El letrero afuera de la iglesa dice: Todos los santos tienen un pasado, y todos los demonios un futuro. Aquí debe ser. Me estaciono junto a una fila de motocicletas y camionetas pickup, justo al lado de una camioneta que tiene escrito “La primera iglesia metalera” a un costado con la misma fuente que usa Iron Maiden.
“¡Woo!”, exclama con entusiasmo el hombre que me recibe en la entrada. “¡Bienvenido a la Iglesia Metalera!”, me dice mientras levanta la mano para chocar puños conmigo.
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“¡Woo!”, le respondo. Espero que mi suéter de calavera y mi paliacate me ayuden a encajar con el resto de la gente. Le atiné. Estoy en medio de un mar de motociclistas. Vine aquí para escuchar guitarras eléctricas en la Primera Iglesia Heavy Metal de Cristo (FHMCC, por sus siglas en inglés), en la ciudad de Dayton, Ohio, en Estados Unidos.
El pastor Brian Smith fundó la FHMCC hace tres años y medio. Brian es músico, le gusta el heavy metal y está decepcionado del cristianismo de su juventud. “Iba a la iglesia todos los domingos y siempre decían que me iba a ir al infierno por usar shorts, por nadar en albercas mixtas o por escuchar algún tipo de música que no tuviera nada que ver con sus himnos”, dijo hace poco durante una entrevista de radio.
Entonces dejó de ir a la iglesia. Después compró un megáfono barato y un paquete de Biblias que estaban en descuento y empezó a dar misa cada semana en la parte trasera del bar donde solía tocar con su banda de metal, justo frente a un club de estripers.
“Recorre el mundo y bautiza a todos los hombres en nombre del Espíritu Santo”, dijo el pastor Brian. “Qué mejor lugar para empezar que en un bar”.
Como creció su número de seguidores, el pastor decidió cambiar el lugar de la misa a un bar de motociclistas llamado Jackass Flats, el cual en poco tiempo ya no se daba abasto. La congregación fue creciendo poco a poco, tanto que ahora utiliza el auditorio de una escuela para celebrar misas dominicales tanto en Dayton como en Greenville, Ohio, en las que se presentan diferentes bandas cada semana.
En esta iglesia se toca metal para alabar a Jesús. Aunque, según Brian, el nombre también hace referencia a la “Armadura de Dios“. A diferencia de algunas iglesias, la FHMCC recibe a todo el mundo. Su página web dice:
Prostitutas, drogadictos, motociclistas, pandilleros, metaleros, delincuentes. No importa de dónde vienes o lo que has hecho. En la FHMCC recibimos a todos con los brazos abiertos.
“Nuestra iglesia es la más indicada para los que no se sienten cómodos en las iglesias tradicionales”, dice el pastor Brian mientras voltea a ver a la multitud llena de perforaciones, tatuajes y estoperoles a su alrededor. “Muchos quieren que Dios entre a sus vidas pero creen que deben limpiarse antes de acercarse a Cristo. No es necesario limpiarte antes de entrar a la regadera ¿o sí? Dios te ama como eres”.
La misa de la FHMCC da inicio a medio día. No sé cuantos de los presentes llegaron crudos a la iglesia pero sé de al menos uno (yo). Otro motociclista choca puños conmigo y me entrega el programa de la misa que, por cierto, tiene la imagen de Jesús montado en una Harley como portada.
“De hecho, los miembros de nuestra iglesia asemejan la apariencia de Cristo”, dijo el pastor Brian refiriéndose al público. Si cierras un poco los ojos, los motociclistas barbones de cabello largo parecen personajes bíblicos. Hay cerca de 300 espectadores en el auditorio, incluidos los motociclistas y sus novias, aunque también hay tipos que se ven normales e incluso niños pequeños. Muchos traen puesta una playera negra con el logotipo de la FHMCC que compraron en una mesa al fondo del recinto.
“Hoy vamos a recibir la sanación, la redención, la salvación y la liberación”, dice Ron, el asistente pastoral, al frente del auditorio. El pastor Ron tiene barba y si fuera un personaje de una película de motociclistas, seguro le habrían puesto el apodo de “Pequeñín”.
“¡Woo!”, exclama el público.
Comienza la música. La música es perfecta para hacer headbanging y la letra habla de Jesús: “Tengo fe / ¿y tú? / Tengo fe / Es real / Creo en Él”. Mientras tanto, el público sacude la cabeza de arriba a abajo.
“¡Vamos! ¡Aplaudan!”, dice el guitarrista vestido de negro mientras toca un solo de guitarra como los de Judas Priest.
“¡Woo!”, grita el público y levanta las manos.
“¡Digan santo, santo, santo!”
Cuando termina el acto de apertura, el pastor Brian se dirige al púlpito color negro decorado con una cruz roja clásica del heavy metal. El autoproclamado “Rebelde a favor de Cristo” felicita al guitarrista y hace una referencia a Angus Young. Después anuncia que la FHMCC quiere formar una banda local y hace falta un baterista.
Y después: “El domingo pasado, cuatro personas dejaron que Jesús entrara en sus vidas por primera vez”, dijo el pastor. “Hemos bautizado a 300 personas en siete meses. Algunas iglesias no logran bautizar a 300 personas ni en diez años. Es sorprendente, ¿no lo creen? ¡Dios es increíble!”.
“!Wooo!”, grita el público. Grité con ellos y sin querer hize la señal de los cuernos del diablo con mis dedos.
“¡Es increíble la forma en que Dios usa esta iglesia para ahuyentar al diablo!”
Después nos deleitan con un poco más de rock, de metal y de headbanging. Así como la musica evangélica es el pilar de las Convención Bautista del Sur, el heavy metal es el pilar de esta nueva iglesia en Ohio.
A continuación, Brian da su sermón de rock clásico: “Cuando estaba leyendo la Epístola a Filemón, me acordé del disco The Wall de Pink Floyd”, explica el pastor. Todos guardan silencio. “Es perfecto para la Epístola a Filemon porque se trata de derribar un muro”.
Brian cree que, con los pastores correctos, podría haber una Iglesia Metalera de Cristo en todas las grandes ciudades. Sin embargo, la mayor oposición que enfrenta esta iglesia son otros grupos cristianos. Hace poco recibió un correo electrónico que decía: “Tienes que cerrar la Primera Iglesia de Satán. Estás guiando a tu congregación directo al infierno! ¡Arrepiéntete!”
“Muchos juzgan nuestra iglesia sólo por el nombre”, explica. “No han tachado de ser un culto. He escuchado toda clase de rumores, como que ‘servimos cerveza durante misa’ o que ‘no somos más que un montón de delincuentes que viven como quieren y juegan a ir a la iglesia los domingos’. No pueden estar más equivocados. El diablo es real y se aprovecha tanto de los cristianos como de los que no lo son para hacer sus fechorías”.
Como respuesta, el pastor hizo un folleto con el título “Cristianos que le dan mala fama a Jesús”, el cual reparte en la entrada de los conciertos de metal sin orientación religiosa para conectar con la gente que ha tenido experiencias desagradables con la iglesia. El concierto que dio Marilyn Manson en 2006 fue la gota que derramó el vaso. En la entrada vio a un grupo de “cristianos extremos” con cuernos y carteles gritando a los chicos que iban a arder en e infierno.
“Los chicos respondían gritando obscenidades; era un desastre”, señala el pastor. “Estaban actuando de forma equivocada. Si quieres que los chicos se acerquen a Cristo, es más fácil atraerlos con algo que les llame la atención. Prefiero atraerlos con amor y no con miedo”.
Brian cree que así lo habría hecho Jesús. “Unámonos y salvemos a todas estas almas perdidas porque el mundo se está yendo al infierno. El diablo es el verdadero enemigo”, explica Brian. “Esta iglesia me ha enseñado que tenemos que perdonar a todos”.
Sin embargo, la banda de metal del pastor Brian no fue tan tolerante. Se separaron hace poco porque no les gustaba que Brian mencionara tanto a la FHMCC en sus tocadas.
La misa termina con una historia sobre Led Zeppelin. “Me quedé despierto hasta las 5 de la mañana escribiendo el sermón y se me ocurrió pedir que Robert Plant llegue al cielo”, dice Brian.
Risa metalera.
“‘Robert, espero que vayas al cielo y cantemos juntos en las calles doradas’. Después recordé al vagabundo de la esquina. Tengo a Robert Plant en un pedestal porque es uno de mis vocalistas favoritos pero necesito desear lo mismo para todos, hasta para los que hacen daño. Es necesario hacer el bien y ayudar a todos los necesitados”, dice Brian.
La multidud dice “amen”.
“Hoy los dejo con esta reflexión”, dijo el pastor Brian. “Si quieren una vida fácil, vivan como estrellas de rock. Ser cristiano no es fácil, pero créanme, vale la pena”.
Se escucha una última canción. El publico sacude la cabeza, canta a coro y se abraza. Alcanzo a ver a un grupo de tipos rudos llorando con las manos y la cabeza en alto. Veo a mi alrededor. Si creyera en un hombre mágico invisible que nos ve desde el cielo, definitivamente vendría aquí a adorarlo.
Le hago la platica a un motociclista con un parche que dice “Satán apesta” en su chamarra. El hombre me informa que es el vocalista de una banda de punk que hace covers de los Dead Kennedys y Clutch. También dice que le gusta mi suéter.
“Antes de la FHMCC, cada que tocaba, lo único que quería era terminar para reunirme con mi dealer”, explicó. “Después me encontré a Brian en un concierto de metal. Cuando lo conocí, traía una cerveza en cada mano y aún así me invitó a su iglesia”.
“Ahora que encontraste a Jesús, ¿cambió en algo tu repertorio de canciones?”, le pregunto.
“Ya no tocamos ‘Killing in the Name’ de Rage Against the Machine por las groserías al final de la canción”.
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