Conoce a Nicolás y Los Fumadores: la pieza tragicómica del rock citadino
Foto: Cortesía del artista

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Música

Conoce a Nicolás y Los Fumadores: la pieza tragicómica del rock citadino

Hablamos con esta banda independiente bogotana, de su recorrido musical y 'Como Pez en el Hielo', su álbum debut.

Desde la primera pista de Como Pez en el Hielo, la opera prima de Nicolás y Los Fumadores lanzada en marzo de 2018, su música se desborda en humor y melancolía, dos elementos que, lejos de contraponerse, evidencian con precisión la tragicomedia de la vida citadina. La cotidianidad se narra desde la ensoñación y el absurdo, con un lenguaje coloquial exacto: cuando a lo trivial se le da una mirada poética, honesta y vital, se trasciende de lo —aparentemente— vulgar a lo sublime. En este disco, se hacen referencias a elementos del día a día en Bogotá y por ello, inductivamente, en Colombia y parte de América Latina; como el Transmilenio en "Bruce y Margaret" y el Vive100 en "Brisa", que se mezclan a una postura desencantada del amor y a una sutil redención por medio del fracaso.

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Nicolás y Los Fumadores es una banda que aprendió a reírse de sí misma, de la mala suerte y del desamor (una de las formas de la mala suerte), donde inexorablemente quien los escuche honestamente se sentirá identificado. Si el nombre ‘Los Fumadores’ hace referencia a la afición (¿adicción?) casi idílica, de sus integrantes por los cigarrillos, podemos decir que, escuchando su música, se siente la ansiedad de oír canción tras canción, como quien prende un cigarrillo tras otro, pues entre los amigos de la soledad, el cigarrillo es el más fiel.

Después de la disolución de Santiago García y los Pantalones Elegantes, una agrupación —con los mismos integrantes— que mezclaba sonidos del jazz, el blues, el rockabilly, el surf y que basaba su repertorio musical en la improvisación, Nicolás y Los Fumadores, homenajeando a un fumador mayor: Mac DeMarco, comenzó su camino hacia la fama y el cáncer de pulmón en el año 2016.

Foto: Cortesía del artista

Los músicos de Nicolás y los Fumadores tienen entre 22 y 25 años. Sus integrantes son: un artista titulado, Santiago García; dos artistas en proceso de graduación, Juan Felipe Velásquez y Juan Carlos Sánchez —que están esperando el cartón— y un artista ejerciendo, Nicolás Correa —quien trabaja en un call center—, y viven de la producción de audio independiente, del freelance y, sobre todo, de sus papás.

Las influencias de Nicolás y Los Fumadores van desde el grunge y el post-punk a la música colombiana de Edson Velandia y Los Elefantes, pasando por los íconos del rock argentino: Luis Alberto Spinetta y Gustavo Ceratti. Todo esto, mezclado con versos de Neruda, Cesare Pavese y el estilo tragicómico del grupo, hace de Nicolás y Los Fumadores una banda original y con una mirada clara del panorama musical contemporáneo.

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Nicolás y Los Fumadores, si bien no es una banda muy conocida, tiene una fanaticada que aunque pequeña es fiel y los empieza a convertir en una agrupación de culto dentro del underground bogotano: basta ver a más de 300 jóvenes coreando sus canciones, en bares repletos donde el humo de los cigarrillos se revuelve con la tristeza.

A propósito de su álbum debut y de su cada vez más protagónico papel en las noches bogotanas de borracheras grises y mojadas, nos sentamos a charlar con Nicolás y Los Fumadores:

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¿Qué marca de cigarrillos fuman Nicolás y Los Fumadores?

Santiago: Lucky Strike Rojo y Marlboro Rojo, en ése orden.

Juan Carlos: Marlboro Rojo y Lucky Strike Rojo, en ése orden.

Pipex: Marlboro Rojo, en ése orden. Aunque debo confesar mi cariño al Mustang, de vez en cuando me doy el gustico, un cigarro o quizá medio paquete, cuando no hay nada más en la chiquitienda.

Nicolás: La que diga Uribe.

¿La banda hacia qué género o géneros dentro del rock se orienta?

Santiago: Rock alternativo, supongo.

Juan Carlos: O sea, rocksito.

¿Cómo ven la escena del rock independiente en Bogotá?

Pipex: A mí me parece tremenda escena, hay demasiado para escuchar, propuestas muy chimbas, músicos absurdos, además de ser masiva. Pero como siempre, hay muy poca gente grande que quiera ponerle el ojo encima.

Nicolás: Yo creo que estamos en un momento re clave, la gente está muy dispuesta y lo que hay es bandas. Si todos nos ponemos las pilas a apoyarnos, la logramos. Toca dejar de ser individualistas y andar mosca.

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¿Qué creen que tienen en común los seguidores de Nicolás y Los Fumadores?

Juan Carlos: Ush, no sé. Ojalá fuera el amor por el Vive100. Pero no, yo creería que es sobre todo la capacidad de reírse del propio malestar, de no tomárselo tan en serio.

¿Quieren llegar a ser famosos?

Juan Carlos: De querer, queremos.

Pipex: No estarían mal quince minutitos de fama, sería chimba.

Santiago: No hay otra cosa que realmente me motive en la vida.

Nicolás: Yo solo quiero poder dejar el call center.

¿Cómo es su relación con los medios de comunicación y la música comercial?

Pipex: Todavía estamos esperando pegar en la radio y poder ganar nuestro primer millón. Y eventualmente comprar una casa grande.

¿El ser músicos les ha servido para levantar viejas?

Nicolás: Yo desde chiquito levanto bueno.

Pipex: No sé / No respondo.

Santiago: Si no fuera por la música estaría muy en la inmunda, en ese y en todos los aspectos de la vida.

Juan Carlos: Yo soy baterista. Es decir, no.

¿Cómo se tomaron la foto del Transmilenio?

Santiago: Estaba casi vacío, pudimos escoger dónde nos íbamos a sentar, fue muy raro todo.

Juan Carlos: Solo por si acaso, queremos dejar en claro que no tenemos ninguna relación con la alcaldía del doctor Enrique Peñalosa Londoño ni con la candidatura presidencial del doctor Germán Vargas Lleras. El bus simplemente llegó vacío y no sabemos porqué.

¿Con qué banda les gustaría compartir escenario?

Pipex: Sonic Youth. Y en lo personal, aunque sé que no va pasar, Pearl Jam.

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Santiago: Bacilos.

Nicolas: Sería un honor tocar con Los Elefantes.

Nicolás y Los Fumadores: ¿Ustedes qué esperan de la vida?

Juan Carlos: Una bodega llena de plata y el reconocimiento universal.

Pipex: Poder tocar, dibujar y fumar, sin que en algún momento la vida pase cuenta de cobro.

Santiago: Quiero ser dueño de un parqueadero, que eso me dé para vivir y poder hacer música tranquilo.

Nicolás: Una pensión.

¿Cómo fue el proceso de creación de Como Pez en el Hielo?

Nicolás: Cuando vi que Los Pantalones se acabaron, pensé que una vez más el sueño de hacer música se me había ido a la mierda. Estuve muy mal por esa época, la nena con la que salía me dejó, había abandonado la universidad, el futuro era muy incierto y yo solo me quería ir. De todo ese malestar salió “Me Quiero Ir”, la primera maqueta del disco. La publiqué y un par de amigos (entre esos El Enemigo, que hasta ahora estaba empezando) me dijeron que estaba bueno. Eso me animó y me puse la tarea de hacer una canción diaria y publicarla. Así fue por dos semanas, básicamente de ahí salió todo el álbum. Cuando nos volvimos a reunir con Pipex y El profe (Santiago), todo se empezó a consolidar, las canciones eran cada vez más fuertes. Después llegó Charli (Juan Carlos) y ya de ahí en adelante fue cuestión de trabajo de 8 horas seguidas todos los domingos en mi casa, eso fue lo que cuajó las canciones.

Foto: Cortesia del artista

¿Cómo definirían cada una de las canciones que hacen parte de su disco debut?

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"Paseo Submarino"

Nicolás: Paseito fue la primera canción que la gente coreó y que llegó a reconocer. Es una invitación a pasarla bueno al lado de un río, un paseo de olla o, si quieren algo más romántico, también fue la primera (y creo que la única) canción alegre que hay en el disco. Fue la séptima canción en el reto de una canción diaria. Si yo no fuera yo, me gustaría dedicar esa canción.

"Me Quiero ir"

Nicolás: Me quiero ir es mi canción favorita, fue la primera que hice cuando estaba pasando por toda esa etapa de post-adolencia-pre-adultez, no me hallaba ni acá ni en ninguna otra parte. Gracias a esa canción es que Los Fumadores existimos y sin embargo fue de las últimas que montamos. Ojalá el que la escuche se sienta identificado de alguna forma y le ayude a superar toda esa mierda con la que uno tiene que lidiar de cuando en cuando.

"Bailando triste"

Santiago: Cuando llegó la hora de hacerle letra a Bailando Triste solo pude pensar en una experiencia que tuve, que se describe parcialmente en la letra de la canción. Básicamente, un amigo me llevó a una farra horrible que tenía un cover de 20.000 pesos y luego me dejó tirado con un montón de gente que yo no conocía, solo estuve como 15 minutos ahí y llegué muy sobrio a la casa. La letra la hicimos entre todos basándonos en esa historia.

"Las Aventuras del Ratón"

Nicolás: El ratón, aunque no tiene letra, es una canción bien parchadita. Tilo, de Bliss, fue el que le dio la forma que tiene. Personalmente siempre me ha gustado más la versión de la maqueta.

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"Brisa"

Juan Carlos: Nicolás grabó un demo que se llamaba Brisa, y al empezar a montarla nos dimos cuenta de que queríamos hacer una canción a lo Sonic Youth. Recuerdo que yendo a un ensayo les dije a los muchachos que me imaginaba una voz más bien recitada, susurrante, muy al estilo de Kim Gordon, y ya en el ensayo empecé a improvisar la letra buscando sobre todo hacerlos reír, razonando por el absurdo, como dice nuestra amiga y fotógrafa Juanita Ortega. Además, creo que esa semana había escuchado demasiadas veces “Naranjas”, de Edson Velandia, y todo ese cóctel de ideas, referencias y chistes terminó definiendo ese viaje, esa metafísica de la ordinariez que es Brisa.

"Bruce y Margaret"

Juan Carlos: Todas las canciones que había compuesto Nicolás eran instrumentales, y Bruce y Margaret fue a la primera que le escribimos letra. Creo que en ese momento ninguno le preguntó a Nicolás por qué le había puesto así, pero todos asumimos que estaba usando nombres falsos para proteger la identidad de los protagonistas. Obviamente sabíamos a quiénes se refería y conocíamos tan de cerca el asunto, que entre todos fuimos armando la letra, en primera persona. En lo que nos acabamos el cigarrillo, ya estaba terminada la letra.

"Triste otra vez"

Nicolás: La última maqueta que hice, y como el titulo lo indica, la hice porque estaba triste otra vez. Es como una mezcla de shoegaze y playa. La letra, como todas, es una historia real, un retrato de lo que para mí es la vida de un joven bogotano que anda siempre en los rines.

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"Corintios"

Juan Carlos: Esa canción la compusieron Nicolás y Santiago mientras grabábamos el disco, como en las pausas para fumar (que fueron innumerables, obviamente). Nos gustó mucho y decidimos grabarla ahí mismo. Entonces la música salió a toda mierda pero para escribir la letra sí duramos mucho y eso que es cortísima. Recuerdo que la primera vez que la tocamos en vivo solo repetíamos un estribillo que decía “justo cuando le pego al perro, me tengo que ir”, y al final del concierto una señora venezolana se me acercó y me preguntó escandalizada por qué queríamos pegarle a un perro. Nuestro amigo e ingeniero de sonido Luis Felipe Torres (Satán), nos dijo que la canción tenía potencial pero que la letra era, palabras más palabras menos, una huevonada y que deberíamos trabajarle, pero la verdad es que no se nos ocurría nada. Solo hasta que Nicolás se fue y nos pusimos tristes en serio, me di cuenta de que la letra tenía que ser triste en serio, y escribimos la versión final la noche anterior al concierto con el que despedimos a Nicolás.

"Ayer, después de muchos años"

Nicolás: Donde hubo fuego, cenizas quedan; pero ojalá quedara el cigarrillo completo.

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Síguele la pista a Nicolás y Los Fumadores por aquí.