas bruscas, mientras que los gobiernos anuncian que se abrirán investigaciones oficiales. Aunque lo cierto es, realmente, que pocos son los que se han sorprendido.
Sin duda, el implicado de manera más directa en la escandalosa red de evasión, malversación y blanqueo de capitales de la empresa panameña Mossack Fonseca, ha sido un hombre que aprendió a hacer todo eso mucho antes de ser elegido, el presidente argentino Mauricio Macri.
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Las filtraciones también han salpicado a un magnate de la construcción que ya se vio implicado en un grotesco escándalo que terminó manchando al presidente mexicano Enrique Peña-Nieto, a una amplia variedad de políticos brasileños, y al hijo de un expresidente hondureño, que actualmente se enfrenta a un caso de blanqueo de capitales en Estados Unidos, además de al fiscal general de Ecuador.
En Argentina, la vinculación de su flamante presidente estaba en pocos segundos en boca de todos. El conservador exalcalde de Buenos Aires y expresidente del club de fútbol Boca Juniors, un hombre que estudió en Oxford y de quien su padre, dijo que “tiene cabeza para gobernar pero le falta el corazón”, es uno de los integrantes de los “doce del patíbulo”, la plana mayor de líderes salpicados por la porquería que han ventilado los 11,5 millones de documentos que se han filtrado del despacho de Mossack Fonseca.
Macri aparece como director de la empresa Fleg Trading fundada en 1998 en las Bahamas y disuelta en 2009. De tal forma, la primera pregunta que ha afluido es por qué el presidente no incluyó a su empresa en su declaración fiscal de bienes durante los dos años que fue alcalde de Buenos Aires, en 2007 y 2008.
El despacho del presidente salió el lunes al paso de las preguntas y las denuncias populares. Según su gabinete, Macri no estaba obligado a declarar nada relacionado con Fleg Trading porque no tenía ninguna participación en la empresa.
“Solo fue director circunstancial, designado en el marco de la confianza que exigía la dinámica de los negocios del grupo familiar en aquella época”, reza un comunicado emitido por Presidencia. “El señor Mauricio Macri nunca tuvo, ni tiene una participación en el capital de esa sociedad”.
Existe un gran desprecio por Macri desde un sector de la Argentina dada que su vocación empresarial pareciera encubrir a un personaje apátrida, elitista y avaricioso. Pero otra porción de la población, sin embargo, votó y apoyó su candidatura en 2015 seducida por una de sus promesas electorales más potentes ante una sociedad cansada de mentiras y robos de su clase política: ser implacable con la corrupción. La aparición de su nombre en las filtraciones de los papeles de Panamá promete dejar secuelas en la opinión pública con respecto a su persona.
El jefe de Gabinete de Macri, Marcos Peña, ha realizado una comparecencia el martes ante los periodistas para tratar de aclarar el asunto. “Acá no hay ninguna cuenta [de Macri], sino una empresa de [Franco Macri, su padre] que fue declarada en la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) en su momento. No hay nada raro, ni oculto”, dijo el estrecho colaborador del presidente argentino. “No hay nada que ocultar”.
Los periódicos locales habían amanecido el mismo martes con la noticia de que Mauricio Macri figura como director de otra empresa fantasma en Panamá.
Como no es de extrañar, el partido de la oposición ha sido el primero en señalar a Macri y su falta de escrúpulos. Claro que el partido de la oposición también cuenta con su propio embajador en el escándalo, nada menos que Daniel Muñoz, el que fuera secretario personal tanto de Néstor Kirchner, como de su viuda, y antecesora de Macri, la peronista Cristina Fernández de Kirchner. Daniel Muñoz aparece como principal accionista de una empresa fundada en las Islas Vírgenes Británicas en 2010.
Muñoz ha preferido guardar silencio. Sin embargo, la familia Kirchner ha emitido un comunicado en el que asegura que su nombre ha sido sacado a colación por una panda de periodistas sin escrúpulos.
“La familia Kirchner no figura en ninguna investigación de esta lamentable estafa en la que se desprestigia al país”, reza el comunicado. Luego añade que Fernández de Kirchner lleva tiempo siendo criticada por haber procurado paraísos fiscales para los ricos. “Quien sí está mencionado y con protagonismo central en las revelaciones de hoy, lamentablemente para nuestro país es nada menos que el Presidente de la República Mauricio Macri”.
Claro que más allá de los improbables desmentidos de la clase política argentina, lo cierto que el otro ilustre ciudadano del país implicado en el escándalo no es otro que Lionel Messi. El astro argentino se está acostumbrando a aparecer en las páginas de Economía tanto como en las de Deportes. Su familia, una vez más, está implicada en un paraíso fiscal, un negocio en el que se habría embarcado, apenas cinco días después de que Messi pagara su astronómica deuda con la hacienda española, a la que defraudó durante dos años consecutivos. Messi también apareció en la sección de política del periódico la semana pasada, después de avenirse a estampar su autógrafo en sendas camisetas de la selección nacional para las hijas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien visitó la Argentina el mes pasado.
Los mexicanos, por su parte, amanecieron el lunes con viejo conocido al que incorporar a su interminable listado de corruptos reincidentes, el del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, un hombre cuyas empresas llevan beneficiándose de los contratos del ejecutivo del presidente Enrique Peña-Nieto, desde hace años, e impunemente, como es tradición allí.
No en vano Hinojosa Cantú es un muy buen amigo de Peña-Nieto. Hace un año y medio, en 2014, el empresario se vio implicado en un grotesco escándalo. Entonces el portal online de periodismo de investigación Aristegui Noticias descubrió que la empresa de Hinojosa se habría adjudicado un contrato multimillonario para construir la casa de la familia del presidente. La investigación avanzó y poco después se descubrió, además, que le habría vendido al ministro de economía Luis Videgaray, una residencia vacacional de lujo, después de sellar un acuerdo de préstamo de crédito sin casi ningún interés.
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En agosto del año pasado el gobierno mexicano simuló investigar el caso. Entonces Peña-Nieto, ni corto ni perezoso, decidió nombrar a un auditor para que investigara ambas transacciones. El presunto profesional absolvió tanto al ministro de economía como a Hinojosa de responsabilidad alguna. Poco después se supo que el auditor era también buen amigo del presidente. Ahora los papeles de Panamá han revelado que Hinojosa Cantú habría sacado más de 100 millones de dólares del país, a través de una alambicada trama de compañías y de prestamistas, que habrían trasladado el dinero hasta Nueva Zelanda, en momento de pleno escándalo.
En un correo electrónico que llevaba el tampón de urgente y que fue fechado en julio de 2015, se describe a Hinojosa como a uno de los “más prominentes empresarios de México”, y suscribe que los 100 millones de dólares, son solo una parte de los bienes que depositó en sociedades opacas.
“Desgraciadamente, debido a su éxito y a su notoriedad, es una persona con muchos detractores”, señala el correo electrónico. “Y, desafortunadamente, nuestro cliente está envuelto en una oleada de publicidad negativa”.
Hinojosa Cantú jamás se ha manifestado públicamente sobre los escándalos en los que está implicada la familia de su presidente. Y tampoco ha querido hacer declaraciones sobre la intensa actividad con la que se manejó a través de Mossack Fonseca el año pasado.
Otros mexicanos incluidos en la embarazosa relación de malversadores incluyen al responsable de la emisora de televisión Azteca TV, el vicepresidente de la emisora Televisa y al responsable de la controvertida compañía pública Pemex. Todos ellos han negado haber incurrido en comportamiento delictivo alguno.
El gobierno mexicano ha reaccionado con la promesa de investigar a todos los implicados en los papeles de Panamá por presunta evasión fiscal.
“Se trata de una información muy valiosa, aunque, por desgracia, no es ninguna sorpresa”, ha relatado Aristóteles Núñez, responsable del Servicio de Administración Tributaria (SAT), en declaraciones a la emisora Radio Fórmula. “Tendremos que ver si la gente citada en los papeles ha pagado todos sus impuestos. Y si no lo han hecho, habrá que auditarles.
Núñez aclaró, en cualquier caso, que el resultado de las investigaciones será confidencial.
“Hasta ahora, y dada la magnitud del escándalo, la reacción de las autoridades ha sido tibia y débil”, ha proclamado Eduardo Bohórquez, el responsable de la delegación en México de la ONG Transparency International, Transparencia Mexicana. “Tiene que ser claro sobre lo que el estado puede y no puede hacer. Deberían de hablar de los casos individuales”.
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Por su parte, en Brasil, donde la corrupción se ha convertido en el grotesco desfile de carnaval de la élite política y económica, la erupción de los papeles de Panamá ha añadido todavía más leña al fuego del peor escándalo político y económico de la historia reciente del país, el escándalo Petrobras.
Entre los políticos mencionados en los documentos se cuenta el congresista Eduardo Cunha, un individuo que se encuentra bajo investigación por presunta corrupción y que, curiosamente, es el promotor del juicio político a Dilma Rousseff . Igualmente, la policía brasileña también ha sometido a la sede de Mossack Fonseca a una redada.
Los archivos descubiertos vinculan también a varios partidos políticos, entre los que se contaría la última formación que formó coalición con el actual gobierno, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PSDB), y también el partido de la oposición, el Partido Democrático Social (PDS).
Claro que, habida cuenta de que las vísceras políticas están ya expuestas sobre la mesa, los brasileños parecen estárselo tomando con más calma.
“En comparación con los rusos, los árabes, los chinos y con los islandeses, los brasileños todavía están lejos de adjudicarse el título olímpico por Corrupción. Ni siquiera podrían aspirar a ocupar un lugar en el pódium del blanqueo de capitales, y se quedarían lejos del bronce en malversación de fondos”, opina Roberto Toledo, columnista del periódico Estado de São Paulo, uno de los periódicos del país que ha participado en las investigaciones que fueron filtradas, inicialmente, a la redacción del periódico alemán Suddeutsche Zeitung (SZ), y cuya exploración y difusión han sido coordinadas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). “En esto de los papeles del Panamá, Argentina nos vence por goleada en el número de personajes políticos o vinculados a la política citados, e incluso, en la mención al mejor futbolista del mundo”.
Hay pocos países que puedan rivalizar con Argentina en cuanto a estrellas implicadas.
La alusión a César Rosenthal, un hondureño perteneciente a una influyente familia de políticos y empresarios, entre quienes se contaría su padre, actualmente investigado por un caso de lavado de dinero en Estados Unidos, apenas ha sido mencionada en los medios de su país.
Rosenthal aparece como máximo accionista en una compañía fundada en 2014. La empresa en cuestión adquirió un avión que fue confiscado en octubre por las autoridades guatemaltecas, a pesar de que no se descubrió ninguna ilegalidad.
La guía de VICE News para entender los ‘Papeles de Panamá’. Leer más aquí.
Los medios de comunicación ecuatorianos se han comportado con idénticas reservas a la hora de hablar de sus compatriotas implicados. Y eso que tienen a un fiscal general como Galo Chiriboga en medio de la deshonrosa lista. Chiriboga sería el máximo accionista de una sociedad opaca fundada a través de Mossack Fonseca en 1999, que el abogado jamás habría declarado.
El presidente del país, Rafael Correa, sí aludió al escándalo. Lo hizo el lunes a través un mensaje publicado en su perfil de Twitter. “¡Qué bueno! Aquí van a salir “maravillas”. Veremos quién es quién”.
Gastón Cavanagh y Donna Bowater han contribuido a este artículo.
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