El año pasado, más o menos por estas fechas, un vídeo del Partido Popular causaba estragos en nuestras retinas, nuestras psiques y nuestras cuentas de Twitter.
Siguiendo un extraño juego metafórico, los populares se representaban así mismos como los cirujanos que salvaban a una España enferma por culpa de la crisis y las políticas del zapaterismo. El anuncio acababa con un impactante primer plano de una chica con la bandera de España estampada en la cara. Demencial.
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Aquello fue posiblemente la mayor mierda que un partido político se ha atrevido a grabar en la historia de nuestra democracia, muy por encima incluso del anuncio repleto de casquería de Ciudadanos o del anuncio del partido más increíble surgido del suelo patrio, Muerte Al Sistema.
Luego llegó aquello de los hipsters.
Pero aunque no lo parezca, el Partido Popular sí que presta atención a las críticas y es capaz de cambiar el rumbo cuando las cosas van mal. O eso, o largó a todo su equipo de publicistas después de tamaño ridículo y no le quedó otra que fichar a alguien mejor. No hay nada como una buena humillación pública para entrar en razón.
El caso es que este año se han sacado de la manga un anuncio que no está para nada mal. De hecho, está muy bien, para que nos vamos a engañar: Es escueto, directo y gracioso. En 59 segundos le dan la vuelta a la idea que sostienen el PSOE y Podemos (sus dos grandes rivales estas elecciones) y muestran lo objetivamente ridículo que es hacer las cosas simplemente por estar en contra. Porque no nos engañemos, lo es.
Que el partido anteriormente conocido como PSOE, más conocido en los últimos años por matar y enterrar —metafóricamente— a las clases populares de este país y arrojarlas a los brazos del PP —que después de ZP consiguieron los mejores resultados de su historia— sea el principal posible aliado de los que en teoría vienen a renovar la política española y que de hecho ya gobiernen juntos en las principales ciudades de España, son cosas que no tiene mucho sentido se miren por donde se miren.
Pero bien, sigamos el consejo de los populares, pensemos en las cosas que importan más allá de si estamos a favor o no de ellos, recapitulemos. Porque quizás lo que pasa es que para el PP las cosas que ellos consideran importantes no son las mismas que consideramos nosotros.
Quizás para ellos la corrupción generalizada e impune durante años —cuando no décadas— en el seno de su partido no es algo importante. Quizás una reforma laboral que solo ha servido para destruir puestos de trabajo de calidad para substituirlos por empleos precarios que ni tan siquiera sirven para hacer descender de manera significativa la tasa de paro, tampoco lo es. Como tampoco lo son los tratos con un régimen como el saudita, la impunidad de los abusos policiales y la generalización de medidas dirigidas a coartar la libertad de expresión que se materializan en cosas tan desagradables como las operaciones Araña.
Será más importante la irrisoria y lenta bajada del paro y repetir hasta la saciedad el mantra-mentira de que estamos cumpliendo los objetivos de déficit que nos marca la Unión Europea. Será.
En fin, que quizás no sea tan mala idea lo de tener 122 gatos y comprar 70 kilos de pienso. O sí, yo que sé. De todas formas ya no importa, el anuncio ha sido un simple espejismo porque el Partido Popular acaba de reconvertir su himno en un hit de merengue; la cabra tira el monte el PP y a lo ridículo.