FYI.

This story is over 5 years old.

Dinero

Llorar en la oficina: el momento de cambiar de trabajo

Intenta no estresarte tanto.
NC
traducido por Núria Cabrera
Ilustración por Ben Thomson

Sé lo que estás pensando. Lo sé porque prácticamente todo el mundo se hace la misma pregunta, sentado frente al ordenador: ¿Qué estoy haciendo aquí? Claro, es una pregunta compleja, es una gran pregunta, pero puedes jugarte el cuello a que todos nos estamos preguntando lo mismo. ¿Por qué? Porque la vida es una mierda, amiga. La vida es algo surrealista e imposible de aceptar el 91 por ciento de las veces, me atrevería a decir.

Publicidad

LEE:

Ir al trabajo drogado es una mierda


¿Qué estoy haciendo aquí, otra vez, trabajando horas extra por la patilla mientras la mujer de la limpieza pasa la aspiradora tímidamente alrededor de mi mesa? ¿Qué estoy haciendo aquí, trabajando para esta empresa fintech donde un pardillo de 12 años es, literalmente, el jefe de mi jefe? ¿Qué estoy haciendo aquí, “matándome” para poder mantener el sueño de escribir una novela para la que ni siquiera tengo tiempo?

Todas las preguntas son válidas. Las entiendo porque estoy en la misma situación que tú. No literalmente, pero sí figuradamente. Perdóname por lo que voy a decir ahora, pero en estos momentos en que estamos tan distraídos y en que nos hemos dado cuenta de que podemos dominar cualquier actividad con mirar un tutorial de una hora en YouTube, ¿quiénes somos nosotros para ignorar la llamada de esas cualidades que tenemos por ahí escondidas?


LEE:


¿Quiénes somos para decirnos a nosotros mismos a la peor hora del día (las 15:00) —cuando solo hemos comido un bocadillo entre reunión y reunión y estamos condenados a oler el aliento de nuestro compañero de mesa—, “No te precipites, que esto podría ser lo mejor que el mundo te va a ofrecer”? Quizás no soy escritora, ¿sabes? Quizás soy neurocirujana. ¿Entiendes lo que quiero decir? A ver, no soy neurocirujana, ni de coña. Aprobé las mates en el instituto por los pelos. Lo que quiero decir es que intentes soñar a lo grande.

Alex Dawson, fundador de Positive Scenario, una consultora dedicada a crear ambientes de trabajo felices, afirma que “un estudio llevado a cabo durante dos décadas sobre psicología positiva demuestra que estar en un estado emocional positivo en el trabajo ofrece infinidad de beneficios”. Aparentemente, cuando somos positivos en nuestro puesto de trabajo, somos tres veces más creativos y estamos diez veces más comprometidos.

Publicidad

LEE:


Entonces, ¿qué pasa cuando dejas de ignorar esos impulsos que te dan en el trabajo de tirar la toalla y dices frustrada, pero manteniendo las formas, ¡No puedo más! ¡Que paren el tren que yo me bajo! Creo que en ese momento tu vida mejora. No tienes esa sensación tan fuerte de ahogo y empiezas a sentirte un poco más libre, un poco más como si el mundo estuviera a tus pies y no como si fuera una montaña de la envergadura del Everest que tuvieras que escalar con las manos desnudas.

Pero, ¿cómo sabes que ha llegado el momento? ¿Cómo sabes que no te estás precipitando al abandonar el barco? Básicamente, tú eres la única persona que puede dar respuesta a esas preguntas. Si la incertidumbre te está consumiendo, algunas señales que pueden indicarte que estás “realmente” al límite son:

  • Te pasas más de quince minutos en la cama cada mañana en trance, mirando al techo, diciéndote argumentos de poco peso para reconfortarte y mentalizarte de que merece la pena levantarse.
  • Piensas que tu trabajo es algo así como, no sé, una manera de pagarte la cerveza que te tomarás para borrar el recuerdo de esa semana. Has entrado en una especie de bucle que te ayuda a sentirte algo mejor.
  • Tus familiares y amigos conocen a toda la mala gente de tu empresa por su nombre, puesto de trabajo, y todas las putadas que te han hecho esta semana.
  • Llevas más de una hora contando los minutos que te quedan para salir del curro.
  • Pasas estratégicamente todo tu tiempo libre con compañeros de trabajo para que así, cuando hables de lo mucho que odias todos los aspectos de tu profesión, no tengas que dar detalles.
  • Has dejado de soñar despierta sobre cosas geniales como unas vacaciones en Aruba o besarte con tu ligue en la cima de una montaña, y ahora sueñas exclusivamente con dejar tu trabajo de manera patética algún día.

Publicidad

Probablemente, el mejor indicador es que, simplemente, lo “sientes”, muy en el fondo, tan fuerte como el hambre que te entra a veces cuando llegas a casa después de estar de fiesta. Confía en ti. “Piensa que eres el arquitecto de tu vida”, explica la conferenciante y coach Shadé Zahrai. “Tú eres quien tiene el control y quien decide qué paso dar luego. Si tienes una actitud negativa ante la vida y el futuro, todo esto influirá de manera negativa en tu deseo de realizar cambios, lo que hará que seas aún más miserable en el presente. Si cambias tu actitud, eres más optimista y te das cuenta de que el futuro depende totalmente de ti, te sentirás con más fuerza y podrás llevar a cabo esos cambios”.

Pero, ¿por dónde narices empiezas? “A veces cambiar tu rutina de por la mañana, conocer gente nueva, involucrarte en algún otro trabajo o buscarte un nuevo hobby fuera de tu puesto de trabajo es suficiente para exponerte a ideas distintas que te ayudarán a retarte a ti mismo y, posiblemente, a descubrir una nueva pasión”, afirma Zahrai.


LEE:


Phil Lee, experto en desarrollo y conferenciante motivacional, está de acuerdo en que despegarse del ordenador e interactuar con personas puede ayudar. “Habla con gente que ya se dedica a lo que te gustaría hacer a ti. Pídeles consejo, pregúntales qué harían ellos en tu lugar y hazles caso. Si hablas con el suficiente número de personas, eliges a la gente adecuada, eres perseverante y te mantienes positivo, verás cómo se te abrirá alguna puerta”.

Sigue en esos portales de búsqueda de trabajo no remunerado y fíjate en lo que ofrecen. Invierte ese tiempo que pasas mirando pisos —cuando ni siquiera estás planteándote mudarte— en buscar información sobre carreras universitarias. Podrías volver a la facultad a estudiar algo que realmente te interesa.

¿Harta de publicar anuncios insignificantes? ¡Prueba la kinesiología! ¿Que no te acaba de llenar? Retoma aquella pasión que tenías en cuarto de primaria: ¡el manga! ¿Que no es lo suficientemente lucrativo para ti? ¿Qué te parece el Bitcoin? ¡Dale duro!

here.