"Espera, que voy a buscar a la chica que me ha venido a preguntar para decirle que pueden avanzar". Se lo decía un Policía Nacional a otro anoche, en la Carrera de San Jerónimo de Madrid, la calle que desemboca en el Congreso de los Diputados. Como ocurrió el pasado noviembre, cuando se convocaron concentraciones por la admisión como prueba en el caso de La Manada de una investigación a la víctima que demostraba que había continuado "con su vida normal" tras la agresión, en la capital se convocó ayer una concentración frente al Ministerio de Justicia.
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Y, como ocurrió el pasado noviembre, la concentración se convirtió en manifestación. Sin permiso pero sin violencia, de manera espontánea.
Tras aproximadamente una hora y media en la que la calle San Bernardo, donde se encuentra el Ministerio, se quedaba cada vez más pequeña, las manifestantes echaron a andar y cortaron la Gran Vía al grito de "No es abuso, es violación".
Las luces de los teatros empezaban a encenderse, turistas y locales grababan y hacían fotos mientras las feministas les animaban a unirse, alguna se paraba a explicarle el por qué de la protesta a quien preguntaba. La marea bajaba Preciados, Sol… y de repente un grupo empezó a corear "Eso eso eso, nos vamos al Congreso".
Una masa de gente empezó a cortar la Carrera de San Jerónimo, como había hecho con Gran Vía primero, al grito de "Jueces machistas, estáis en nuestra lista", "No es abuso, es violación" o "Basta ya de Justicia patriarcal". En la cabecera, algunas chicas le explicaban a los agentes de Policía que impedían el paso hasta el Congreso por qué querían llegar hasta allí. Los agentes les respondían que lo habían consultado y estaban esperando órdenes. Tras permanecer unos minutos cortando el paso a las manifestantes, los furgones comenzaron a retirarse y la cabecera de la manifestación a avanzar hasta llegar al Congreso de los Diputados.
Algunas bajaron corriendo, otras andando, pero todas gritaban. Gritaban lo que ayer se gritó en cientos de plazas de nuestro país. Plazas de pueblos pequeños, calles de grandes ciudades. Frente al Ministerio, la Fiscalía y el Congreso. Gritaban eso de 'La Manada somos nosotras'.
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